La receta tranquila de Ángel Martín González, arquitecto de un Huesca de ascenso: "El primer día me dijo que yo no era el entrenador que él quería y conectamos de maravilla"
El madrileño renovó un año este viernes y ha logrado, junto a Antonio Hidalgo y sus jugadores, meter en la lucha por el ascenso al club con el límite salarial más bajo de Segunda.

Ángel Martín González firmó este viernes su renovación hasta 2026 con la SD Huesca. Un desenlace lógico a su tercera y última temporada de contrato en el club porque, a doce jornadas de la finalización del campeonato, la SD Huesca ha convertido lo inverosímil en realidad cotidiana: suma 51 puntos, uno por encima de su objetivo de la temporada, que no iba más allá de la permanencia. El sábado pasado durmió líder y lleva ya varias semanas metido de lleno en la abigarrada lucha por el ascenso.
Algo impensable en un club salvado de la desaparición por los pelos el verano pasado y con el límite salarial más bajo de la categoría (2,5 millones). Un escenario que suponía el más difícil todavía para el arquitecto discreto de este equipo, Ángel Martín González: un profesional de talante discreto, con una ejecutoria apreciable allí por donde pasa y al que alguna de las personas que han trabajado a su lado llega a definir como "un director deportivo superlativo".
El Huesca lleva 14 partidos seguidos sin conocer la derrota. El último, frente al Racing de Ferrol, lo perdía 0-1 a los 35 segundos de juego: le dio la vuelta para acabar 3-1, exhibiendo la confianza, serenidad y eficacia con que maneja todas las situaciones de partido en los últimos meses. Esas tres virtudes parecen una efusión exacta del estilo de sus dos responsables: Antonio Hidalgo, en el banquillo; y arriba, en el despacho, Ángel Martín González. Aunque él, como revelan quienes conocen su dinámica de trabajo, prefiere el césped a la moqueta.
"El único secreto de su éxito es que tiene auténtica pasión por su trabajo: ve un partido a las dos, otro a las cuatro, otro a las seis... Cada vez que hablo con él le pregunto lo mismo: hoy, ¿en qué campo estás?". Así lo cuenta Alfredo Sánchez Benito, entrenador del Fuenlabrada hasta el pasado mes de octubre y a quien Martín González fichó para jugar en Osasuna en 1998. "Siempre le he preguntado qué vio en mí, porque les pone pegas hasta a los buenos", revela.
Desde entonces han compartido años de relación profesional y amistad. Y, como otras personas consultadas por Relevo, Alfredo coincide en que la receta del director deportivo azulgrana mezcla ingredientes comunes, pero lo hace con eficiencia distintiva: "En un mundo donde hay tanto director deportivo, siempre ha sacado buena nota allá donde ha estado: la prueba es que descansa poco entre proyectos", anota Alfredo.
"El único secreto es que tiene auténtica pasión por su trabajo: ve un partido a las dos, otro a las cuatro y otro a las seis. Cada vez que hablo con él le pregunto: hoy, ¿en qué campo estás?"
Exfutbolista de OsasunaOsasuna, Real Zaragoza, Oviedo, Getafe y Huesca han sido los destinos del madrileño a lo largo de su trayectoria. Miguel Ángel Lotina lo conoció en sus inicios como director deportivo, cuando el técnico llegó a Osasuna. Martín González ya había sido segundo de Martín Monreal y durante algún tiempo dobló sus funciones como secretario técnico: "Alguna vez nos habíamos enfrentado como jugadores, yo en el Logroñés y él en Osasuna", recuerda Loti. "Cuando el club decidió que no siguiera Martín en el banquillo, Ángel no había pensado en mí como entrenador: el presidente Javier Miranda le impuso que fuera yo. Y así me lo dijo el primer día: que él tenía otro entrenador pero que, ya que había ido yo, había que trabajar por el mismo objetivo. Y desde ese día conectamos de maravilla".
OFICIAL | 𝘼́𝙣𝙜𝙚𝙡 𝙈𝙖𝙧𝙩𝙞́𝙣 𝙂𝙤𝙣𝙯𝙖́𝙡𝙚𝙯 renueva hasta 2026.
— SD Huesca (@SDHuesca) March 7, 2025
➕ El director deportivo amplía su vinculación con el club una temporada más.
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Ranko Popovic y César Láinez ejercían como entrenadores del primer equipo y del filial respectivamente en el paso de Martín González por el Real Zaragoza. Ambos inciden en esa virtud apuntada por Lotina: la capacidad integradora de Martín González y su actitud hacia los técnicos: "Es muy respetuoso con el territorio del entrenador, nada intervencionista", subrayan ambos. "Él siempre está, pero te da su opinión sólo cuando se la pides, es muy prudente", define Láinez.
