Moha y su recuerdo de la final de 2004: "Lo que me impactó fue ver a los niños correr descalzos detrás de nosotros, ¡imagínate si ganamos!"
El ex de la Real Sociedad atiende la llamada de Relevo para hablar de sus recuerdos con Marruecos y de su paso por la Real y Girona, que se verán las caras este sábado en Montilivi.

A Mohamed El Yaagoubi 'Moha' (Taoririrt, Marruecos, 1977) le tocó vivir alguno de los años más convulsos de la historia de la Real Sociedad y del Girona en Segunda División. Sin embargo, guarda un grato recuerdo de ambas experiencias. Desde la distancia disfruta del éxito de dos de sus exequipos. También lo hace de la selección de Marruecos, inmersa de lleno en la pelea por la conquista de la Copa de África. Hoy se verá las caras en los octavos de final ante Sudáfrica. Moha echa la vista atrás en el tiempo y recuerda cómo fue la final de 2004 entre Túnez y Marruecos. Una derrota no pudo tener más sabor a victoria.
¿Cómo te va la vida?
Desde que dejé el fútbol he estado formándome, intentando sacar la titulación de entrenador, de director deportivo, auxiliar de fisioterapeuta… Toda una serie de cosas relacionadas con el mundo del deporte. Estoy intentando buscar un equipo. A ver si sale algo interesante. He ido haciendo mis pinitos aquí en Cataluña entrenando a juveniles, Tercera División, Primera Catalana y a ver si poco a poco vamos escalando y viviendo el futbol profesional si Dios quiere. No te voy a engañar. Cuando acabé el fútbol necesitaba un descanso, un 'out' porque acabé hasta el moño de todo. Pero no podía ni olvidar ni dejar de lado lo que me había dado desde pequeño, mucha alegría y mucha ilusión, ni la oportunidad de jugar en equipos como la Real. Tengo un hermano que es más de la Real que yo y estaba él más contento que yo cuando firmé. Me sorprendió mucho el hecho de ver un club tan grande a pesar de estar en un momento difícil tanto económico como deportivo, pero me sorprendió muy gratamente la estructura que tenía como club. En todos los años que he vivido como profesional ha sido el club que más me ha sorprendido en ese sentido porque lo veía como un equipo grande aquí en España. Y no me he equivocado porque a día de hoy se está demostrando, aunque ya lleva muchos años haciéndolo bien. Yo coincidí en una época difícil, pero la cosa ha ido a mejor y me alegro enormemente por eso.
¿Qué te aportó aquella Real Sociedad?
Mucho. Lo primero, ver algo inesperado. Ver como un club en Segunda División era capaz de no bajar los brazos en un momento tan duro y tan difícil, porque parecía que todo era malo, que todo iba a ir a peor. Y sin lugar a dudas, la estructura interna del club, la gente era muy profesional y la veías trabajar con todo el amor para ese club. No sé ni lo que cobraban ni lo que dejaban de cobrar, pero lo hacían con un amor a esos colores y a ese club que te arrastraba. Eso fue una de las cosas que más me impactó. Después, deportivamente hablando, desde pequeño siempre había seguido la trayectoria de Juanma Lillo. Para mí era algo increíble que me entrenase y tuve esa fortuna. Fue otra grata sorpresa encontrarme con él, con su cuerpo técnico y con el equipo que había de jugadores. Lástima que solo fue un año, pero fue inolvidable.
"De la Real me impactó ver cómo un club en Segunda era capaz de no bajar los brazos en un momento tan duro y tan difícil. Lo hacían con un amor a esos colores que te arrastraba"
Exfutbolista de la Real Sociedad y del GironaSon muy pocos los jugadores que hablan mal de Juanma Lillo…
Habrá de todo. Seguro que hablas con otros que no participaban tanto y echan basura. Nunca se sabe. Lo que pasa es que lo dudo mucho. Humanamente es una persona que protege al jugador, que lo cuida y que le enseña muchas cosas aparte de lo que es el fútbol. Después te hace comprender que el juego no deja de ser eso, un juego. Te da la sensación en el día a día de que estás jugando en la calle, que estás disfrutando y aprendiendo. Tienes ganas de venir al día siguiente para volver a jugar, a aprender y todo ello para llegar al fin de semana y competir. Fue una pena no conseguir el ascenso. Creo que hicimos una buena temporada, pero no fue todo lo buena que esperábamos todos. Creo que teníamos muy buen plantel y sobre todo un grupo humano muy grande y ya se vio que al año siguiente de estar yo, que ascendieron con otro entrenador. Fue una alegría, aunque a mí me hubiese gustado estar y que se hubiera conseguido con el míster, que era de allí de la tierra y que sentí esos colores, pero es fútbol y todos sabemos que los resultados son los que manejan esta historia. Por desgracia no pudo ser con él.
