José Callejón, líder del Granada: "Cuando Mou me repescó, le dije a mi agente: 'Si es una broma, córtala ya porque es muy pesada"
El exmadridista, que después hizo historia en el Calcio, brilla ahora en Los Cármenes: "Si subimos, seguiré dos años más".
Cientos de personas vitoreaban a José Callejón (Motril, 1987) durante su presentación, allá por el mes de agosto, en la granadina Plaza del Carmen. El regreso del hijo pródigo para vestir por primera vez la camiseta rojiblanca, provocó un vendaval de ilusión. En el recuerdo, ese niño que con apenas 14 años se marchó junto a su hermano a la cantera del Real Madrid. Llegó a jugar en el primer equipo y pasó también por Espanyol, Nápoles o Fiorentina. A las órdenes de José Mourinho o Rafa Benítez disfrutó de la élite del balompié y se ganó la llamada de la Selección española. Sin embargo, había un asunto pendiente: lucir los colores del equipo de su tierra ante los suyos. Recién cumplidos los 36 años, vive un sueño del que quiere despertarse con el ascenso.
Se habló mucho del interés de varios conjuntos de Primera en su vuelta a España, pero al final decidió fichar por el equipo de su tierra, aunque hubiera descendido a Segunda. ¿Por qué?
Llevaba tiempo fuera de casa. He estado nueve años en Italia y uno echa mucho de menos bastantes cosas. Te pierdes momentos importantes de la familia, de los amigos… y se dio la oportunidad. Aunque el equipo estuviese en Segunda, yo lo considero un equipo de Primera por instalaciones, historia y afición. Esta ciudad es maravillosa y estoy muy feliz. Tengo igual o más ilusión que cuando llegué. Es un reto.
El pasado 11 de febrero cumplió 36 años y es el jugador con más minutos del equipo. ¿Se cuida de una manera especial?
Estoy con un nutricionista que me lleva una dieta y un entrenador personal, más el trabajo del club. Cuando tienes veinte años, si dejas de hacer algunas cosas no te resientes tanto, pero ahora se nota. Me encuentro físicamente fenomenal. Llevo una dieta de lunes a domingo e intento llegar lo mejor posible a los días de partido combinando nutrición, entrenamiento y fuerza. Suelo aprovechar justo después de los partidos para darme mi caprichito, porque es el día en el que se me da un poco de libertad. En cuanto al sueño, ¡a dormir lo que uno puede!; si las niñas me dejan, perfecto, depende la noche.
Se ha convertido en el máximo asistente de la categoría. De entre todas, ¿destacaría su conexión con el pichichi Uzuni?
Desde el día que llegué, intenté entender cómo se movía cada jugador. Uzuni tiene mucha velocidad, ataca muy bien los espacios, busca la profundidad y cuando yo juego en esa línea por detrás del delantero, me tira muy buenos desmarques. Hemos tenido muy buena conexión y espero que sigamos así.
El entrenador a su llegada era Aitor Karanka, con el que mantiene una buena relación desde que coincidieron en el Real Madrid. El equipo no terminó de arrancar a domicilio y la temporada no evolucionó como se esperaba. Entonces, se decidió su salida. ¿Le dolió personalmente?
El fútbol tiene estas cosas. Lo más fácil cuando las cosas no van como le gusta al club es prescindir del entrenador y no de los jugadores. Es buen entrenador y una persona excepcional. Ahora nos hemos adaptado al cambio y con Paco estamos muy bien.
Hablemos de esa etapa en el Real Madrid, al que se marcha siendo un niño. ¿Qué recuerdos guarda?
Llegar al primer equipo después de tantos años en la cantera fue especial, un sueño cumplido. Entré con 14 años y salí con 21. Había recorrido todos los equipos de las categorías inferiores. Fue Mourinho quien se fijó en mí cuando jugaba en el Espanyol para que volviera y al principio, no me lo creía. Hablé con mi agente y le dije: 'Si esto es una broma, córtala ya porque es muy pesada'. Al final se dio y fueron dos años fantásticos. Recuerdo todo, mi debut, lo que gané, lo que me enseñó ese club. Es una etapa súperbonita de mi carrera.
Existe una imagen icónica con el entrenador portugués celebrando un gol en Mestalla subido a caballito sobre usted. ¿Por qué piensa que se creó esa relación especial?
Surgió esa complicidad con Mourinho porque, como él mismo comentó, a mí no me importaba ser suplente y jugar cinco, diez o quince minutos. Para mí eso era una maravilla e intentaba darlo todo. Él me exigía mucho y yo intentaba darlo todo en los entrenamientos, para jugar lo máximo posible. En el Madrid están los mejores jugadores del mundo. Se creó una buena conexión y amistad.
"Surgió esa complicidad con Mourinho porque, como él mismo comentó, a mí no me importaba ser suplente"
Para llegar a contar en el primer equipo blanco, antes tuvo que marcharse al Espanyol. ¿Qué piensa que mejoró en el conjunto perico para que desde el Bernabéu volvieran a fijarse en usted?
Mis primeros seis meses en el Espanyol no fueron fáciles. Llegaba del Castilla y jugué poco. A veces me quedaba sin convocar. No fue sencillo. Pero me mantuve ahí y seguí entrenando lo mejor posible. Entonces, la llegada de Pochettino fue fundamental. Me dio mucha confianza y autoestima. Esos dos años fueron clave para que tanto el Madrid como Mou se fijasen en mí.
