Esas locas bajitas del Real Madrid

Mira que es difícil, pero tanto el Real Madrid como el Vllaznia se marcharon contentos a casa. Con la eliminación de la Champions ya asumida, las blancas se despidieron de Europa con una victoria, con buenas sensaciones y con una gran noticia: hay cantera. Y el Vllaznia, que aterrizó en Madrid como una niña con zapatos nuevos, marcó el primer gol de su historia en la Champions. Un golazo, por cierto.

El partido no tuvo mucha historia. Tan solo, Doçi, la mejor del Vllaznia, le metió un poco de emoción cuando adelantó en el marcador a las albanas en el minuto cuatro. Fue un espejismo. Oroz, Weir y Abelleira se pusieron manos a la obra y acabaron de un plumazo con el Vllaznia, que nunca se lo terminó de creer. Mención aparte para Tere Abelleira. La gallega dio un recital: marcó dos goles y estrelló un balón en la cruceta.

"Hay que dársela a las buenas". Es una de las grandes verdades que rige el fútbol. Ocurre en el Real Madrid con Caroline Weir, Tere Abelleira y Maite Oroz. El partido ante el Vllaznia fue el mejor ejemplo. Alberto Toril las alineó de inicio. La escocesa, la gallega y la vasca hicieron y deshicieron a su antojo. La primera bailó y dribló, siempre que quiso, a sus rivales. Además, abrió la lata: recibió el balón en la frontal del área, control orientado para deshacerse de dos rivales y pase a la red. La segunda impartió una master class y la tercera se encargó de mejorar todas las jugadas... y de anotar un doblete.

Insisto: Tere Abelleira dio un recital. Marcó dos goles en tres minutos y estrelló un balón en la cruceta en el golpeo de una falta directa. En el minuto 18, convirtió en gol un mal despeje de la defensa albana. El cuero se quedó muerto en el área y Abelleira sacó a pasear su derecha: un tiro seco, raso y ajustado al palo.

Tres minutos después, anotó de penalti. Sin apenas coger carrerilla, fusiló a la meta del Vllaznia, que ni se inmutó. Tampoco Tere Abelleira, que no se dio ni la más mínima importancia. Como cuando en la segunda mitad a punto estuvo de apuntarse un golazo. Tan solo la madera de la portería visitante lo evito. Lo del fondo de pantalla es porque, aunque su fútbol diga lo contrario, la cara de niña no se la quita nadie.

El partido ante el Vllaznia supo a despedida, pero también a bienvenida. Mientras el Real Madrid sentía como la Champions se le volvía a escapar entre las manos, abrazaba a su historia... y a los 50.000€ que acababa de ganar- la cantidad que otorga la UEFA por cada victoria en la fase de grupos-, pero ese es otro cantar.

Las de Alberto Toril cumplieron su partido número 100 con una victoria ante el conjunto albano. Y, echando la vista atrás, el balance es muy positivo. El Real Madrid continúa dando pasos hacia adelante y, despacito y con buena letra, se va convirtiendo en uno de los equipos a tener en cuenta en Europa.

Ni en sus mejores sueños el Vllaznia habría imaginado que se iba a poner por delante en el marcador. Ni la realidad ni las estadísticas invitaban al optimismo: 23 goles en contra y ninguno a favor. Sin embargo, y si alguien podría llevarle la contraria a la lógica, era la dorsal número 11 del Vllaznia. Doçi fue la mejor de las albanas. La centrocampista es la máxima goleadora del equipo. En mayo, marcó 9 goles en un partido. En diciembre, enmudeció al Di Stéfano con un golazo de falta directa cuando apenas ambos equipos habían arrancado a sudar. Fue un espejismo, pero que les quiten lo 'bailao'.

"Es un partido para que las jugadoras con menos minutos llamen a la puerta", advirtió Toril en la rueda de prensa previa al partido. Pues Carla Camacho y Paula Partido fundieron el timbre. Ambas futbolistas salieron en la segunda mitad y acabaron el encuentro con una gran recompensa: su primer gol en la Champions. Carla remató un rechace de la meta albana tras un cabezazo de Rocío Gálvez. Partido recortó dentro del área, levantó la cabeza y disparó directo a gol. "Hay cantera". Enviar.