Desde la distancia, ¿cómo has vivido el crecimiento tan grande que ha experimentado la Real?
La estructura que tiene la Real es de un equipo grande. No solo por el hecho de tener una buena estructura, sino de la gente que trabaja para formarla. Lo más grande que se ha podido conseguir se ha hecho con gente de la casa y eso es algo que da valor a ese sentimiento de pertenencia del aficionado, de sentimiento que es algo de lo que adolece el mundo del fútbol actual. Yo me acuerdo de mi época, de Xabi Prieto, un grandísimo jugador. Seguro que tuvo ofertas, pero se quedó. Yo, si hubiese sido el presidente del Barcelona, por ejemplo, me lo hubiera llevado. Pero él ha sido una persona que ha dedicado su vida deportiva a esos colores y a ese equipo. Eso se dice pronto, pero es muy difícil de hacerlo. Eso habla muy bien del club y de la gente que está dentro.
Dejaste la Real y fichaste por el Girona, convirtiéndote en un emblema de aquel equipo…
Estuve más tiempo que en la Real, pero fueron momentos difíciles también. Estuvimos cerca de descender en dos temporadas, incluso de desaparecer, pero a día de hoy es una alternativa a ganar la Liga. Ahí está peleando con los grandes. Puede ser una casualidad, pero de donde salgo, pasan cosas buenas. Es algo maravilloso. No sé si es bueno o malo. Estoy muy contento por el Girona. porque encontramos un bloque muy bueno, jugadores de muchos sitios diferentes, con personalidades diferentes, distintos entrenadores, una época bastante convulsa, pero que te lleva a pensar que los que ganamos y perdemos somos los jugadores, para bien o para mal. El entrenador, a veces, te aporta muchas cosas para el día a día, para el conocimiento y la comunicación que pueda haber entre los jugadores. No es nada más que eso, comunicarte con el espacio, con los compañeros, con los contrarios y tener una relación para saber dónde quiero la pelota, cómo la quiero y qué es lo que tengo que hacer si yo voy a presionar aquí o tú allí. A pesar de los malos momentos, el recuerdo es muy grato porque la gente empezó a vivir fútbol más que antes y a día de hoy se puede ver el crecimiento de un equipo que estaba hecho para jugar en Tercera División, en Segunda B de antes… A día de hoy es muy bonito ver a un equipo humilde bien trabajado con una estructura desde abajo y que compita con los más grandes de LaLiga.

Te tocaron vivir dos épocas convulsas tanto en Donostia como en Girona, pero le han dado la vuelta...
Esto no va muy desencaminado a lo que hemos hablado antes. Es un deporte y se le tiene que dar el valor necesario. A todos nos gusta ganar. Eso está claro. Pero a veces se nos va la cabeza. El fútbol puede resultar muy engañoso. Hay que tener las ideas muy claras y los objetivos muy concretos tanto por parte de los clubs como por los cuerpos técnicos y explicárselo a la gente. Creo que jugar tantos partidos daña el espectáculo. No nos olvidemos que el jugador necesita un tiempo para recuperar y dar el máximo en el siguiente partido y si no lo hace, los perjudicados, primero, son los jugadores, por las lesiones, y luego el aficionado, por no ver ese espectáculo que desea ver. Muchas veces parece que es que el jugador no quiere, pero en muchas ocasiones no está capacitado para hacerlo. A mí, siendo egoísta, me gustaría ver tanto a la Real como al Girona y Osasuna peleando con los grandes, y al Sabadell, Elche y Levante, por ascender, pero es imposible. Se trata de competiciones muy duras. Y no es fácil. ¿Solo el que gana hace bien las cosas? Pero ganar, por desgracia, solo puede hacerlo uno. Hay que intentar estar más cerca de ahí arriba que de ahí abajo y ¿cómo se consigue eso? Si juegas mejor, seguro que vas a tener más probabilidades de ganar. Pero a menudo es complicado.