Como le sucedió a Lotina en Osasuna, tampoco Ranko Popovic fue un entrenador elegido por Martín González: al serbio lo designó el entonces consejero Carlos Iribarren, tras destituir a Víctor Muñoz. Eso no impidió que entrenador y director deportivo tuvieran "una relación que desearía cualquier profesional", reconoce Popovic. "Conmigo todo fue siempre muy transparente. Tenía libertad total para venir y darme su opinión, pero la decisión la tomaba yo y él siempre la respetaba", subraya.
"Es muy respetuoso con el territorio del entrenador, nada intervencionista: él siempre está, pero te da su opinión sólo cuando se la pides"
Exentrenador del Real ZaragozaA lo largo de su carrera se encuentran varios casos en los que Martín González ha desvelado interioridades de su salida de un club (como cuando en su despedida de Osasuna aclaró que no se iba por voluntad propia, sino porque lo destituía la junta de Patxi Izco), o casos de entrenadores llegados bajo su mandato, pero no directamente elegidos por él, como ocurrió con Lotina y Popovic. En cada ocasión, el director deportivo fue transparente sobre el fondo de esas situaciones.
Ese talante ayuda a la convivencia entre las dos cabezas de la parte deportiva en un club, situación que no siempre resulta tan fluida como sería deseable. La literatura cotidiana del fútbol abunda en choques de estilo, de conceptos, preferencias de jugadores y sistemas entre un entrenador y un director deportivo. Todo en un entorno envenenado, que exige mil decisiones en situación de presión y exigencia. "La primera persona con la que tiene que tener contacto un entrenador es con el director deportivo", explica Popovic. "Puedes pensar diferente, tener ideas distintas, pero los objetivos son los mismos: tienes que hablar y, si hay problemas, sentarte, como en una familia. Y si no los hay, también. Así lo hicimos con Ángel y siempre nos fue bien".
El hombre tranquilo
Las batallas territoriales son habituales en estos casos. En el caso de Martín González, quienes lo conocen aluden a un estilo muy considerado con los límites: "Después de los partidos o la opinión es positiva o se calla —explica Miguel Ángel Lotina—. Es muy respetuoso: nunca hay una crítica. Si te tiene que decir algo, espera a decirlo en frío, a solas y con calma". César Láinez remacha ese mismo perfil: "Cuando tiene que decirte algo te lo plantea como un consejo, no como una directriz".
Ese carácter acostumbra a dejar una impresión favorable en los clubes por los que ha pasado: "Tiene cero enemigos, como persona es fantástico", dice Alfredo. "Puede ser que en el año que coincidimos lo viera enfadado un día", resume Láinez de su experiencia conjunta. "Te da respeto y confianza", subraya Popovic, antes del corolario de Lotina: "Ángel es delas personas que merecen la pena en el fútbol, es un diez y sólo puedo hablar maravillas".
Esa semblanza tan elogiosa, claro, no evita que Martín González haya encontrado a lo largo de su trayectoria puntos de fricción profesional. Osasuna fue su casa durante 15 años (ampliados una década más si contamos su etapa de futbolista), pero en 2014 acabó en un desencuentro con el entonces presidente navarro, Miguel Archanco, quien en su salida aludió a "discrepancias de índole personal" y en los "criterios de funcionamiento" en las diferentes áreas de la responsabilidad deportiva.
Tras dejar Pamplona, Ángel Martín González trabajó en el Real Zaragoza año y medio. "Hizo la plantilla en cuatro días, en un mercado sin dinero y con un club tambaleante... y aquel equipo llegó a la final del playoff de ascenso", recuerda César Láinez. Fue el verano de 2014, con el turbulento cambio de propiedad en el Zaragoza tras la salida de Agapito Iglesias.
"En diciembre estábamos decimocuartos, pero me vino y me dijo: "Loti, estás haciendo un buen trabajo, el vestuario está contigo, ya llegarán los resultados"
EntrenadorMartín González coincidió en ese periodo con Víctor Muñoz primero y con Popovic después: "Teníamos una plantilla justa por las circunstancias: él conoce el mercado y su trabajo, quizás es algo conservador en cuanto a que prefiere fichar lo que conoce, ir a lo seguro, y un entrenador a veces quiere arriesgar más". Miguel Ángel Lotina valora su experiencia en la categoría: "Me da la impresión de que está especializado en Segunda División, un mercado más complicado que el de Primera. En todos los equipos lo ha hecho bien y donde ha tenido algún problema, ha sido más por la dificultad con presidentes o la idiosincrasia del club que por su trabajo".
