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Martín Mantovani cuenta la odisea de 11 horas de apagón 'tirado' en las vías del AVE: "Se acabó el agua y la gente empezó a ponerse nerviosa"

El exjugador del Leganés cuenta a Relevo cómo vivió el apagón.

Martín Mantovani, exjugador del Leganés, durante el apagón. /Instagram
Martín Mantovani, exjugador del Leganés, durante el apagón. Instagram
Isabel Pacheco

Isabel Pacheco

Martín Mantovani fue uno de los tantos afectados que vivieron la caída del suministro eléctrico desde las vías. El ex jugador del Leganés y actual embajador del conjunto pepinero se encontraba volviendo a Madrid después de participar el domingo en la Kings League en Barcelona. A las 11:00 horas del lunes se subió a un AVE con destino a la capital… pero no llegó a Atocha hasta las 2:45 de la madrugada. "La estación era una locura. No esperaba encontrarme eso", confiesa el argentino a Relevo.

A 30 kilómetros de Zaragoza, el AVE que transportaba a cientos de pasajeros que se habían subido en la Ciudad Condal se paró por completo. Eran las 12:45 y de allí no se moverían hasta las 23:45. "Cuando el AVE se detuvo pude hablar algo con mi mujer, pero poco, porque rápidamente perdí la conexión", cuenta. La incertidumbre de qué había pasado y de cuánto tiempo iban a estar allí parados empezó a apoderarse de los afectados.

"La cafetería se colapsó. Entre las 13:00 y la 23:45 se acabó todo. No había ni agua. La gente empezó a ponerse nerviosa hasta que la Guardia Civil y los bomberos vinieron a traernos bebida. Hubo momentos de nerviosismo, pero gracias a la cooperación de todos pudimos solventarlo".

Once horas "tirados" en las vías, durante ese tiempo dio lugar para todo. "Abrieron las puertas del AVE y la gente salió a caminar y a estirar las piernas. Te pones a hablar con gente, a charlar... Tenemos hoy en día tantos medios que nos olvidamos de las personas", reflexiona. A él, en esas charlas, algunos incluso le reconocieron de su etapa como futbolista. "Alguno sí que me conoció. En el mismo vagón venían además unos chicos que eran cámaras de Movistar. Nos pusimos a hablar y me contaron de que en algún que otro partido ellos me habían estado grabando".

Risas aparte, también se vivieron momentos de nerviosismo. "En un momento pegaba mucho el sol y hubo a gente a la que se le bajó la tensión. Tuvo que venir una ambulancia. Fueron instantes tensos porque ves a personas mayores, gente con problemas... Pero entre todos conseguimos sacarlo adelante".

A las 23:45, un pequeño tren fue a recogerles para llevarles hasta Zaragoza. Tras cuarenta y cinco minutos de espera, por fin pudieron partir hacia Madrid sin ninguna dificultad. Agradecido por el trato que recibió por parte de todo el personal, para Mantovani será una experiencia que nunca olvidará y que sacó a relucir la bondad y la mejor cara del ser humano.