Un polémico penalti cometido por el portero del Leganés anulado por el VAR aprieta aún más la Segunda División

No se olvidan en Butarque de Martin Braithwaite. Su fichaje por el FC Barcelona en febrero de 2020 supuso la supresión del artículo que permitía a un club firmar fuera de mercado si era para sustituir el puesto de un lesionado de larga duración -algo así como la 'norma Braithwaite'- y, por encima de todo, asestó un golpe prácticamente definitivo a un Leganés que terminaría descendiendo a Segunda. Desde entonces, el Lega no ha vuelto a Primera ni el danés había pisado suelo pepinero, hasta hoy. El trauma perdura y así se lo han hecho saber al delantero del Espanyol los aficionados del líder de Segunda División, que le han pitado cada vez que tocaba el balón.

Quizás azuzado por esa bronca, Braithwaite, que aún arrastra molestias físicas, ha vuelto a ser el que era antes de la lesión en Zaragoza. El delantero uruguayo Gastón Valles, debutante en el once, se fajaba y Martin brillaba. La tuvo el atacante nórdico en los primeros compases del partido tras aprovechar un error en la salida desde atrás del Leganés, pero su disparo cruzado se marchó muy cerca del poste.

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Salió el Espanyol a tenerla y proponer, el Lega a defenderse y contragolpear. Habiendo recibido apenas 21 goles en 34 jornadas, se lo puede permitir. Y en esas que apareció de nuevo Braithwaite para filtrar una deliciosa asistencia para Nico Melamed, que fue derribado con la cabeza por el portero Diego Conde. Penalti, raro y cómico, pero penalti. Lo fue hasta que el árbitro lo revisó en el VAR y no lo dio para alegría del guardameta pepinero, aturdido en el suelo por el golpetazo con la rodilla del canterano perico. La acción dará que hablar. Las airadas quejas de los futbolistas visitantes cayeron en saco roto. Y entonces asustó el Leganés, que, cuando los blanquiazules ya prácticamente enfilaban el túnel de vestuarios, se estrelló contra la cruceta de la portería de Joan García en una maravillosa acción de estrategia que cabeceó el capitán Sergio González.

No se achicó el Espanyol, que salió como una jauría de lobos tras el descanso. Hasta siete veces disparó el conjunto perico, hiperactivo, en los primeros diez minutos de la segunda. Casi siempre desde fuera y desviado, eso sí. Todo lo contrario que su rival, que cada vez que pisaba área lo hacía con intención de gol. Portillo, asistido maravillosamente por Nyom, marró la más clara de todo el partido cuando solo debía empujarla. Y a partir de entonces, reinó la locura. Melamed perdonó el 0-1, compensando el clamoroso fallo de Portillo, y el partido se ensució con golpes y protestas que terminaron con la expulsión de Manolo González, que no entendía el motivo de la roja directa. Otra vez, el árbitro en el foco. Posteriormente, redactó en el acta que vio la roja directa por "protestar de manera airada habiendo sido previamente advertido por ello y, además, dirigirse hacia nosotros en los siguientes términos: "¡a tomar por culo!".

Ninguno de los dos firmó la tregua, pero tampoco nadie fue capaz de decantar la balanza en un empate marcado por una decisión arbitral controvertida y que aprieta aún más una competición tan igualada como esquizofrénica.

Ficha técnica:

Leganés: Diego Conde; Nyom, Jorge Sáenz, Sergio González, Franquesa; Undabarrena (Chicco, m.72), Neyou; Juan Cruz (Brasanac, m.86), Dani Raba (Miguel de la Fuente, m.73), Portillo; y Diego García (Cissé, m.86).

Espanyol: Joan García; Omar, Sergi Gómez, Cabrera, Brian Oliván; Jofre, Gragera, Bare, Nico Melamed (Lazo, m.86); Braithwaite y Valles (Milla, m.67).

Árbitro: Daniel Jesús Trujillo Suárez (Comité tinerfeño). Mostró tarjeta amarilla a Juan Cruz (m.10), Sergio González (m.49), Undabarrena (m.51)y Miguel de la Fuente (m.75), del Leganés; y a Cabrera (m.4), del Espanyol. Expulsó a Manolo González, entrenador del Espanyol (m.75).

Incidencias: Partido de la jornada 35 LaLiga Hypermotion disputado en el estadio de Butarque ante 11.573 espectadores.