LEVANTE UD

El futbolista que lee, estudia y cree que el fútbol es tóxico: "He nacido en la época equivocada. Yo debería ir a caballo"

Manu Sánchez, lateral derecho del Levante, formado en la cantera del Sevilla, se define como 'excesivamente responsable', algo que ha marcado la forma de vivir su carrera futbolística.

El futbolista que lee, estudia y cree que el fútbol es tóxico: “He nacido en la época equivocada. Yo debería ir a caballo”
Cristina Bea

Cristina Bea

Su caminar y hablar pausado definen a Manuel; en el terreno de juego, Manu Sánchez (Osuna, 1996), nuevo lateral derecho del Levante U.D. en el reciente mercado de invierno que le devolvió de Polonia, desde el Górnik Zabrze. El sevillano luce una camiseta blanca, sin marcas visibles, piensa lo que dice. "Soy excesivamente responsable y con claridad en lo que soy y en lo que no soy. No me considero un jugador supertalentoso, que haga cosas extrañas. Como persona, igual", asegura el exfutbolista de Cádiz, Unionistas y Castellón, entre otros. Formado en la cantera del Sevilla, reconoce que pasó malos momentos: "Si te soy honesto, la mayoría de los años no lo pasé bien. Yo era muy menudito, ese punto en el que el físico todavía te marca un poquito y yo era una persona que tenía muy poca confianza en mí mismo". Tampoco disfrutó en el Tondela portugués, pero se topó con la autobiografía de Andre Agassi y el jugador hizo click. "Me sentí identificado. Siendo lo que era ese hombre, no disfrutaba y aun así aguantaba. Es lo que yo estaba viviendo, de no disfrutar, de sentirme en mi sitio, y era como yo "oye, relájate porque no eres el único"".

La lectura, los estudios, los caballos y la vida de campo le permiten alejarse del fútbol, que ahora disfruta en su primera etapa profesional en España pero que se ha planteado dejar "muchas veces". "He estudiado por no hacer de mi vida el fútbol. Tengo que ser capaz de disociar. El fútbol es muy extremo, es muy tóxico", reconoce este licenciado en Fisioterapia, con dos másters en Rehabilitación Equina y Dirección y Gestión Sanitaria. Manuel asegura entre risas haber nacido en la época equivocada: "Yo debería ir a caballo".

¿Qué tal tus primeros días, semanas, en tu nuevo equipo, Manu? ¿Cómo ha sido tu aterrizaje en el Levante?

Bien, muy bien. Lo estoy viviendo todo de una manera muy intensa, es lo que tiene el mercado de enero, que no hay tiempo de nada. Estoy cayendo e intentando hacerlo lo más natural y rápidamente posible, pero bien, muy bien.

Sobre todo, en el mercado de invierno en un equipo que lucha por ascender, que imagino que la intensidad se multiplica.

Sí, lo noté el primer día, desde que llegué, y es algo que gusta. En este deporte uno siempre está luchando por algo, entonces, lo bonito es luchar por algo así. Aun así, tienes todos sus componentes: de responsabilidad, de intensidad… Entonces, ese periodo de adaptación se ve acortado al máximo, pero es así, no hay problema.

¿Cómo lo notaste en ese primer día? ¿En qué lo percibiste?

Yo noté mucho ritmo de balón, mucha calidad. El equipo parece que juega de memoria, entonces, claro, llegas y esa memoria no la tienes. Ves el equipo que de una manera muy fluida juega muy rápido, corre muy bien y tú intentas entrar ahí lo más rápido y mejor posible.

El trabajo de Calero, al que tú ya conocías de vuestro paso común por el Majadahonda. ¿Te ha servido de algo ese conocimiento mutuo? ¿Cómo ha sido el reencuentro?

Sí. Él tiene su naturaleza, su forma de ser, de transmitir, eso lo mantiene y yo creo que lo va a mantener toda su vida como técnico. Hay conceptos claves sobre los que se trabaja y se automatiza todo, y hay muchos de ellos que yo ya había palpado. Entonces, yo creo que me ha sido más fácil este proceso de al menos entenderlo, porque sabía más o menos de lo que hablaba.

¿Por dónde iba y gira su fútbol? ¿Cuáles son esos principales automatismos?

Jugadores que hemos estado con él siempre recuerdan el cuadrado, el cuadrado de Calero. (Sonríe). Es una estructura firme, segura, estable, que te permite todo lo demás. El cuadrado lo recordaba mucho y, después, la verticalidad. Yo creo que este Levante tiene jugadores que son muy verticales, leen muy bien ese fútbol y ahí se está desarrollando.

Fútbol con el que te topas después de estar seis meses jugando en Polonia. ¿Cómo viviste esa etapa y qué ha supuesto para ti volver a España?

