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Cinco días, dos 'noes' y vuelta al inicio: así encontró el Sevilla al nuevo Monchi

El pasado martes se presentó Víctor Orta como nuevo director deportivo. Aterriza en Nervión junto a Gaby Ruiz y Alberto Cordero.

Cinco días, dos 'noes' y vuelta al inicio: así encontró el Sevilla al nuevo Monchi
Alonso Rivero

Alonso Rivero

La salida de una persona tan influyente en el Sevilla, tanto dentro del club como en el propio entorno del aficionado, siempre es traumática. Monchi, con sus virtudes y sus defectos, deja un legado de más de 600 millones por ventas de jugadores, con una inversión de unos 300. Es decir, doblando lo invertido. Una apuesta ganadora. Tanto, que el rendimiento de esos fichajes sobre la hierba han llevado al conjunto de Nervión a meter 11 títulos en sus vitrinas, de los 15 de su historia, además de disputar hasta 21 finales. Sin embargo, en el último año el ambiente se convirtió en irrespirable entre Monchi y el propio Sevilla. Se acabó la química. La única posibilidad era la salida del gaditano del club de su vida, algo que se oficializó el pasado viernes.

Pepe Castro sobre la elección del nuevo director deportivo

Tras una ruptura traumática y dolorosa, que fuimos contando en Relevo, el club se puso manos a la obra en la difícil búsqueda de un sustituto. Reemplazar a una persona con la influencia de Monchi es una tarea que va más allá del simple cambio de piezas. Ningún candidato podrá alcanzar esos éxitos que ya son historia. Había que buscar un relevo que ilusionase por lo menos con su llegada. Calmar ese clima de entreguerras. Inicialmente, el consejo ejecutivo andaluz tenía en mente traer a alguien que no tuviera nada que ver con el pasado. Cambiar. Romper. Una figura que llegase al club sin relación alguna con los trabajadores, ni con contacto, al menos continuado, con los medios de comunicación. Ahí apareció el nombre de Braulio. El favorito de esta historia.

El pasado 15 de junio, una vez que el propio Monchi había anunciado que desembolsaría su cláusula para poder desvincularse de la entidad, el comité ejecutivo se puso manos a la obra y se iniciaron los primeros contactos telefónicos para conocer su situación y disponibilidad. El director deportivo de Osasuna, que se siente querido y reconocido dentro y fuera de la entidad, transmite sus ganas de afrontar este reto en un club exitoso, que volverá a disputar Champions League esta temporada. Su cláusula tampoco era un inconveniente: 150.000 euros, que podrían afrontar los andaluces sin ningún problema.

Todo parecía encaminado a concretarse, hasta que las conversaciones giran en torno a su equipo de trabajo. Braulio estaba dispuesto a pagar de sus emolumentos los salarios de Cata y Alejandro Alfaro, sus más directos colaboradores, pero no se sentía cómodo con la obligatoriedad de que Fernando Navarro y Emilio de Dios, hombres de Monchi, mantuvieran su actuales puestos en su organigrama. Tampoco estaba convencido de que su contrato de tres años, como tiene en Osasuna, estuviera supeditado a objetivos altos. Tras un par de días de reflexión, el domingo comunica que se queda en Pamplona. Una negativa no esperada y que enciende las alarmas en el Sánchez-Pizjuán, deseosos por cerrar el capítulo Monchi y su relevo.

El club tenía en la recámara otras dos opciones: Víctor Orta y David Cobeño. Con el exdirector deportivo del Leeds hubo contactos el viernes y una reunión el sábado para conocer su postura. Había sintonía en el salario, que al igual que en el caso de Braulio, serviría para pagar a Gaby Ruiz y Alberto Cordero, sus dos colaboradores. También aceptó la propuesta sevillista de mantener a Fernando Navarro y Emilio de Dios en sus actuales puestos, llegando incluso a hablarse del funcionamiento diario. Tras ese contacto, Orta no volvió a tener noticias del club hasta el lunes, cuando como contamos en Relevo, todo se aceleró con el paso atrás de Braulio.

Entre medias, el Sevilla buscó otra opción rupturista con el pasado. David Cobeño había estado en la entidad como portero hace muchos años, pero no había tenido contactos con el club y su entorno en los últimos tiempos, más allá de la consulta propia de algún futbolista. Entre la noche del pasado domingo y la mañana del lunes, tanto Cobeño como los dirigentes sevillistas, tantearon su salida ofreciendo 400.000 euros.

En una conversación entre el presidente rayista y Cobeño, Martín Presa le trasladó su negativa a dejarlo marchar si no era por la cláusula. Con la salida de Andoni Iraola y con el centenario del club a la vuelta de la esquina, su imagen podría quedar aún más tocada ante sus aficionados. Así lo comunicó Cobeño. Se quedaba. Otra negativa en la mochila sevillista.

Todos los caminos conducían a Víctor Orta que, ayer en su puesta en escena ante los medios de comunicación, dejó una gran imagen en el club. Su mensaje de ilusión, unión y exigencia, parece ir en perfecta sintonía con el modelo del Sevilla. Se maneja como pocos (parecido aquí a Monchi) en el arte de la oratoria. Ahora le toca responder con resultados. La sombra de Monchi es alargada y Orta lo sabe. Será su primer caballo de batalla, que el nombre del ya director deportivo del Aston Villa no esté siempre en boca de los sevillistas.