No hay quien pueda con Anduva y la última prueba es una remontada de campeonato

El Mirandés prolongó su sueño tras ganar este sábado por 2-1 a un rival directo por el ascenso, el Racing de Santander, con una remontada en la segunda mitad, en la que fue muy superior a un conjunto cántabro que se vio totalmente superado tras el descanso.

El Mirandés comenzó llevando la iniciativa, con Iker Benito generando peligro por la banda izquierda y un lanzamiento de falta de Urko Izeta que rozó un palo.

Sin embargo, el conjunto de José Alberto aprovechó su primera gran ocasión para abrir el marcador en una jugada en la que Andrés Martín robó en el centro del campo y asistió a Mario, que definió con calidad por encima de Raúl Fernández para el 0-1.

El equipo local reaccionó con insistencia, merodeando el área rival y llegando a empatar con un tanto de Tomeo, pero el gol fue anulado por fuera de juego, dejando en silencio a la afición de Anduva.

Además, el propio Tomeo vio una amarilla que le impedirá jugar ante el Albacete. Mientras tanto, la lluvia intensa complicaba el juego, con el césped cada vez más rápido y encharcado.

En los minutos finales de la primera mitad, el Racing apretó en busca del segundo gol, obligando a Raúl Fernández a intervenir con una doble parada salvadora.

El Mirandés salió decidido a buscar el empate en la segunda mitad y pronto empezó a generar peligro, pero una y otra vez se encontró con Ezkieta, clave para los visitantes, que evitó un gol con una gran intervención tras un remate a bocajarro de Reina dentro del área pequeña.

La insistencia rojilla tuvo premio rápidamente y el empate llegó con un cabezazo imponente de Urko Izeta, en una jugada en la que Jon Gorrotxategi filtró un gran pase a la carrera de Juan Gutiérrez, que llegó hasta la línea de fondo y sacó un centro preciso al segundo palo, donde Izeta apareció completamente solo para batir a Ezkieta.

Anduva estalló en celebración mientras el Racing, cada vez más incómodo, intentaba recomponerse.

El Mirandés no bajó el ritmo y siguió metiendo al Racing en su área.

Un error grave en la zaga visitante permitió a Panichelli robar dentro del área, aunque sin ángulo para definir, y Ezkieta volvió a salvar a los suyos con una intervención espectacular ante un cabezazo de Tomeo que iba camino de la red.

Los locales dominaban por completo, combinando con velocidad y precisión, con Rincón y Gorrotxategi generando mucho peligro desde la banda derecha y en ese asedio rojillo Izeta volvió a probar fortuna con un disparo desde el vértice del área que buscaba una escuadra, pero de nuevo Ezkieta respondió con una mano salvadora.

Finalmente, la remontada se consumó en una jugada a balón parado, en un saque de esquina desde la derecha que terminó en un barullo dentro del área y Manu Hernando, de rebote, empujó el balón al fondo de la red para hacer el 2-1 en propia puerta y desatar la locura en Anduva.

El Racing intentó reaccionar en los minutos finales, pero el Mirandés supo sufrir y aguantar el resultado.