Pues esta etapa para mí ha sido muy positiva. Yo era algo que quería hacer muy a nivel personal, tuve una etapa en el extranjero en años anteriores que no fue nada bien y quería un poco quitar esa espina, demostrarme a mí que estas cosas suceden y que estaba preparado para ello. Y lo hice. Llegué, igual, intentando adaptarme rápido, un fútbol totalmente distinto, una cultura distinta, distinto todo. Cayendo allí y también tuve una lesión entre medias (una avulsión del abductor) que me cortó un poco la proyección que estaba llevando, pero muy bien, y después ya surge la oportunidad de volver a España de esta manera y yo puse todo lo que estaba de mi parte para ello.

¿Por qué no te había ido bien la etapa anterior a la que aludes en Portugal?

Yo creo que es un sumatorio de cosas, de las cuales yo concluyo que no me pilló en un momento correcto de gestión de todo lo que supone ser futbolista. Tenía 23 años, salía del Sevilla, unas aspiraciones máximas, tocaba ya lo que yo quería tocar desde siempre, el control de las expectativas, tuve una lesión en la primera semana que llegué, me rompí la clavícula, me operé, tuve que volver a operarme porque no soldaba, no iba bien. Al final, fueron cinco meses fuera, lesionado, me sentía muy fuera de todo, volví a entrenar y no me encontraba nada de bien, entonces, el proceso natural de esa lesión y de ese momento mío en la sombra, que es lo que tocaba vivir, a día de hoy creo que yo no lo supe vivir.

Entonces, antes de que me superara, corté por lo sano. Claro, pasan los años, nuestra carrera deportiva es muy corta y las decisiones te marcan en el desarrollo de la misma, y yo siempre me he quedado con esa cosita de 'oye, hay que saber pasar por esto también'. Y tenía esa situación, había tenido dos años muy buenos en Castellón, habíamos ascendido a Segunda división…

El defensa más goleador del fútbol español… (15 goles y 6 asistencias).

(Sonríe y asiente). Sí… Y se abrió el mercado, se dieron una serie de situaciones y de opciones y me gustó mucho la idea. Por eso.

¿Esa frustración en Portugal cómo lidia con esas expectativas que tenías, como tú dices, de estar ya en el Sevilla y verte a un paso del fútbol profesional en LaLiga, pero al mismo tiempo darte cuenta de que tu camino no es quizá el que soñabas?

Sí, se trata de eso. Claro, te lo digo hoy con 28 años y con todo lo vivido. Controlar las expectativas… Éste es un mundo en el que parece que todo es para ya y muy poquitas cosas en la vida suceden rápido. Requieren su proceso, hay que masticarlo, hay que crearlo. Y ese proceso hay que saber vivirlo y hay que saber respetarlo y hay que hacer muchas cosas en la sombra para que después, en las luces, suceda. Y en esa situación yo iba con unas expectativas muy altas, recuerdo que firmé tres años, con una idea de 'oye, adáptate, hazlo y ya estamos aquí'.

"El fútbol es un mundo en el que parece que todo es para ya y muy poquitas cosas en la vida suceden rápido. Requieren su proceso y ese proceso hay que saber vivirlo y respetarlo"

Entonces, todo eso: estoy fuera, no completo entrenamientos, cinco meses lesionado, mi primera experiencia fuera de todo lo que es el contexto familia, zona de control y eso sucedió así. Volví a entrenar y no me sentía bien porque era lo normal, llevaba mucho tiempo sin estar dentro del campo, los compañeros iban volando y yo no volaba. Ese 'qué está pasando' me acabó de reventar, porque al final nuestra vida, al menos en ese momento para mí, era fútbol, fútbol y fútbol. Cada mínima decisión que tomas en tu vida: lo que comes, cuánto duermes, cuándo sales, cuándo no sales, todo es en función al fútbol. Viendo que todo estaba yendo mal, pues yo no lo supe encajar bien y se dio de esa manera, y cortamos por lo sano por no buscarnos un problema mayor.

¿Por no buscarnos un problema mayor? ¿Llegó a ser un problema que te requirió ayuda psicológica?

Pues seguramente la hubiera necesitado, pero intenté ir a los problemas, soluciones, e intenté buscar sentirme mejor, quería volver a España por el mero hecho de jugar, de sentirme otra vez bien, de volver a sentirme capaz, y por ahí fui lidiándolo. Al final, me dejó esa temporada en blanco, la siguiente tampoco acababa de encontrarme bien, muchas lesiones y es ese momento en el que estás ya ahí (levanta la palma de la mano a la altura de su hombro) a que se desvanece todo. Todo lo que has construido en mucho tiempo se va, y eso fue yo creo la experiencia mía más vital que he tenido, que a largo plazo todo conviene, pero en ese momento fue duro.

Especialmente, porque se corta en seco tu proyección, te frenas y pasas de tocar la élite con 23 años a que ahora estés viviendo tu primera experiencia en el fútbol profesional en España con 28 años. Es ir de menos a más, otra vez a menos, a más… Y eres muy joven, pero futbolísticamente ya no eres un niño.

