El 'marrón' del Atlético con Joao Félix: condenado a negociar a la baja o bajo presión a final de mercado
La incompatibilidad de Simeone con el portugués hace que, en cualquier mesa de negociación, los rojiblancos partan con desventaja.

Desde que Joao Félix dejase el Atlético de Madrid para terminar la temporada 2022-23 en el Chelsea, su relación con el club no ha supuesto más que problemas. El altísimo coste de su fichaje ha hecho que desde la directiva atlética hayan querido renovarlo y ahora mismo tiene contrato hasta 2029. ¿Por qué lo renuevan si no lo quieren? Pues porque esos 120 millones que costó no se pagan de una vez, al principio, sino que se divide entre todas las temporadas que vaya a tener en el club. De esta forma, a más años, menos dinero cuesta su amortización.
Mezclar esta situación con el conflicto abierto que tiene el portugués con su entrenador, Cholo Simeone, hace que el Atlético tenga todas las de perder a la hora de negociar por una salida para él. El técnico argentino no quiere ni verlo. A ser posible, ni en la pretemporada, aunque parece que no le va a quedar más remedio. El verano pasado incluso llegó a viajar con toda la plantilla durante la pretemporada de verano por México y EEUU. El futbolista, con contrato en vigor, siempre tiene la escapatoria de cumplir lo firmado y ahí, con la legislación en la mano, el trabajador tiene todas las de ganar.
En una situación límite el Atlético de Madrid tendría que incluirle en el grupo, tendría que entrenarse con todos y hacerle ficha. Es decir: tragarse el sapo de tener a un jugador súper bien pagado, con el que el técnico no va a contar y va a suponer un problema constante de convivencia en el vestuario.
Por eso su salida siempre se dilata. Su adiós en el último mercado, para salir cedido al Barcelona, se produjo poco antes del cierre. Cualquier representante o director deportivo que se sienta con los rojiblancos a hablar de Joao sabe que el tiempo está de su lado. Si ahora cuesta 20 y cobra 7 millones netos (por ejemplo), a partir del 25 de agosto la situación se irá forzando por sí misma y los precios abaratándose drásticamente.
Ninguna de las partes quiere un Joao Félix de rojiblanco esta temporada, pero el jugador tiene la capacidad de decidir dónde quiere irse cedido, y cómo. Si no: se aferra a su (muy) buen contrato, que el club está obligado a cumplir, y ya está. "De momento está disfrutando de unas vacaciones por su trabajo con la selección y es un gran jugador, siempre lo digo. Triunfará donde vaya. Habrá que esperar a ver qué pasa y qué quiere el jugador. De momento sí que le estamos esperando porque es un jugador nuestro pero te lo he dicho antes: los jugadores juegan donde quieren jugar", aseguró hoy Enrique Cerezo, manejando como siempre la ambigüedad para no aclarar nada pero deslizando ese "triunfará donde vaya".
Benfica, Emery o Lopetegui...
Desde hace meses se viene especulando con el interés de varios clubes por el portugués: desde el Benfica hasta las ganas de pescar en río revuelto de entrenadores como Emery o Lopetegui... pero desde la distancia, sin demostrar demasiado interés. "Haciéndose los duros" en una estrategia negociadora en la que saben que cuanto más se acerque el 31 de agosto, más fácil lo van a tener. O algún que otro plan más o menos rocambolesco que tiene su agente, Jorge Mendes, para sacarse de la chistera como sus declaraciones del año pasado decantándose por el Barcelona para forzar el acuerdo.
¿Qué posición de fuerza le queda al Atlético a la hora de negociar con un futbolista que todos saben que ni su técnico ni su afición quieren? El mercado parece condenar a los rojiblancos a aceptar una cesión a última hora para, al menos, ahorrarse su salario, o a malvenderlo antes de tiempo y ahorrarse un problema con el que llevan dos temporadas cargando.