¿Por qué el Chelsea campeón de la Champions se está descomponiendo?
El Chelsea ganó la Champions 2020-21. Ahora, no compite en Europa y ha perdido a la mayoría de sus campeones: Mount, Havertz... y los que quedan.

"Hemos ganado la Champions y solo vamos a crecer". Mendy; Reece James, Azpilicueta, Thiago Silva, Rudiger, Chilwell; Kanté, Jorginho; Havertz, Werner, Mason Mount. Ellos fueron los once héroes que llevaron al Chelsea a conquistar la 'Orejona' ante el Manchester City. Tras este verano, solo se espera la continuidad en el equipo de Thiago Silva, Reece James y Chilwell. Tres de once. Y de los suplentes apenas unos pocos continúan en plantilla. Han sido tan solo dos años, pero los 'blues' han sufrido una profunda desbandada y unas evidentes consecuencias deportivas. Sin ir más lejos, han pasado de ganar la máxima competición continental a ni siquiera jugar en Europa la próxima campaña. Pero, ¿qué ha pasado para semejante cambio?
Uno de los grandes detonantes del cambio del Chelsea fue la Guerra de Ucrania. Abramovich había realizado una magnífica gestión años atrás y poco a poco había convertido al club en uno de los más respetados a nivel europeo. Sobre el terreno, personas de su confianza como Marina Granovskaia gozaban de un indiscutible honor por su gestión y sus movimientos en el mercado. El conflicto bélico lo cambió todo. El magnate ruso se vio obligado a vender el club el pasado 7 de mayo, dando lugar a un nuevo mandato.
Todd Boehly adquirió por unos 5.000 millones de euros el Chelsea con el fin de hacer una gran inversión que les permitiera seguir creciendo. Un año después, sus movimientos no han convencido. Una gran cantidad de dinero gastado en el mercado de fichajes no ha sido suficiente para competir ni siquiera por los puestos de cabeza en la Premier League.
N'Golo Kante, an all-time great. 💫 pic.twitter.com/Badu44Jz8s
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La marcha de Thomas Tuchel, que les había hecho campeones de Europa, el baile en los banquillos, la falta de gol en plantilla y el caos dentro del vestuario ha dejado consecuencias fatales. El Chelsea ha acabado la temporada en la duodécima posición de la tabla, bastante más cerca del descenso que de las competiciones europeas. Concretamente, ha superado en diez puntos al Leicester City y se ha quedado a 18 del Brighton, sexto; a 27 del Newcastle, cuarto; y a 45 del campeón Manchester City.
Inversión de magnate... ¿en medianías?
Abramovich consideró que a la plantilla que había conquistado la Premier League aún le quedaba un delantero de élite. No había convencido Timo Werner. Y dieron salida a Tammy Abraham, Kurt Zouma, Fikayo Tomori u Olivier Giroud, A cambio, llegó SaúlÑíguez para completar plantilla y la gran esperanza para competir en campeonato doméstico: Romelu Lukaku. El belga volvía a casa con una inversión mediante de 113 millones de euros.
Los resultados fueron relativamente los esperados. Si bien Lukaku no firmó el rendimiento adecuado, el equipo llegó a la final de la FA Cup y de la Carabao Cup, quedó tercero en la Premier, cayó eliminado de la Champions en cuartos de final ante el posterior campeón Real Madrid y ganó la Supercopa de Europa y el Mundial de Clubes. Parecía un proyecto firme, sin fisuras y aspirante a, poco a poco, plantarle cara al City en lo alto de la clasificación en Inglaterra.
Efectivamente, el estallido de la guerra desató el caos. Todd Boehly, no obstante, llegó con la intención de hacer volar al Chelsea. En verano firmó a Fofana, central prometedor del Leicester, por 80 millones; a Sterling, por 57; o a Kalidou Koulibaly (ya en Arabia), por 38. También pequeños arreglos en el equipo como los goles de Aubameyang, a cambio de 12 millones; o al talentoso Chukwuemeka, por 18M€. Y al español Cucurella, a cambio de 65 'kilos'.
He won Chelsea the Champions League. 🎶
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Thank you, Kai. 💙 pic.twitter.com/n8W8LZTGjm
Reinó la impresión de que el Chelsea había invertido una cantidad desmesurada de dinero para no incorporar ningún futbolista de élite mundial. A cambio, perdió a tres ejes defensivos como Rudiger, Christensen y Marcos Alonso por lo que no le quedaba otra que invertir. También perdió a su pareja Werner y Lukaku, que no habían ofrecido el rendimiento suficiente. Eso sí, incorporaba a dos jugadores con capacidad de obrar de delantero centro y seguía contando con el gol de futbolistas como Havertz.