Sí, te entiendo. Te entiendo porque es la realidad. Por eso creo que ha sido la experiencia más vital, porque el haber llegado de nuevo habiendo tocado otra vez el suelo, esa sensación nadie me la va a quitar, porque sé lo que ha sucedido para ello. Mi carrera deportiva ha sido así en todo momento, ha sido muy de peldaños, muy de poco a poco, de experimentar, crecer, experimentar, crecer, y con mucha paciencia, porque todo el mundo quiere esa carrera de salir muy joven, estar y mantenerte. Es lo ideal, yo creo que todo el mundo trabaja para ello y se puede dar. En mi caso, se me dio la ocasión. ¿Que hubiese podido acabar con ello porque ya era muy difícil? Pues seguramente. Me podría haber dedicado a otra cosa o haber dicho: 'Oye, lo he intentado y se acabó'.

"Me he planteado dejar el fútbol muchas veces"
Manu Sánchez: "Siempre se me ha dado bien estudiar"Relevo

¿Te llegaste a plantear dejar el fútbol? Tú que, además, tienes formación académica y tenías otra salida.

Sí, muchas veces. Yo creo que todo el mundo se lo plantea durante su carrera varias veces, sobre todo, en situaciones aparentemente críticas. Pero, bueno, mi carrera se dio así, vine a España de nuevo; se te da mal el año y estás en el punto cero, y entonces, nada, volver a empezar.

¿Cómo fue ese volver a empezar? ¿Cuándo viste la luz que te reenganchó?

Habiendo sabido cuál es el camino, que ya había llegado, en este caso estaba jugando en Tondela, en Primera división en Portugal, era como 'yo sé cómo sucede esto, ahora lo que toca es hacerlo'. Siempre he tenido una llama dentro de, no sé cómo decirlo, pero yo desde muy pequeño me llevo comportando de esta manera, independientemente de que era profesional o no. Entonces, no me he comportado nunca de una manera distinta…

¿A qué te refieres con 'de esta manera'?

A que yo me he sentido muy responsable siempre, no ahora porque soy futbolista profesional me comporto o soy un futbolista profesional. Siempre me he comportado así. Y, entonces, me tocaba jugar en Unionistas de Salamanca y me he comportado de la misma manera siempre, porque era mi naturaleza, estaba ahí, era lo que había en ese momento y, entonces, 'haz lo que puedas, donde estés, con lo que tengas', y ése fue un poco el modo.

Dices que tu vida era fútbol, fútbol, fútbol. ¿Tú has querido ser futbolista profesional siempre, Manu? Porque me resulta interesante y curioso pensar en cómo fueron tus inicios en el fútbol, cómo fue creciendo tu carrera profesional, teniendo en cuenta tu, entiéndeme, reconocida poca afición al fútbol, de la que ahora hablaremos también.

Sí. Yo, si te digo la verdad, esto es una conversación muy típica entre amigos sobre el fútbol: yo creo que todo niño juega al fútbol de pequeño, yo empecé en el Sevilla con 8 años, apenas tuve tiempo de disfrutar, entre comillas, con los amigos de 'venga, pues vamos'. Jugué creo que un año y medio o dos años en mi pueblo, de ir a jugar con los amigos. Entonces, pues se te da bien, empiezas a destacar, ya me voy para Sevilla y aunque tengas 8 años eso ya te cambia. Yo creo que te acelera todo, a nivel de madurez, porque ya compites con 8 años para estar el año que viene en el mismo equipo, con 9 años, con 10 años, con 11, con 12, empiezas ya en el ciclo de lo que es el fútbol, aunque no es profesional porque eres un niño, pero tú ya eres consciente de que te estás jugando algo, ya no es que estás divirtiéndote.

Yo creo que por inercia voy año tras año, año tras año, año tras año, hasta que ya te das cuenta de que estás un poco ahí. Y después valoras la situación, la oportunidad, y nunca, nunca me he planteado el qué estoy haciendo, qué es lo que quiero hacer. Pues sí, yo he sentido siempre que se me ha dado bien y que lo entendía y que, bueno, pues vamos a seguir, vamos a seguir, vamos a seguir, hasta ya estos años que ya que pues eres futbolista, estás aquí, es tu trabajo, es mi profesión y, claro, intento aprovechar la oportunidad y desarrollarlo de la mejor manera.

¿Qué recuerdos guardas de aquella etapa sevillista, de ver y vivir de cerca al primer equipo, de saber que estás en un gran club?

¿Recuerdos? Son muchos años… La verdad que, mira, si te soy honesto, la mayoría de los años no lo pasé bien, en el sentido de que mis primeros años fueron muy buenos, yo me sentía muy bien, jugaba muy bien, me divertía, teníamos experiencias de torneos fuera, de compararte con los demás… Sí me divertí mucho, pero ya empezaron unos años en el cambio a Infantil, Cadete, en los cuales yo era muy menudito, ese punto en el que el físico todavía te marca un poquito y yo era una persona que tenía muy poca confianza en mí mismo. Entiendo que esto lo vive todo el mundo de alguna manera, nadie es súper, superconfiado a no ser que se dé en un contexto en el que acabe sintiéndose, pero yo lo pasaba realmente mal cuando no jugaba, cuando jugaba lo pasaba mal porque no quería hacerlo mal.

