CASO ALHAMA

Los testimonios que acusan a Randri García: "Algunas tenéis más rabo que yo"

Relevo se pone en contacto con cinco exfutbolistas del Alhama, que afirman que el entrenador "no es un acosador sexual, pero sí un acosador laboral".

Randri García, el entrenador del Alhama, durante la primera jornada de la Liga F. /LaLiga
Randri García, el entrenador del Alhama, durante la primera jornada de la Liga F. LaLiga
Sandra Riquelme

Sandra Riquelme

"Desde que jugué en el Alhama, no he vuelto a ser la misma", se sincera Beatriz Hernández, exfutbolista del Alhama (2016-19), al otro lado del teléfono. El culpable de que dejase de creer en ella como futbolista y como persona, según Bea, se llama Randri García. "Nos anulaba como jugadoras y como personas. 'Tenéis más rabo que yo', nos llegó a decir", recuerda.

Bea, junto a Nazaret Segura -en su entrevista a Ser Murcia-, encabeza la lista de las jugadoras que han denunciado públicamente, y con sus nombres y apellidos, al entrenador del Alhama por su supuesto trato vejatorio hacia ellas. Pero hay muchas más. Relevo se ha puesto en contacto con cinco futbolistas (que pasaron por el club murciano en varias etapas) que sufrieron el trato de Randri. La mayoría de ellas nos pide que no citemos su nombre, siguen teniendo miedo.

«No es un acosador sexual, es un acosador laboral»

Antes de adentrarnos en el relato -difícil de digerir- todas las jugadoras con las que se ha puesto en contacto Relevo afirman con contundencia: Randri García no es un acosador sexual, es un acosador laboral. "Es la persona más fría que he conocido en mi vida. Cuando venía a darme un abrazo... era muy raro. Yo pensaba: 'No, por favor'. Pero no por nada raro, sino porque los dos estábamos incómodos. A veces, llegaba al campo y ni nos saludaba", recuerda una de las futbolistas que prefiere mantenerse en el anonimato. "No me voy a meter en eso porque ni lo he vivido ni lo he visto. Todo lo demás, sí. Y el acoso laboral tampoco se puede permitir", añade Bea.

Momento de la salida de las jugadoras del Alhama tras el partido contra el Athletic, el primer encuentro que jugaron desde que estalló el escándalo.Patxo de la Rica

Durante la media hora que dura la conversación, Bea relata algunas de las "barbaridades" que han tenido que soportar un amplia mayoría de las jugadoras del Alhama durante años. "Acababa todos los partidos llorando. Y nos decía: 'No os preocupéis, que ya vendrán otras que me harán mejor a mí'. Siempre era él, él y, por último, él", comenta. "¿Sabes cuál es el problema? Que no los podemos probar, pero nos tenéis que creer", explica con impotencia.

Bea confiesa que, durante mucho tiempo, se sintió el foco de sus comentarios. "Si te digo la verdad, muchas de las barbaridades que me ha dicho las he olvidado, es como si mi mente se hubiese reseteado", cuenta Bea. ¿Qué es ser el foco? "Que fuera a por ti, que fueses la diana de todos sus comentarios". Bea, que compaginaba el Alhama con ser árbitro, (trabajo por el cual sí que recibía una compensación económica) priorizó lo segundo. "Me daba miedo decirle que iba a faltar a un partido porque tenía que arbitrar. Sabía que, durante esos días, iba a ser el foco. Entonces, cuanto menos lo fueras, mejor", explica.

Pánico a los pliegues

Sin embargo, tanto ella como el resto de futbolistas consultadas, tienen grabado en su memoria un momento: los pliegues. "El nutricionista jugaba un papel muy importante. Todos los meses median nuestra grasa corporal mediante pliegues. Yo, personalmente, les tenía pánico. Cada pliegue que nos sacaban, lo exponía en público, cuando nos poníamos todas en círculo. 'Esta está gorda, a ver qué hacemos con ella', decían", recuerda una de las voces anónimas.

Bea, que también sufrió ese calvario, reflexiona en voz alta. "A veces, pensaba: 'Bueno, a lo mejor soy yo, que soy mala, que no doy para más, que me merezco que me lo digan'. Pero que no, abres los ojos y piensas: '¿Pero yo me merezco que me llamen gorda delante de todo el mundo?'".

"Nos decía: 'Que luego vengan vuestros padres a preguntarme que por qué no jugáis, es que sois muy malas'"

Exfutbolista del Alhama

Otra de las escenas que se le quedó marcada tiene fecha y lugar: el 6 de mayo del 2019, en Abegondo (la ciudad deportiva del Dépor), en el partido que enfrentó al conjunto gallego y al Alhama. Se jugaban el ascenso a la Liga F y perdieron por 5-1. "Se volvió loco y recuerdo cómo le decía a mis compañeras, a las que no jugaban tanto: 'Que luego vengan vuestros padres a preguntarme que por qué no jugáis, es que sois muy malas'. Dentro del campo, ¿eh? Cuando el partido todavía no había ni acabado", recuerda una de sus exfutbolistas.

