PAÍSES BAJOS - ESPAÑA

Miguel Reina y Violeta fueron desterrados de la Selección por perpetrar ante los ojos de Cruyff el autogol más tonto de la historia

Fue en un amistoso, en 1973, en el estadio Olímpico de Ámsterdam y Kubala no volvió a convocarlos. La presencia de Johan puso nervioso al portero español en una maniobra rocambolesca.

Violeta, en el instante del autogol./
Violeta, en el instante del autogol.
Enrique Ortego

Enrique Ortego

A pesar de que la historia del fútbol en general y del español en particular está plagada de jugadas rocambolescas con los porteros como principales protagonistas, la que nos ocupa, con la percha del doble España-Países Bajos de la Nations League, posiblemente se lleve la palma de acciones tontas que acaben en un autogol. Sus actores principales, Miguel Reina, de profesión portero, y José Luis Violeta, de profesión central-líbero, siempre tendrán a su favor que la carambola sucedió en un partido amistoso, que entonces el fútbol todavía se veía en blanco y negro... y que ellos no querían. Por supuesto.

Por cómo se perpetró la jugada en cuestión, el resbalón de Iribar contra Yugoslavia un año más tarde, gol de Katalinsky y que costó no ir al Mundial 74; el gol de Platini por debajo del cuerpo del hasta entonces héroe salvador Arconada en la final de la Eurocopa 84; o el centro-chut de Lawal (Nigeria) que Zubizarreta ayudó a entrar en su portería por querer anticiparse en la acción... se pueden considerar lances más accidentales, aunque mucho más trascendentales por su significado final.

El aspirante al autogol más estrafalario de la historia del fútbol español se fraguó en un amistoso en el estadio Olímpico de Ámsterdam. Se jugaba el tercer enfrentamiento entre España Y Holanda. En el primero, en Amberes 1920, España, con su triunfo, consiguió la medalla de plata olímpica. En el segundo, en el Bernabéu, en 1957, la Selección goleó (5-1) y esa tarde debutaron con el equipo nacional dos de sus mejores futbolistas de la historia: Di Stéfano (tres goles) y Luis Suárez. En este tercer compromiso nada había en juego (2-5-73). En esos tiempos, a nivel de selecciones, se estaba disputando la fase de clasificación para el Mundial 74 de Alemania.

Kubala era el seleccionador nacional y se empeñó que un buen rival para su equipo sería enfrentarse a la selección del país futbolísticamente de moda, en pleno apogeo futbolístico. En 1970, el Feyenoord había ganado la Copa de Europa, y en el 71 y en el 72 el campeón había sido el Ajax, que ya estaba clasificado, además, para la final de esa temporada que se iba a jugar 28 días después y que también ganó el club holandés para completar su triplete.

Una maniobra que ahora no sería reglamentaria

Acababa el primer tiempo y el resultado era de empate. Se había adelantado Rep y había empatado Valdez. Un extremo derecho y un extremo izquierdo goleadores. Un balón sin pena ni gloria salió por la línea de fondo de la portería española. Miguel Reina, el portero patrio, fue a por el esférico e indicó a su compañero Violeta, que formaba el tándem central de la zaga con el madridista Benito, que se quedara en el área pequeña. Él, desde el lateral del área, le iba a ceder la pelota. Era una operación defensiva que en aquellos años 70 se solía guisar a menudo como acción para perder tiempo. El portero desde fuera del área grande cedía el balón al defensa, éste se lo devolvía para que el guardameta entrase en el área, cogiese el esférico con la mano y sacara largo, bien con la mano o con el pie. Esta acción ahora no es reglamentaria.

Ni Violeta, ni Miguel Reina, sobre todo éste, se percataron que Cruyff estaba relativamente cerca y al ver la maniobra, se fue a molestar -entre sus muchas virtudes no estaba la de presionar- al portero español. Miguel, al verle acercarse, se puso nervioso y ni siquiera pensó en abortar la situación entrando en el área y que se tuviera que repetir el saque de puerta. Quiso seguir adelante. En lugar de golpear con la derecha, como era su pensamiento, golpeó con la izquierda, medio ladeado por la presencia de Johan, con tan mal golpeo que el balón se alejó lo suficiente como para que Violeta no reaccionase y terminara entrando a la portería después de tocar en el poste más alejado.