Eso que te hablaba de que ya vas compitiendo, quieras o no, aunque seas un niño, y esa responsabilidad yo siempre la he tenido de más. Quizás ser un poco más inconsciente, lo hubiese llevado mucho mejor. Porque tengo muy buenos recuerdos, hice muy buenos amigos, porque son muchos años y muchos de ellos con los mismos, y tengo cosas muy bonitas, pero también recuerdo el salir de la escuela, comer, coger un autobús a las 4, llega, entrena, volver a coger el autobús, llegar a las 9, ponte a estudiar y volver a empezar el día, y todo sin una sensación de... (Se frota los dedos). Al final, mis últimos cuatro o cinco años yo tampoco era un jugador que hubiera ido a la selección española, que ha ido a la selección andaluza, yo nunca fui de ese perfil, pero oye, estaba ahí, iba, seguía en mi proceso, otros tenían otros.

De los que estaban en el primer equipo, ¿tú tenías alguna fijación especial? ¿Algún ídolo, alguien en quien te fijaras especialmente?

¿En el primer equipo? ¿En esa época?

Sí. Y tanto en el Sevilla como a nivel nacional, vaya. ¿En quién se fijaba Manu Sánchez?

Bueno, pues fijarme tampoco me he fijado... Nunca he tenido un ídolo. Yo he personalizado mucho a la gente siempre, independientemente de que fueran futbolistas de Primera división. Me fijé mucho, porque tengo relación personal con él, en Javi López, el capitán del Espanyol, que jugó no sé cuántas temporadas, seis, diez o más temporadas en el Espanyol. Es de Osuna, es de mi pueblo, y él siempre ha sido muy cercano conmigo. Yo fui viendo un poco su carrera y yo me sentí muy identificado en el cómo suceden las cosas con él, y cómo se mantiene, cómo se comporta un profesional, cómo asumir y gestionar todas las situaciones que te da el fútbol… Todo lo que supone ser un futbolista yo he tenido un espejo y ha sido él siempre. Independientemente del equipo en el que he estado, lo he carnalizado en él todo.

"Nunca he tenido un ídolo. Yo he personalizado mucho a la gente siempre, independientemente de que fueran futbolistas de Primera división. Me fijé mucho en Javi López"

Dice mucho de ti, siendo lateral derecho, que destaques lo humano de tu referente, ese trato cercano que te ha marcado de Javi López, cuando entiendo que la referencia clara estando en el Sevilla era Jesús Navas. Tú te sales del icono.

Jesús Navas, o cuando yo estaba allí también estuvo Dani Alves. Por perfiles, obviamente lo son y, de hecho, en cantera como trabajamos mucho el desarrollo al plan de juego del primer equipo siempre ha estado muy presente el cómo se comporta, 'mira qué es lo que hace, qué es lo que no hace'… Lo es. Y a nivel analítico de juego, sí. Pero si me preguntas más un tipo así (hace el gesto de en conjunto, en general, con las dos manos), siempre ha sido Javi.

Y en tu vida, Manu, más allá de ese 'fútbol, fútbol, fútbol', ha habido otra parte importante. No sé si por tu responsabilidad, por ese exceso de responsabilidad, has estudiado Fisioterapia, Rehabilitación Equina y Dirección y Gestión Sanitaria. No has dejado de estudiar.

No, no he dejado de estudiar. Esto siempre en mi casa fue una premisa: el ser capaz de compaginar el fútbol con la formación académica era indiscutible, entonces, encontramos la forma. Siempre se me ha dado muy bien estudiar, he sido un poco curioso, algunas cosas mejor que otras, obviamente, pero como era algo que no se negociaba, pues simplemente se hacía. Lo iba haciendo, sacaba cursos, hasta la universidad y demás. Y ya cuando llegas a este punto, que puedes plantearte no estudiar y dedicarte a esto, pues yo, más allá de que quiero aprovechar la oportunidad -y dentro de la oportunidad quiero decir que nosotros tenemos mucho tiempo libre y pienso que debía de ser productivo también, o podía aprovecharlo-, sobre todo yo estudio, sigo estudiando y he estudiado por no hacer de mi vida el fútbol, porque lo veo vital, bajo mi punto de vista y en mi experiencia y cómo yo gestiono mi profesión. Yo tengo que ser capaz, me he dado cuenta, de disociar, y el estudio me da una oportunidad muy buena porque estoy plenamente concentrado en ello. Es algo también a largo plazo y por ello me encargo de mi formación también.

¿Por qué has necesitado esa disociación? ¿Por lo efímero de vuestra carrera?

