OPINIÓN

Ver así a Isco es descorazonador

Isco, durante un partido con el Sevilla. /GETTY
Isco, durante un partido con el Sevilla. GETTY

Cuando acabas de cumplir los 40 tienes la impresión de vivir en una rueda donde todo se repite, pero nada sucede como habías programado. Es extraño. También extraordinario. Todo nos sorprende a la vez que nada nos pilla por sorpresa. Las pretemporadas y las primeras semanas de competición tras el cierre del mercado de verano son el hábitat natural de tal contradicción. Sabemos que los nuevos "asombrarán" el primer día, que el jugador descartado arrancará con el único fin de "ganarse un puesto", que el que ayer decepcionó mañana puede ser "el fichaje". Eden Hazard, por ejemplo, ha transitado esos caminos. Del fondo del armario a los titulares esperanzadores. Pero al final el estado real de cada uno (equipo o futbolista) se impone y cae por su peso, como la manzana en la cabeza. Y no nos choca.

Lo vemos todos los años. Pasan los meses y las derrotas, las lesiones o las recurrentes suplencias ponen de manifiesto las grietas de planificaciones, ciclos y carreras. También entran en juego asuntos biológicos como la edad. El envejecimiento es inevitable (ay, Modric), pero los retoques son opcionales. Ahí aparece el mercado de invierno, como tabla flotante, con oportunidades para parchear las ruedas, aunque también para ilusionar. Que de todo hemos visto. Desde el inverosímil Faubert al portentoso Davids. El francés y el holandés representan las dos caras de esta ventana de fichajes, como las máscaras del teatro. Adivinen quién de los dos sería la triste...

Todo se repite, decíamos. Pero siempre se hace hueco el desconcierto. Y no ha habido mayor en este mercado que el de Isco. En primer lugar por el destino que había elegido, un Union Berlin que si bien es cierto que está atravesando el mejor momento de su historia también lo es que aparecía como una salida a la desesperada ante falta de ofertas aristocráticas. Tenía, en cualquier caso, todos los ingredientes para convertirse en un fichaje random, signifique lo que signifique random. Sin embargo, en un reflejo de lo que se han convertido sus últimos años, todo se rompió de manera abrupta. Nada era lo que parecía.

La suya ha sido la caída de un futbolista mágico que, por unas causas u otras, extravió su carrera en los últimos años. Inesperado si nos instalamos en 2013, cuando se convirtió en uno de los niños bonitos de nuestro fútbol: Golden Boy, MVP del Europeo Sub-21, recién fichado por el Real Madrid. Es descorazonador verle ahora, con 30 años, sin equipo después de descuidar su magia, deambular por el campo y tener roces fuera de él. Lanzo una pregunta y la respuesta calibrará la reducción de su figura: a usted, lector y lectora, ¿les ilusionaría que Isco fichara por su equipo?

El malagueño está lejos de crear el estímulo y el optimismo propios de las novedades. Pero como la fe es cuestión de riesgo, un servidor no la ha perdido con él. Con 30 años tiene aún tiempo de enderezar los renglones torcidos para disfrutar de un fin de carrera digno. Si sucede nos sorprendería. Aunque, en el fondo, no nos pillaría por sorpresa. La vida es una rueda.