OPINIÓN

Este Real Madrid ya tiene trazas de equipo de verdad y el hombre clave era Bellingham

Bellingham, tras el triunfo del Real Madrid ante el City. /EP
Bellingham, tras el triunfo del Real Madrid ante el City. EP

Los cuatro últimos partidos consecutivos, independientemente de los empates ante el Atlético en el Bernabéu y Osasuna en El Sadar, permiten pensar queeste Real Madrid comienza a comportarse como un equipo de verdad, donde las individualidades que nunca dejaron de brillar comienzan a pensar que serán aún mejores si se ponen a disposición del colectivo. Si los ejemplos son los dos encuentros contra el City estas sensaciones se multiplican exponencialmente.

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Ancelotti parece haber encontrado la tecla del equilibrio. Ese que llevaba toda la temporada reclamando después del doblete del año anterior. Sí. Los cuatro fantásticos pueden jugar juntos. Simplemente había que colocarlos sobre el césped de tal manera para que fueran complementarios y no incompatibles.El hombre clave para el ensamblaje táctico era Bellingham y el inglés, que en muchos momentos muestra su carácter irascible con sus frases fuera de contexto, futbolísticamente es muy inteligente. Ha entendido que al fin y al cabo el Real Madrid le fichó como centrocampista y como tal tiene que jugar, aunque el puñado de goles del curso anterior le hiciera alimentar el ego de delantero para reducir su realidad de 'todocampista', que es en realidad lo que es.

Este Madrid de los últimos partidos, con Jude en el medio tirado a la izquierda, está más cerca del 1-4-4-2 que del 1-4-2-4. En ese baile de posición del inglés está el secreto. Y si a esta maniobra táctica sumamos que Rodrygo ya ha asimilado que para ser titular tiene que trabajar toda su banda y que parece, solo parece, que Mbappé y Vinicius se han dado cuenta que con tapar líneas de pase y replegar junto al resto de bloque ya ofrecen su granito de arena al equipo. Francés y brasileño jugaron en el Etihad y en el Bernabéu a su antojo. Libertad de movimientos con el pasillo interior como zona de referencia.

Por el momento, en cada partido, crece la figura de Kylian, sobre todo en su relación con el gol. Es evidente que por mucho que haya mejorado Vini en las dos últimas temporadas en el arete de la finalización, Mbappé lo trae de fábrica. Su repertorio dentro del área es superior. Y sus tres goles al City son la prueba definitiva. Tres goles diferentes en tres movimientos ofensivos distintos. Es imparable. En el área inventa situaciones que no existen. Como la del segundo gol. El equipo se está dando cuenta de que lo mejor que puede hacer en cada partido es llevar el balón lo antes posible a la zona ocupada por sus delanteros y estos ya sabrán lo que tienen que hacer.

Que los cuatro fantásticos se lleven casi todos los elogios, no debe significar un menosprecio para el resto del conjunto. Atrás, el Madrid se ha encontrado con un central de verdad, de oficio, de mirada penetrante y que parece estar siempre de mala leche.Se llama Asencio y se comporta igual con Tchouameni de vecino que con Rüdiger. Lo de Valverde es de trabajo de fin de carrera. ¿Cómo se puede rendir a un nivel tan alto en cualquiera de las posiciones que ocupe sobre el campo? Cuando llegue un lateral, lo lógico es que pase al centro del campo, su hábitat natural, pero la competencia de Ceballos puede ser una coartada para que Ancelotti repita con el uruguayo en la banda donde ejercer de lateral, interior y extremo.