Los días más dulces de Romain del Castillo, la estrella del 'Girona francés' que va camino de jugar en Champions

Como parte del desfile de nuevos actores habitual de cada temporada, los primeros puestos de la Ligue 1 han acogido con especial sorpresa el buen hacer del Stade Brestois, un equipo de la Bretaña que se ha colado entre los mejores franceses del año y que parecen apuntar a ser parte de los elegidos para la Champions League. Dentro de la gesta del combinado de los piratas, está destacando Romain del Castillo, atacante con raíces españolas que lidera las estadísticas del Brest.

Extremo con llegada, especialmente con capacidad para crear oportunidades de gol gracias a su gran capacidad para crear superioridades uno contra uno, su velocidad y su cambio de ritmo son armas fundamentales para hacerse hueco y buscar opciones de cara a la portería. Zurdo y con apenas un 1.72 de altura, el regate es su mejor amigo, faceta en la que actualmente es uno de los mejores de la categoría. La experiencia le ha dado los mimbres para ser un futbolista equilibrado, cómodo entre el altruismo y la individualidad.

Su contribución está fuera de toda duda. En la 23/24, temporada en la que el equipo está superando todas las expectativas, es el máximo goleador y asistente del Brest, con 8 goles y 8 asistencias. "El entrenador tiene plena confianza en mí y creo que eso se nota en el campo", comentaba el atacante, que se ha convertido en la clave ofensiva para el equipo y en su seguro de vida para conservar una tercera plaza que les da la llave para participar en competición europea la próxima campaña.

Y, sin embargo, para el '10' del Brest, no será la primera vez que se ve jugando en competición internacional. Su trayectoria le ha llevado por diferentes retos en los que ha podido ser parte de equipos más ambiciosos, pero que no le dieron tanto espacio para explotar como futbolista. Si bien es cierto que ya probó el impacto de jugar en Europa en Lyon, donde sumó como extremo en la Youth League, la experiencia sobre todo le llegó en su etapa en el Rennes, con quien llegó a jugar contra el Sevilla en Champions League en la 20/21.

Con él, el equipo galo está siendo la revelación más clara del campeonato francés, por lo que su figura está ganando un peso inesperado, después de que su carrera pareciera, en los últimos años, encaminarse a ser más un actor de reparto que un protagonista. La nueva realidad del Brest y la confianza de Éric Roy le han dado el escenario perfecto para crecer como futbolista y poder sumar como líder en el equipo y ser clave en la historia del equipo en esta histórica campaña.

Su carrera comienza en el Mions FC, con sólo 6 años, antes de pasar por el Saint-Priest o el Vénissieux, equipos con los que iría progresando antes del gran salto al gigante de su ciudad natal, Lyon, donde el Olympique le firmaría en 2012. El OL se convertiría en su casa hasta 2018, con cesiones entre medias al Bourg-en-Bresse y al Nîmes Olympique, hasta que el Rennes acabó por firmarlo por algo más de 2 millones de euros. El Brest apostó por él más tarde, en el mercado de verano de 2021, con quien ya ha jugado 80 partidos, marcado 14 goles y asistido en 20 ocasiones.

La calidad del jugador, formado mayormente en el Olympique Lyonnais, sí destacó lo suficiente como para llamar la atención de la selección gala, donde debutó con Francia U21 en 2018, a las órdenes de Sylvain Ripoll. Un entrenador que confió en sus cualidades para participar con las categorías inferiores de Francia en diez ocasiones, logrando incluso destacarse con una asistencia ante Montenegro, el mismo día de su debut.

Sus minutos no eran demasiado relevantes y fue variando su participación en ambas bandas, aunque sin demasiada regularidad. Sería en la Euro U21 de 2019 donde se le vería por última vez con la elástica gala, con minutos repartidos en los duelos ante Croacia y ante Rumanía, pero sin minutos ante España, encargada de eliminar a los franceses en semifinales antes de hacerse con el título.

Precisamente ante la selección campeona en 2019 se le vio por última vez en una convocatoria con los galos. Un conjunto que podría con el que haber sido convocado, por su ascendencia, a través de sus bisabuelos, nacidos en España. Este vínculo lo convertía en posible refuerzo en esa cita, o podría serlo hoy, por no haber sido llamado nunca más allá de esa convocatoria de la selección francesa U21.