Un disfraz de cowboy y la otra cara de Al-Khelaifi están detrás de la gran guerra del fútbol francés: "No sé de dónde vienes, vaquero"
John Textor se presentó al partido ante el PSG con sombrero, recordando una gran batalla con el presidente del club parisino por los derechos de televisión.
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John Textor ha protagonizado una de las imágenes del fútbol mundial en este fin de semana presentándose en el Groupama Stadium con un sombrero de vaquero, con el que jugueteó ante las risas y los aplausos de su afición. Más allá de la excentricidad de la escena, esconde la realidad que está viviendo en este momento el fútbol francés, inmerso en una crisis televisiva sin precedentes que pone en jaque el correcto funcionamiento de su campeonato. Y, cómo no, el Paris Saint Germain está implicado. Por ello el dueño del Lyon se presentó así en la previa de su partido y los seguidores, acompañando su gesto, presentaron un tifo gigantesco bajo el lema: "Catar mafia".
¿Pero qué hay detrás de ese disfraz que ha corrido como la pólvora en las redes sociales? Para entender todo el contexto hay que echar la vista atrás y viajar hasta el pasado mes de julio, momento en el que la Ligue 1 tenía que resolver con urgencia su problema con los derechos televisivos, ya que nadie quería invertir en el campeonato. Los grandes agentes de su fútbol se reunieron en busca de una solución y las posturas entre Nasser Al-Khelaifi y John Textor no pudieron ser más dispares.
En aquel momento, los medios revelaron conversaciones subidas de tono entre ambos y sorprendió especialmente un discurso cargado de soberbia de Al-Khelaifi contra el dueño del Lyon: "John, deja de hablar, no entiendes nada. No sé ni de dónde vienes, vaquero". Como contexto más básico, John Textor es nacido en Misuri, en Estados Unidos. No obstante, no era un mote cariñoso por sus orígenes, sino una forma de menosprecio.
Le cow-boy John Textor est là 🤠#OLPSG pic.twitter.com/bmN7VHT2T4
— Olympique Lyonnais (@OL) February 23, 2025
No era unilateral, ni mucho menos. Textor también cargó contra el presidente del Paris Saint Germain, al que denominó tirano. ¿Por qué viven en posturas tan contrapuestas? Nasser Al-Khelaifi, además de su labor en el PSG, es una persona importante para el régimen de Catar como empresario y conocedor de toda la industria del deporte. De hecho, no se presentó al partido por estar presente en Doha por la disputa del torneo de tenis.
Al-Khelaifi, un agente doble
Y entre otros cargos, Al Khelaifi es también el presidente de beIN Sports, empresa de televisión que ha invertido cantidades millonarias para la retransmisión del fútbol francés y en patrocinios al campeonato. Por todo ello, Textor considera que hay un claro conflicto de intereses que relaciona a una cadena clave en el modelo de supervivencia de su deporte con el club más importante de todo el país. Para entonces, el dueño del Lyon no se achantó y quiso hacer frente a Al-Khelaifi de tú a tú: "Ser reprendido por NAK, como si yo no supiera nada, fue a la vez cómico y contraproducente. La gobernanza de nuestra liga debe cambiar. Todos los conflictos de intereses deben ser revelados y atenuados".
Un escenario complejo, ya que beIN Sports, como canal televisivo, es fundamental en el desarrollo del campeonato, pero no resulta alentador para los implicados que a los mandos esté un agente de la importancia de Al-Khelaifi. No hay que olvidar que mucho más allá de la presidencia del PSG, cuenta con un enorme poder también como pilar importante en el vínculo entre Catar y el deporte.
"QATAR MAFIA" avec une représentation de Nasser Al-Khelaifi qui contrôle des "journalistes putaclics".
— Instant Foot ⚽️ (@lnstantFoot) February 23, 2025
La banderole déployée par les supporters lyonnais au Groupama Stadium. 🔴🔵 pic.twitter.com/fNPzt7xlrO
Mientras, la liga francesa afronta como puede su enorme crisis con la televisión. Esta última semana, la Ligue 1 ha adelantado a los clubes el dinero de los derechos audiovisuales a la espera de que la Justicia resuelva a su favor un contencioso que mantiene con DAZN. La plataforma está bloqueando el pago de las cantidades pactadas para presionar y modificar las condiciones del contrato, después de sentirse engañados por el número de suscripciones que el campeonato estimó y que ni mucho menos llegaron.
Pretendían alcanzar el millón y medio de abonados en Francia, cifra a partir de la cual el acuerdo sería rentable, pero ni siquiera han llegado a un tercio de lo previsto. Además, consideran que la LFP no está combatiendo la piratería, dejándoles vendidos ante los consumidores, que tienen sencillas vías de acceso para consumir el fútbol francés sin pagar un céntimo. Argumentos que ni mucho menos valen a la organización, que exige el pago íntegro del contrato de forma inmediata... Entre tanto, los clubes piden a la desesperada que el acuerdo fructifere, ya que si no comenzarían a tener fugas de agua que afectarían considerablemente a su subsistencia...