No, por gestión de la misma. Yo creo que el mundo del fútbol es extremo en todos los sentidos. Entonces, es muy tóxico. Bajo mi punto de vista, que esto no es ninguna verdad absoluta. Pero se dan situaciones tan extremas, tan ilógicas por momentos, que yo la manera más sana de gestionar esto ha sido… evasión. De 'pues yo vengo aquí, soy responsable de hacer lo que me toca en cada momento, de estar preparado, de mi trabajo, sé que no va a fallar. A partir de ahí, lo que sucede o no sucede, habrá una parte que yo sea responsable pero hay otra parte en la cual no soy responsable'.

"He estudiado por no hacer de mi vida el fútbol. Tengo que ser capaz de disociar. El fútbol es muy extremo, es muy tóxico"

Llega un momento en que estás tan expuesto que como insistas ahí, ahí, fútbol, fútbol, fútbol, a mí no me estaba funcionando nada bien. Y, de hecho, fue el momento en el cual empecé a hacer una vida aparte de mi vida futbolística, cuando todo empezó a brotar. El apasionado que no pueda, que es lo que más le gusta del mundo y lo disfruta y es capaz de salir pero disfrutarlo como aficionado y demás, pues vivirá, y yo ojalá fuera así, porque sería súper feliz, pero mi realidad es otra: que lo disfruto muchísimo, pero como mi profesión, haciéndome y viéndome mejorar cada día.

¿Cómo ejemplificas esa toxicidad del fútbol?

Bueno, hay cosas que se han normalizado y fuera del fútbol no son normales. Después, todos los extremos. Es que no quiero que se malinterprete… Es que no somos superestrellas. Cuando te perciben como tal parece que da pie a que todo es válido y no todo es válido, y hay situaciones que te expones mucho. Los fines de semana jugando, cuando te estás jugando cosas serias de verdad, hay un grado de tensión y de estrés ahí que o se sabe gestionar o es tóxico, por eso hay gente que está capacitada para hacerlo y otras personas que por mucha capacidad que tengan no pueden desarrollarlo. Por ahí va el tema de que yo, al menos, necesito salirme a la vida real (lleva los dos brazos a un lado), que ya me parece fuerte decir salirme a la vida real, pero salirme, y después vuelvo a entrar, pongo el chip y estoy dentro.

¿Cómo es esa vida real en tu caso?

Mi vida es… Por ejemplo, me encanta estar en Osuna, en mi pueblo, en el campo. Ahí la vida es muy lenta, y ésa es la vida en la que tienes una conversación con un amigo, vas al campo. En este caso no es en Osuna, es en Salamanca, pero estás con los caballos. La naturaleza lleva un ritmo mucho más lento que la sociedad. Ésa es la vida real, en la que todo es más tranquilo, comes sin un horario de 'me tengo que ir', sin que todo tenga que ser comentado. Eso, por ejemplo, es algo que si me mantengo dentro, siempre hay una respuesta a cada acción tuya. Entiendo que tiene repercusión porque es un deporte que se ve mucho, que tiene después un impacto muy grande y no se puede llegar a controlar en la mayoría de los casos, pero bueno, por eso como yo puedo controlar salir, ahí es donde lo hago.

Es como una vida en dos dimensiones. ¿Cómo vives esa dualidad?

Lo trato con normalidad. Normalidad… ¿La situación cuál es? Tampoco es entrar, salir, soy una persona, soy otra, pero yo soy consciente de que llegas aquí y hay un contexto en que te tienes que apretar y te tienes que adaptar a él y ser el más agresivo de todos. Yo sé que aquí o pisas o te pisan, y al final vas y te pones ahí. ¿Ésa es mi naturaleza en la vida real? Pues no. (Dice con las mano en el pecho y sonríe). Al final, esto es muy fácil: si tú rindes, todo va genial; si no rindes, siempre va a haber algo, seas Pepito Flores, Manuel Sánchez o te llames como te llames. Da igual que cada uno sea como sea. Que lleve cada uno esto de la manera en que quiera. Si funciona, eres bueno.

Y el fútbol no está en tu vida real.

No, en condiciones normales, no. Siempre hay algo que te interesa ver o por ver a amigos míos, por esa connotación más personal de 'oye, ¿cómo le va? ¿Cómo está? ¿Está dulce?' Por disfrutarlo viéndolo, pero de normal no tengo un seguimiento de los partidos que vienen, de Champions, de selecciones… No, tengo otras curiosidades. (Dice y abre los brazos).

Ni del horario de la final del Mundial.

(Se ríe). Ahí Enrique me mató. Enrique Ballesteros, tenemos muy buena relación, y es que es muy graciosa y yo, pues claro, me la podía haber ahorrado, pero es que fue así, tal cual.

Cuéntanosla, cuéntanos la anécdota de la final del Mundial de Catar.