Estamos hablando de Real y Girona, dos equipos que han experimentado un crecimiento exponencial. Marruecos también lo ha hecho. ¿Cuál es la clave?
Ahora Marruecos tiene una de las mejores selecciones de la historia y no porque haya llegado a la semifinal del pasado Mundial, sino porque tiene grandes jugadores que están jugando en grandes clubes muchos de ellos y están compitiendo contra los mejores jugadores del mundo. Y eso hace que la selección juegue mucho mejor y que tenga más probabilidades de ganar que de perder contra los equipos contra los que juega. Con una buena estructura y con un buen cuerpo técnico aumenta esa probabilidad. Si me haces creer que no soy nadie, posiblemente salga a jugar y pensaré que me pueden ganar. Si me haces creer que le puedes ganar a cualquiera, como es el caso del Girona o de la Real a día de hoy, voy a ir al campo del Madrid y no es que pueda ganar, pero sí que puedo competir, jugar bien y tener muchas posibilidades de ganar. Marruecos tiene esa sensación en todos los partidos, que no son inferiores a nadie, todo lo contrario.
Marruecos juega ante Sudáfrica con la sensación de que es una de las favoritas para ganar la Copa de África. ¿En tu época en la selección esto era así?
Yo te voy a ser sincero. Yo tuve la suerte de llegar a una final con Marruecos en 2004. Jugamos contra Túnez y perdimos. Era mi segunda final porque había jugado una final de la Copa Catalunya contra el Mataró. Pero yo pensaba: 'Una final, estoy en una final de una Copa de África' y me repetía: 'Moha, en una final, ¿tú?'. Yo veía de pequeño a Koeman, a Romario, a esta gente en el Camp Nou y soñaba con jugar en ese campo y si podía ser contra ellos, mejor. La sensación era maravillosa. Mi cabeza no estaba pensando en salir ganador, estaba pensando en que iba a jugar una final. El objetivo era ganarla. A día de hoy Marruecos ha hecho un esfuerzo muy importante. Ves a los jugadores, a los entrenadores cómo entrenan, ves las instalaciones… Si te digo yo a las instalaciones a las que íbamos nosotros… ni en Tercera y estábamos en la selección. Todo ha cambiado para bien, para que el jugador esté mejor. Y que los entrenadores estén mejor preparados para gestionar todo eso. La evolución ha ido a mejor.
"Ves a los jugadores cómo entrenan, las instalaciones… Si te digo yo a las instalaciones a las que íbamos nosotros… ni en Tercera y estábamos en la selección. Todo ha cambiado para bien"
Exfutbolista de la Real Sociedad y Girona¿Cómo es la afición marroquí?
Estamos hablando de Bono, Achraf Hakimi, Zyech, que tiene un uno para uno que ya me hubiera gustado tenerlo a mí, Boufal, Amrabat… Son jugadores muy queridos en Marruecos. Marruecos es un país que con muy poco que les des, lo acogen con todo el amor del mundo. Después de haber perdido la Copa de África me impactó tanto nuestra llegada... Veías a los niños correr detrás nuestro descalzos y decías: 'No me lo puedo creer ¿Qué es esto?'. No tenían ni zapatos para correr y estaban contentos porque su selección había llegado a la final. Imagínate si hubiéramos ganado. No sé de qué hubiesen sido capaces. Eso te hace pensar que el fútbol no deja de ser un juego, pero también que hay muchas personas que tienen un sentimiento interior por la selección que les alegra cualquier problema. Me pasaba lo mismo cuando iba a jugar. Hacía como un 'kit kat' y los problemas los dejaba aparcados. Era mi momento para disfrutar, para pasármelo bien. Y es lo que sienten esas personas que tienen ese sentimiento de pertenencia. Fue un recibimiento bonito, pero duro a la vez. Ves lo bonito y lo más duro. Tú, como jugador, lo experimentas, lo sientes y lo vives. Se ha dicho muchas veces. El fútbol abre muchas puertas y muchas fronteras en este caso. Te hace olvidar cosas negativas y te hace pensar que todo es posible y tener un momento de felicidad aunque, por desgracia, tu vida sea una ruina.