Tras su paso por el Bernabéu con títulos de Liga y Supercopa en 2012, se marcha a Italia. Una etapa brillante en la que llega a convertirse en el mayor goleador español en la historia de la liga italiana, superando a Luis Suárez. ¿Cómo se produce su llegada al Calcio?
No fue un paso fácil irme del Madrid. Era el club de mi vida y de mis sueños, pero subía gente de la cantera y veía que no iba a tener tantos minutos como antes. Di el paso y en ese momento fichó Rafa Benítez por el Nápoles. Me llamó y me dio su confianza. Se cerró el fichaje y estuve siete años fantásticos en Nápoles, donde me he curtido como persona y como futbolista. Es una plaza muy difícil porque hay mucha presión, pero a la vez muy emocionante. La gente es muy cariñosa, es un club muy parecido a los del sur de España donde el calor que te da la afición es muy importante. De Nápoles me quedo, en lo deportivo, con poder saborear títulos y con aquella buena Liga que hicimos con Maurizio Sarri, estuvimos a las puertas del Scudetto, que al final ganó la Juve. Pasé siete años muy buenos, que también me abrieron las puertas de la Selección.
¡Y después, la Fiorentina…!
El primer año no fue fácil porque llegué tarde, se produjo el tema del Covid y encontré un modelo al que no fue fácil adaptarme. El segundo fue mejor. Había otro entrenador con otro estilo de juego. Han sido nueve años de mi vida muy buenos en Italia. Estoy muy orgulloso de ser a día de hoy el máximo goleador español en la historia del Calcio.
Usted vivió durante muchos años en el gran templo de Diego Armando Maradona en Europa. ¿Qué representa el astro argentino en San Paolo?
Para los napolitanos Maradona es Dios. Ganó dos Scudettos, la Copa, la Supercopa y la UEFA. Dio mucha vida a Nápoles y a los napolitanos. Vas por las calles y todo son símbolos. Va a perdurar siempre.
Si antes le habían marcado Mourinho y Pochettino, otro entrenador top como Rafa Benítez fue muy importante en su trayectoria. ¿Qué aprendió de él?
Es un súper entrenador. Mucha gente de Nápoles le da las gracias porque la buena hornada de futbolistas y los buenos años que el Nápoles atravesó, y su crecimiento hasta ahora, es en gran parte culpa de Rafa Benítez. Cara a cara te transmite mucho y es muy buen persona. A la hora de trabajar, tácticamente es muy bueno.
"Mucha gente en Nápoles da las gracias a Benítez porque los futbolistas, los buenos años y el crecimiento son en gran parte culpa suya"
Ha citado entre algunos de los entrenadores que le han dirigido a Mourinho, Benítez, Pochettino o Sarri, un máster sin lugar a dudas. Además, nos ha comentado al inicio de esta entrevista, cómo analizó el juego de cada compañero cuando llegó al Granada. ¿Valora ser entrenador cuando cuelgue las botas?
Quiero alargar mi carrera lo máximo posible, aunque sé que ya me quedan pocos años. Mi hermano gemelo, Juanmi, está jugando en el San Fernando y en un futuro quiero hacer algo con él. Quiero que estemos los dos involucrados, pero aún no sé si como entrenador, director deportivo o qué haremos, tenemos algunas cosas en mente y a ver qué depara el futuro.
Le propongo una buena dupla: ¿primer y segundo entrenador?
No sería mala idea, ¡estaría bastante bien!
Ahora está metido de lleno en el desafío de devolver al Granada a la máxima categoría. Entramos ya en el último tercio de competición y todo está muy ajustado. ¿Cómo lo ve?
Soy de aquí, la gente me ha abierto los brazos desde que llegué y tengo mucha ilusión. Volver ha sido como intentar cerrar el círculo para llevar a este equipo a Primera. Ahora no hay que fallar, es cuando los puntos pesan muchísimo más que antes. Hay que llegar a abril-mayo con muy pocos puntos de diferencia o, si es posible, metidos ya ahí arriba.
Disfrutando y en plena forma. Si se asciende, ¿veremos a Callejón de rojiblanco en Los Cármenes?
Si subo a Primera con el Granada, tendría otros dos años más de contrato. Así que si ellos no me dicen que me vaya, ¡yo encantado! Estoy aquí super a gusto. Para mí estar cerca de mi gente es una motivación y ver la ilusión de ellos, me hace sentir super feliz.
"Si subimos, tengo dos años más de contrato"
Pues para terminar, quería incidir en esa conexión especial con la grada y con los suyos que ha recalcado. Esas pequeñas cosas, tan importantes en la vida como ver a los suyos felices en la grada, ¿fueron determinantes para que optase por volver a casa más allá de las ofertas económicas u otras circunstancias?
¡Mis compañeros me dicen que la mitad del estadio es mío, porque viene muchísima gente conocida a verme! Es una de las cosas que me han traído hasta aquí y que me está dando energía y motivación. Cuando he estado fuera, mi mujer y mis niñas siempre han estado ahí, pero el viaje de tus padres, hermanos o amigos se hacía mucho más complicado. Ahora estoy viendo que en todos los partidos en casa tengo a mi gente. Es mi motivación extra para intentar siempre dar un poquito más.