Pues nada, es que es tan normal: la final del Mundial la ves, pues claro que la ves, y si estás con amigos, pues mucho más fácil. Pues fui a verla y cuando la puse ya vi a Messi así (simula que levanta un trofeo), o sea que… (Se ríe). Aquí me van a pegar palos por todos lados, pero es que es así, normal, no tenía un seguimiento. El Mundial, pues veía partidos, veía quizás a España, pero se dio así, fue muy graciosa, y recuerdo que se la dije a Enrique y ahora parece que sea algo que 'estás loco'.

¿Por dónde pasan tus aficiones?

Los caballos son mi pasión, yo creo que alrededor son todas mis aficiones. Es algo que no puedo vivir y que es la principal pelea interna, porque son muchos años y sigues, y lo intento vivir de la manera más cercana que puedo.

No puedes montar, claro.

Claro, no puedo montar y me encantaría dedicarme a ello: criar, tener un seguimiento, eso es imposible, inviable ahora mismo. Mis aficiones son ésas, el campo, todo lo que tenga que ver: trabajar el campo en sí, todo ese desarrollo, los animales, los perros. Tengo mi perro también, leer también me gusta, igual que me gusta también salir a comer con mis amigos un ratito.

¿Qué tienen de especial los caballos? ¿Qué te aportan?

Pues… buah. No sé, es muy difícil de decirte, porque lo veo un animal honesto. Honesto y, claro, se magnifica todo porque pesa siete veces más que tú, si él quiere te puede destrozar y, en cambio, es todo lo contrario. Cuando tú generas esa sinergia con él, esa jerarquía que ya os entendéis, que te respeta, que él sabe lo que tú quieres sin haber hecho ese vínculo, yo creo que eso es increíble y, sobre todo, eso, que es un animal que es honesto, que no te miente. No está influenciado… (Sonríe y levanta las cejas). Pues huyo ahí (Lleva las manos juntas a un lado).

"Los caballos son mi pasión. Huyo ahí porque es un animal honesto, que no te miente, no está influenciado…"

Desgraciadamente, en el fútbol hay mucho más de eso. Y en la vida, vaya.

Sí, en el fútbol y en la sociedad, en la vida. Vivimos, bajo mi punto de vista, ostras, un sálvese quien pueda y cada uno a su cosa. Que igual es normal, que puede ser así, que yo no juzgo, pero en el campo, los animales, es mucho más calmado todo.

¿Tú te sientes un futbolista atípico? ¿Te lo han hecho sentir?

A ver, yo no me siento atípico, yo sé que hay muchas personas que para ellos esto es una profesión y que tienen muchas inquietudes más allá del fútbol. El fútbol es muy llamativo y parece que se le ha creado un perfil al futbolista que llama mucho la atención y yo creo que por eso se magnifica, pero al final son personas que juegan al fútbol y cada uno es de su padre y de su madre y tiene sus intereses y sus inquietudes, y curiosea una cosa u otra, y yo he convivido y convivo a día de hoy con muchas personas así dentro de la comunidad. Lo que pasa que gracias a Enrique (se ríe) se me ha puesto ahí en el foco y parece que no sé, que vivir o gestionar el fútbol actual de una manera sana, sin más, parece que es sorpresa.

¿Y la lectura? ¿Qué lugar ocupa en tu vida?

Pues la lectura ocupa su lugar. Yo suelo leer todos los días, también por un momento de esa bajada. Habrá el que tenga niños y esté con sus niños y hacer la mínima cosa le produzca eso, o que cada uno lo busque de otra manera. En mi caso, lo encuentro en la lectura. Hace ya muchos años que leo todas las mañanas y es mi momento. Siempre leo algo por aprender, no soy un lector de novelas, siempre es algo que me llama la atención o algo a nivel formativo, me gusta mucho. Además, me sienta muy bien.

"Hace muchos años que leo todas las mañanas. Siempre leo algo por aprender, no soy un lector de novelas. Me sienta muy bien"

¿Qué estás leyendo ahora?

Ahora estoy leyendo un libro, no recuerdo el autor, se llama 'Empieza por el porqué'. Voy ahí entre el desarrollo personal, leo mucha autobiografía, porque le pongo una cara real a las cosas, ha sucedido, no es que ha llovido café, sino por qué las cosas suceden. Y voy toqueteando también muchas cosas de fisioterapia equina, a nivel del caballo también, finanzas… Ahí voy pegando saltos.

Manu Sánchez se identifica con la biografía de André Agassi. Relevo

¿Cuál es tu libro favorito? O la autobiografía que más te ha marcado.

Tendría varios. A ver, es una biografía que creo que la ha leído mucha gente, pero me he sentido muy identificado, que es la de Andre Agassi, porque es que es la realidad. Yo no me creo a nadie que no pase por fases, y me gustó mucho, porque además lo cogí en un momento muy bueno y lo pude potenciar.

¿Cómo lo potenciaste?