Insultos por su orientación sexual, su rendimiento o su procedencia

A esta escena, le sigue otra. "Él siempre defendió que nunca se iba a meter en nuestras vidas privadas, pero era mentira. Recuerdo un día que jugué muy mal y se acercó a mí y me dijo: ¿Qué pasa, que eres lesbiana? ¿Estás enamorada? ¿Te gusta esta?'. Me preguntaba que si había dormido en mi casa. ¿Tengo un mal partido y me lo achacas a eso? ¿En serio?", se lamenta. "Jugaba con que era el dueño del club y que su padre era el presidente, sabían que nunca le iban a echar", afirma Bea.

"A las extranjeras les decía: 'Las que hayan venido en patera, se volverán en patera'"

Exfutbolista del Alhama

Además de por su orientación sexual, su rendimiento y su aspecto físico, las futbolistas también recibían insultos por su procedencia. "Las que hayan venido en patera se volverán en patera", les dijo a varias jugadoras extranjeras en la previa de un partido, según las fuentes consultadas.

Durante toda la conversación, no paran de salir nombres. ¿Cuántas futbolistas han dejado el fútbol por Randri? Y Bea enumera una lista interminable. "Algunas lo intentaron en preferente, otras fueron entrenadoras y otras acabaron dejando el fútbol abandonado", narra Bea.

«Sabía que me iba a meter en la boca del lobo»

Pero, ¿por qué seguían jugando en el Alhama? "Al final, yo había crecido allí futbolísticamente, estaban mis amigas, querías subir a primera... y aguantabas", explican resignadas. "Mi padre me avisó, me dijo que me iba a meter en la boca del lobo. Yo ya sabía cómo funcionaba ese club, pero siempre piensas que nunca te va a pasar a ti. Mi padre siempre me iba a ver jugar al fútbol y, cuando empecé a jugar en el Alhama, se fue alejando", recuerda Bea.

Además, se sinceran: "Lo llegamos hasta a normalizar. Ahora, echas la vista atrás y.... Yo era una niña, creía que el fútbol profesional era así, que es lo triste. Que esto iba de una persona que mandaba y que tú tenías que acatar todas sus normas, asentir y bajar la cabeza. Me invalidó, no tenía opinión, llegaba todos los días llorando a mi casa, daba igual que ganásemos o perdiésemos, que él era el que nos hacía buenas o malas", cuenta, con rabia, una de las jugadoras más jóvenes.

"He llegado a decir: 'Soy gorda, soy fea, soy mala'. Mirarme a un espejo y no quererme".

Exfutbolista del Alhama

Algunas de ellas, también cuentan cómo se sentían "intimidadas" en los eventos a los que tenían que acudir en representación del club o cuando tenían alguna cena o comida: "'Pero (el nombre de la jugadora), ¿cómo vas así vestida?' o 'Anda, que te has maquillado...'. Era el tono, cómo te lo decía, me daban ganas de ir en chándal y dar una imagen de mierda. Se reía de nuestras familias, de nuestra forma de vestir. He llegado a decir: 'Soy gorda, soy fea, soy mala'. Mirarme a un espejo y no quererme", confiesa otra de las voces anónimas.

Situaciones y comentarios que, en muchas de ellas, han causado un daño irreparable. "No he pisado el Guadalentín (el campo del Alhama) desde entonces. No quiero verles, me hacen mal", señala Bea. "Ahora mismo, no juego al fútbol. Pensaba que estaba bien, pero todavía tengo cositas que mejorar a nivel de confianza. Me hicieron mucho daño y causó mella en mí. Yo pensaba que no, pero... cuando no confías en ti, no puedes estar en un club profesional porque te comes. Sigo buscándome a mí misma...", finaliza otra de las futbolistas que estuvo a las órdenes de Randri. "Pensaba que no iba a pagar por todo, que ya en otra vida. Por suerte, todo acaba saliendo", zanja Bea.

Cinco jugadoras del Alhama lo corroboran

En la mañana de hoy, cinco jugadoras del Alhama han emitido un comunicado reconociendo el trato vejatorio que han recibido por parte de su entrenador, Randri García. Una de ellas confiesa haberse sentido en "una cárcel/dictadura" y que sabía "perfectamente que no era normal lo que pasaba".

"Pero si todavía hay quien dice que 'no es para tanto', 'era broma' o 'qué sensibles sois las mujeres', se equivoca y duele. El daño ya está hecho", sentencia una de las protagonistas en declaraciones a Europa Press.