¿A dónde va el Chelsea?
Eran movimientos con enorme impacto económico y adaptación dubitativa. Al menos, para competir por todo. Eso sí, seguía al mando Thomas Tuchel, del que nadie dudaba... excepto la nueva propiedad. El alemán no estaba de acuerdo con la política de fichajes que se ejecutó ese verano, según había informado la prensa inglesa. La relación entre ambas partes era bastante tensa y concluyó con un despido que no dejó indiferente a nadie. El que les había hecho campeón de Champions se marchaba tras seis jornadas, en las que el equipo sumó tres victorias, un empate y dos derrotas.
Parecía motivo insuficiente para despedir a un entrenador que les había llevado a la gloria. En su lugar llegó Graham Potter, que duró hasta el 2 de abril. Venía del Brighton, cosechando grandes resultados y un fútbol atractivo con cifras goleadoras de alcance. La apuesta tampoco salió bien. El Chelsea no ganó en Premier del 19 de octubre al 27 de diciembre. Los resultados no acompañaban, no había regularidad alguna y existía una evidente falta de acierto de cara a portería.
¿La solución? Al mercado, como si el dinero fuera un castigo. Y en invierno llegaron Enzo Fernández (121M€), Mykhaylo Mudryk (70), Badiashile (38), Madueke (35), Malo Gusto (30), Andrey Santos (12,5), David Fofana (12) y la cesión de Joao Félix (11). Ninguno de ellos ha brillado especialmente y, por ejemplo, Mudryk ha pasado prácticamente inadvertido. A cambio salió Jorginho, que incluso fue candidato al Balón de Oro y al The Best tras la temporada en la que ganó Champions y Europa.
Join us in welcoming our new number 15, Mykhailo Mudryk! 👏 pic.twitter.com/QiNPzWPNFY
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611 millones de gasto y solo 67 de ingreso, según el portal especializado Transfermarkt. ¿Tenía un rumbo fijo el Chelsea? Los resultados en el campeonato inglés fueron demoledores. Un año sin Champions no es una opción para un proyecto basado en los millones. Al menos, quedaba la fe de que el núcleo fuerte campeón de la Champions continuaba en pie. Algo que ha empezado a desarbolarse con el mercado de fichajes ni siquiera abierto...
El verano del fin
Mauricio Pochettino ha llegado a Stamford Bridge para poner cabeza y continuidad a un proyecto que tiene que vender para paliar el enorme impacto que supondrá no disputar ni siquiera la Conference League. O, al menos, liberar masa salarial. Por el momento, ha llegado Nkunku, un jugador que invita a la esperanza. Pero otros muchos, parte fundamental de aquella gesta europea, se han bajado del barco.
El portero Mendy ha puesto rumbo a Arabia Saudí, al igual que Kanté. Mount se irá al United tras cerrar el acuerdo entre clubes. También Ziyech, a falta de oficialidad. Como Azpilicueta, al que se facilitará la salida por los servicios prestados. Havertz ya es oficialmente jugador del Arsenal, a cambio de unos 75 millones de euros. Si se confirman todos los movimientos esperados, el nuevo Chelsea solo contará con Chilwell, Reece James y Thiago Silva del once de O Dragao.
Chelsea Football Club is pleased to announce Mauricio Pochettino as the club's new head coach!
— Chelsea FC (@ChelseaFC) May 29, 2023
De aquel banquillo también se fueron Christensen, Marcos Alonso, Willy Caballero, Zouma, Giroud, Hudson-Odoi o Emerson. También en la rampa de salida el mencionado Ziyech o Christian Pulisic. Incluso Mateo Kovacic, un futbolista fundamental en los últimos años, ha sido traspasado al Manchester City. El propio City y el Arsenal, a priori rivales de los 'blues', salen reforzados de sus movimientos...
La Guerra de Ucrania, el cambio de propiedad, la inversión desmesurada, los vaivenes deportivos, los cambios de entrenador... El Chelsea ha vivido una temporada en llamas que ahora tiene consecuencias. De ganar la Champions a no jugar competición europea. De sonreír con la copa más ansiada a que solo tres de aquella gesta continúen en plantilla. Desde el momento de gloria, solo han pasado dos años, pero en Stamford Bridge se ha vivido lo que en otros tantos clubes sucede en décadas. Pochettino tiene trabajo por delante.