Vi que lo que yo vivo no lo vivo yo sólo, que esto lo vive mucha gente, y una máxima que tengo clara es saber aguantar, no hay otra. Este hombre, que siendo lo que era, no disfrutaba, no valoraba su situación, de hecho, no la disfrutó en ningún momento, y aún así aguantaba y aguantaba, y se retiró tres veces, creo, y volvió… Eso es lo que yo estaba viviendo, de no disfrutarlo, de no sentirme en mi sitio, y era como yo 'oye, relájate porque no eres el único'. O sea, el mundo está lleno de personas con un montón de situaciones como la tuya. Me cayó en un momento muy guay.

"Me sentí identificado con la autobiografía de Andre Agassi. Siendo lo que era, no disfrutaba y aun así aguantaba. Es lo que yo estaba viviendo"

Manu Sánchez Jugador del Levante U.D.

Y después hay otro libro que me encantó. Tengo memoria de pez y no me sé el título, pero era de un superviviente de Auschwitz, no sé si te suena…

Bufff, hay tantos… Me viene el de 'El niño del pijama de rayas' (pero es una novela y, spoiler, no termina bien).

No, no. Bueno, te lo voy a decir, porque vamos a perder mucho tiempo y no lo voy a recordar, pero ese me caló, porque es verdad que vivimos en una sociedad que… Mira, yo hablo mucho con mi abuela, y mi abuela cuando era joven sus inquietudes iban al día a día. Es verdad que era otra época e igual no podían aspirar a más y tenían esa limitación, pero conectaba muy bien con su hoy, y a nosotros nos cuesta mucho. Entonces, a lo que iba con el libro: es como que nosotros tenemos muchos problemas, muchas situaciones, hay que ver, expectativas de no control sobre lo que va a suceder y, claro, éste era un hombre que era una persona brillante en su trabajo, llegó la Segunda Guerra Mundial, judío, ¡pam!, ¡pa'llá!, y todo lo que vivió ese hombre, sobrevivió, y su vida de ahí en adelante era todo superpositivo. Entonces, eso se olvida. Es igual que cuando nos toca vivir algo, desgraciadamente, muy negativo, que después se olvida, se pasa. Es como 'oye, baja revoluciones, que esto no está tan mal'.

¿Es 'El hombre en busca de sentido'?

(Sonríe ampliamente y asiente). Muy bien, muy bien. Ése.

Un libraco, ¿eh?

Muy bueno, muy bueno. He leído mucho de esta temática, porque le pones nombre y apellido, no es algo que me está contando… No, no, 'mira, chico, espabila que no estás tan mal'.

Manu Sánchez: "Yo debería a caballo". Relevo

Por lo que decías de tu abuela y por tu vida ideal en el campo, ¿tú has sentido que has nacido en la época equivocada?

¡Bueno, 100%! (Ríe a carcajadas). Hay que tomárselo así, con gracia, porque es que lo he hablado mucho siempre con mis amigos, digo: 'Buah, si es que soy de otra época, es que no...' Buscando la gracia, pero ¿que me siento muy cómodo en esos valores y en esa forma de vivir? Sí. Ahora, en la gracia te diría: 'Pues 100%, yo debería ir a caballo' (se ríe).

¿Cuáles son esos valores que a ti más te definen, con los que tú más identificado te sientes y que muchas veces, por lo que decías, van muy en lucha con esa toxicidad del fútbol?

Para mí es muy fácil y es como intentar actuar como te gustaría que actúen contigo, y eso hoy día no funciona. Te podría contestar con otra pregunta: ¿Tú te fiarías de ti misma? Y esa pregunta es muy jodida hoy día, si eres honesto. Entonces, vuelvo a eso, a ser de verdad, puedes gustar más o menos, si no hay problema, pero actuar así, actuar de verdad.

¿Tú te fías de ti mismo?

Yo… a ratos. (Se ríe). Es que es la verdad. Por ejemplo, mira, una de las situaciones que más me cuesta gestionar sobre mí mismo es que yo creo tener claro cómo sería o cómo mejor me siento, y nunca lo llevo a cabo. Entonces, es una discrepancia, porque la vida o momentos o situaciones en las que digo: 'Coño, es que éste es mi sitio, aquí parece que no pasan las horas, me siento expandido, pero no puedo vivirlo'. A eso es a lo que voy. Yo sé o creo saber cuáles son esas situaciones, pero después a la hora de la verdad no soy congruente, entonces, cuando me decías 'qué valores y qué principios', vale, yo creo que sí, pero después la realidad es que no voy por ahí, por equis o por y.

¿Por qué?

Porque al final te dedicas a esto, esto me quita todo lo demás. Entonces, ¿qué haces? Pues yo quiero seguir y soy consciente de que es el momento de esto. He hecho muchas cosas para esto y me gusta. Estoy en un estado fuera de control y yo sé que esto a mí me estimula, quiero seguir hasta que ya no sea posible. Pero esa incongruencia es la que choca con los principios o valores o las formas en las que me gustaría.