Su paso por la dirección del Zaragoza, por ejemplo, reunió los dos extremos del fútbol: un primer año de gran rendimiento deportivo, finalizado de manera abrupta al siguiente, cuando en diciembre de 2015 fueron relevados de forma simultánea tanto Popovic como Martín González. Para la temporada 2016/17, el madrileño se enroló en el Oviedo, donde Fernando Hierro ya estaba instalado en el banquillo. Después optaría por Juan Antonio Anquela y cumplió tres temporadas en el club asturiano, bordeando el playoff. Saltó a Primera División en 2019, en aquel Getafe que Bordalás llegó a clasificar quinto.
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— El Partidazo de COPE (@partidazocope) October 10, 2023
🫱🏻🫲🏼 Antonio Hidalgo, actualmente entrenador del Sevilla Atlético, será el sustituto de Ziganda como entrenador de la @SDHuesca
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Su fichaje por el Huesca en la temporada 2022/23 y lo que ha sucedido desde entonces quizás funcionan, una vez más, como la mejor síntesis posible del talante deportivo y personal de Ángel Martín González. Firmado por tres temporadas, en El Alcoraz coincidió en su primer año con otro técnico de raigambre osasunista, el Cuco Ziganda. El Huesca ya acusaba los rigores posteriores al descenso de Primera División en 2021 y los excesos económicos en su costosa estructura. El estilo contenido de Ziganda (hasta 19 empates hizo aquel equipo) y una temporada repleta de incertidumbre despertaron reticencias en la grada.
El arranque de la siguiente no mejoró las sensaciones y en octubre Ziganda —que había intentado un cierto viraje de su estilo a instancias del club— fue destituido, tras acumular una sola victoria en diez partidos y tres derrotas consecutivas como colofón. El primer recambio elegido por Martín González no fue Hidalgo, entonces al frente del Sevilla Atlético en Segunda RFEF. Antes lo intentó con Javi Baraja, quien rechazó la propuesta en el último momento aduciendo motivos personales. También sondeó a Juan Ignacio Martínez y Paco Jémez, pero su inviabilidad acabó desviando la mirada hacia Hidalgo, quien debió abonar buena parte de los 150.000 euros que supuso la cesión de sus derechos.
El tiempo ha convertido aquel proceso en un éxito por completo inesperado. La simbiosis entre Hidalgo y su vestuario resulta espectacular y se traslada al campo. Desde arriba, Martín González completa la estructura: ha fichado 31 jugadores en sus seis mercados (tres veraniegos y tres de invierno) como director deportivo del Huesca. Si vale como muestra, nueve de los once titulares ante el Racing de Ferrol llegaron al club de la mano de Martín González: Dani Jiménez, Jérémy Blasco, Loureiro, Sielva, Javi Hernández, Kortajarena, Vilarrasa, Sergi Enrich y Patrick Soko. Los otros dos eran Jorge Pulido y Gerard Valentín.
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— SD Huesca (@SDHuesca) March 1, 2025
Pero a pesar de este momento de felicidad con mayúsculas, la campaña del Huesca no ha resultado un camino de rosas y también hubo un momento que puso a prueba una de las virtudes más nombradas cuando se habla de Martín González: la paciencia en momentos de inquietud deportiva. Tras un comienzo prometedor, el Huesca estuvo ocho partidos consecutivos sin ganar, desde el 4 de octubre al 29 de noviembre: "Ahí es donde se ve lo que aporta Ángel —comenta Alfredo García Benito—: Genera mucha tranquilidad en el día a día, es un tío que deja hacer incluso en situaciones difíciles".
Lotina recuerda una situación similar en Osasuna con Martín González en el despacho: "El primer año ascendimos, pero en diciembre la temporada siguiente estábamos los decimocuartos en la clasificación. Vino y me dijo: "Loti, estás haciendo un gran trabajo, el vestuario está contigo: has traído algo nuevo a Pamplona y estoy seguro de que dará resultados". Lo hizo: "En esos momentos el Salamanca nos sacaba 18 puntos y acabamos la Liga cinco por encima", relata el técnico de Meñaka.
Como Osasuna en aquellos días, también el Huesca repuntó este año. De hecho, salió del bache disparado a la cabeza: la última victoria contra el Racing de Ferrol elevó a 14 la racha de encuentros sin derrota. Así, el Huesca viaja a Tenerife este domingo a defender su posición de privilegio en el vagón principal de Segunda División. Y aunque todo el mundo —desde el presidente Agustín Lasaosa y el propio Martín González hasta Antonio Hidalgo y los jugadores— ha sostenido durante meses que el único objetivo era salvar la categoría en el año más incierto, al Huesca le ha sobrado mecha: tanto hablar de 50 puntos, ha llegado a ellos mucho antes que la mayoría.