Ninguno de los presentes en el estadio, ni los que vieron la acción por televisión, en más negro que en blanco, daban fe de lo ocurrido. Una jugada inexplicable. En el descanso inmediato, cuentan que Kubala montó en cólera y le dijo a Reina que no jugaría la segunda parte. Con el tiempo se quiso explicar que era una decisión que estaba prevista para que debutara Mariano García Remón, que era el portero suplente y se había hecho con la titularidad en la portería del Real Madrid. No se puede obviar que todavía entonces el portero titular de la Selección era José Ángel Iribar, que ese día estaba lesionado, pero recuperó su puesto en encuentros posteriores.

Miguel Reina no jugó la segunda parte ni volvió a ser convocado ni un partido más. Se quedó en las cinco internacionalidades que cumplió esa noche. Cuando hablas con él al respecto, no puede ocultar su desengaño a pesar del tiempo que ha pasado. "Es que después de una carrera como la mía, entre el Barcelona y el Atlético, al final siempre me llamáis para hablar de este gol con Violeta o del de la final de la Copa de Europa contra el Bayern en el último minuto, que fue un año y poco después". Con su buen humor, que nunca ha perdido, sentencia. "Parece que solo se cuentan esos dos errores y todo lo demás que hice en mi carrera no valió para nada. Lo de Ámsterdam fue más raro, pero lo de Bruselas más traumático". Desde luego nunca fue de vacaciones a la región de los Países Bajos.

Violeta se quedó en puertas del Mundial 66

Aquel era el segundo partido del portero cordobés con la Selección. Había debutado en octubre del 69 contra Finlandia en la Línea de la Concepción (6-0), el mismo día que se retiró Gento del equipo nacional. Kubala ya era el seleccionador y en ese once titular también estaba José Luis Violeta, que disputaba su sexto encuentro y con quien cuatro años después iba a protagonizar la jugada narrada. Entre el estreno a los pies del Peñón de Gibraltar y el destierro de Ámsterdam, Reina disputó otros tres partidos con la Selección: Chipre (0-2), URSS (0-0) y Grecia (3-1). Fue uno de los grandes damnificados de la alargada sombra del 'Chopo', apodo del legendario guardameta del Athletic. Solo jugó cinco encuentros, los cinco como titular, aunque el último no fue completo, pero había sido convocado en 23 más, por lo que 18 se los pasó sentado en el banquillo.

Violeta, sujeto más pasivo de la jugada, también fue fulminado tras el amistoso contra Holanda. Se quedó en 14 internacionalidades. Su debut había sido anterior al de Reina. Otra historia triste para uno de los mejores jugadores de la historia del Zaragoza (473 partidos). La selección estaba concentrada en Santiago de Compostela para preparar el Mundial de Inglaterra 66. Violeta, un medio ofensivo, que acabó según avanzaba su carrera en medio defensivo, estaba entre los convocados... pero el técnico, José Villalonga, campeón dos años antes de la Eurocopa, tenía que descartar a cuatro futbolistas. Violeta jugó el último amistoso de preparación contra Uruguay (1-1), 23 de junio. Pocos días después fue uno de los descartados junto a sus compañero Villa, que se fue de la concentración antes de que le dejaran fuera, y los barcelonistas Rifé y Zaldúa.

Junto al autogol en cuestión, fueron sus dos grandes decepciones como internacional. Mucho más, por supuesto, la primera. "Quedarme a puertas de un Mundial fue muy duro... Se dijeron muchas cosas entonces sobre lo que ocurrió". Su compañero Marcelino, el del gol a la URSS, siempre comentó que había sido el Gobierno de Franco el que había influido en las decisiones del seleccionador a la hora de decidir quiénes formaban la expedición. A la vuelta del Mundial, con Domingo Balmanya ya de seleccionador, volvió a ser convocado para, a pesar de la gran competencia que había en su puesto, completar esos 14 encuentros que acabaron en Ámsterdam. En otros cinco fue convocado, pero no jugó. Violeta ganó dos Copas y una Copa de Ferias con el Zaragoza.

Aquella noche del Olímpico de Ámsterdam, el equipo español estuvo formado por Reina, Sol, Benito, Violeta, Macías; Claramunt, Pirri, Irureta; Aguilar (el del Atlético), Gárate y Valdez. Planelles y Galán, que también debutaban, entraron tras el descanso por Irureta y Gárate. y eso que un par de ellos estaban lesionados. Hasta ocho 'ajacied' estaban en el once titular: Suurbier, Hulshoff, Krol, Haan, Neeskens, Rep, Cruyff y Keizer. El portero Van Beveren (Ajax) e Israel y Van Hanegen (Feyenoord) completaron el equipo. El partido acabó con la victoria local (3-2). En la segunda parte, el valencianista Valdez volvió a empatar el partido y en el último minuto entre Cruyff y la espalda de Israel consumaron el triunfo 'oranje'.