El sitio ideal cuando tú te imaginas en esa paz, ¿cuál es? ¿Dónde es?

Es en una finca en el campo, con caballos, perros y dedicándonos a ello, y pudiendo traer a amigos, comer, con la familia… Hacer muchas cosas, pero en ese entorno.

Tienes 28 años, dices que quieres seguir, te quedan años de carrera. ¿A qué aspiras? En esa incongruencia en la que vives, ¿a dónde te lleva la cabeza en el mundo fútbol?

Cerrando un poco la idea, que es la que tengo, que es la realidad, no tengo unas aspiraciones a nada en concreto. A mí me ha ido bien en el momento que me he dedicado a estar hoy en la mejor manera posible, y mañana, de la mejor manera posible, y pasado, de la mejor manera posible, y a partir de ahí, eso me va a poner en un sitio o en otro, pero centrarme ahí. Claro, todo el mundo quiere que le pasen cosas buenas y quiere alcanzar todo y jugar en Primera división y tener una carrera magnífica. ¿Eso se da a todo el mundo? Pues ya te digo yo que a muy pocas personas. Entonces, para mí eso no se va a convertir en una decepción, en un motivo de tristeza, de insatisfacción. No aspiro más que a estar saludable y muy concentrado en lo que hago todos los días.

Sobre todo, porque tienes la tranquilidad de una vida maravillosa, tu vida ideal, esperándote después del fútbol, ¿no?

Bueno, Dios quiera. Yo creo que sí, vamos a ver.

Porque entiendo que harás de ello tu vida el día de mañana. Por lo que dices, no te veo entrenando ni dedicándote al fútbol de ninguna otra manera…

No, no, no, no. A ver, uno nunca sabe, pero yo en mi escenario y por lo que desde ya trabajo, es eso, es terminar y vivir esa vida que a mí me gusta.

¿Has empezado ya a trabajar en ello? En cuanto a la finca o los caballos. ¿Tienes caballos?

Sí, Alba (su pareja, Alba Abollo, campeona de España de Doma Caballos Jóvenes 2024 en la categoría de 5 años) y yo tenemos varios caballos y estamos dentro del negocio, haciéndolo de la manera en que podemos ahora mismo, y claro, con un millón de ideas que también te mantienen.

Déjame que te pregunte dos dudas que se me han quedado durante la conversación, aunque seguiría hablando tranquilamente. ¿En qué momento das el estirón y ganas en confianza contigo mismo?

Yo creo que se dio cuando jugaba en el Cádiz. Venía de una etapa formativa que yo no me sentía capaz, entonces, en el Cádiz recuerdo que llegué y empezaba a funcionar todo y rápido debuté en Segunda B con el Cádiz con 18 años y digo: 'Ostras, esto ha sucedido, puedes hacerlo', y empiezo a construir un poco la confianza. Ya en el Sevilla Atlético tuve muy buen año, me encontraba muy bien, me sentí muy capaz, empecé a tocar el primer equipo, palpas la realidad de esto y empiezas a entender que hay muchos factores, pero que si se dan, puedes estar ahí. Y en ese momento ya es cuando empiezo a, sobre todo, a no castigarme, que era el principal error que cometía de más joven, que ponía el foco siempre en lo que iba mal, y oye, iba, y un día y otro, y al final yo creo que esa experiencia mía también me ha construido, soy todo eso que he pasado.

¿Has leído más libros o visto más partidos de fútbol?

(Echa la cabeza hacia atrás y resopla). Claro, es que he visto muchos partidos de fútbol de pequeño, entonces... He visto más partido, pero últimamente, más libros, sí, sí.

Pues van a ser tres. Hay una canción de Vanesa Martín que me gusta mucho que habla de 'todas las mujeres que habitan en mí' y creo que te va fenomenal por todos los hombres que también habitan también en ti. ¿Cómo se define Manu Sánchez? ¿Quién eres?

(Vuelve a repetir el gesto de echar la cabeza hacia atrás y resoplar). Pues… mira, escribí hace unos meses sobre eso y te lo respondería no tan técnicamente como puedo llegar a redactarlo, pero al final soy la manera de pensar que tengo, la responsabilidad con la que trato las cosas, en la manera en la que trato a todo el mundo, de manera totalmente imparcial, la manera con la que actúo en mi ocupación, la manera en la que me siento cuando tal… Entonces, es muy difícil decirte quién soy, pero si me tengo que describir, creo que la base, la construcción sobre mí, soy una persona excesivamente responsable y con claridad en lo que soy y lo que no soy.

¿Qué no eres, sobre todo?

No me considero, por ejemplo, en términos futbolísticos, un jugador súper talentoso, que haga cosas extrañas; como persona, igual. No soy de hacer cosas… raras. Sencillo y ya está. Intento vivir en perspectiva, desde fuera. (Sonríe ampliamente). Eso creo que es Manuel.