"El fútbol abre muchas puertas y, en este caso, muchas fronteras. Te hace olvidar cosas negativas y te hace pensar que todo es posible y tener un momento de felicidad aunque tu vida sea una ruina"
Exfutbolista de la Real Sociedad y del Girona¿Al ver a esos niños persiguiéndoles te sentías reflejado en el sentido de que tú, de pequeño, soñabas con eso?
Por una parte, sí. No te puedo decir cómo se sentían ellos. Te puedo decir cómo me sentía yo. He tenido la suerte de criarme aquí en Barcelona, en un pueblo llamado Sant Boi y las carencias que ellos tenían, yo no es que fuera un privilegiado, pero no las tenía. Me acuerdo que teníamos las televisiones de cajón en blanco y negro y podíamos ver algún partido retransmitido. Me puedo poner en su piel por un tema de empatía y de haber ido muchos años de vacaciones y vivirlo desde cerca. Podría meterme en su piel, pero el día a día de cada uno te lo tendría que explicar cada uno de ellos que iban descalzos muchos de ellos, pero felices y eso me llenó de orgullo y felicidad, verlos contentos pese a las dificultades que estaban teniendo.
¿Siempre soñaste con ser futbolista?
No te voy a engañar. Me gustaba el deporte en general. Era muy inquieto. Haciendo gimnasia en el colegio, un profesor vio cómo me movía y le llamó la atención y quería llevar a un centro de alto rendimiento para formarme en ese ámbito. No pudo ser porque mi madre no dio el visto bueno. Me tenía que ir a Barcelona y económicamente no nos podíamos permitir ese lujo. Yo jugaba a fútbol todos los días en el colegio y acabé entrando en un club de fútbol. Pero por una tema de papeles me costó mucho jugar como federado. Tenía esa ilusión porque me gustaba el deporte. Empecé a ver Olimpiadas, mundiales de atletismo, de fútbol, veía todos esos estadios llenos, la gente animando… Me llamaba la atención jugar en esos campos y soñaba con algún día poder conseguirlo, aunque sabía que no era fácil. Prácticamente, imposible. Era una meta en mi vida. Con esfuerzo, con alguna casualidad y por muchos factores tuve la fortuna de poder hacerlo.
¿Cómo recuerdas tú llegada a España?
Mi padre y mi madre se casaron en Marruecos. Mi padre emigró, vino aquí a España y lo hizo solo. Tenía que encontrar trabajo. En esa época vino sin saber un ápice del idioma. Cuando tienes a gente que te puede orientar es más fácil, pero uno cuando vive con las necesidad, su instinto hace que se supere y que vaya solventando situaciones y cosas. Yo soy el quinto de seis hermanos. Una hermana mía falleció el año pasado. Quedamos cinco. Por la manera de pensar de mi madre, de mantener sus raíces, decidió por una alternancia. Algunos de mis hermanos nacieron en Marruecos, yo también, y otros aquí en España. Mi crianza fue toda en España, pero yo también, como mi madre, he querido echar raíces allí y he viajado mucho.
¿Se siente un privilegiado por lo que ha conseguido?
No sé si un privilegiado, pero sí orgulloso de haber sido tanto en mi vida privada como profesional, como me han educado. Estoy orgulloso de haber vivido esta gran experiencia que de pequeño era un sueño, de haberlo cumplido y de haber sido yo mismo. Eso es de lo que puedo estar más contento. Si le queremos llamar, privilegio, genial, pero estoy orgulloso. La gente que me conoce un poco o que ha tenido un contacto conmigo, tendrá una opinión, pero estoy satisfecho por cómo he sido, por cómo hecho las cosas, con mis errores, que no soy un santito, pero sí muy contento de haber llegado a cumplir ese sueño que en aquella época lo veía como una posibilidad de poder ayudar en casa a la familia.
"Me siento orgulloso de haber podido participar en esa felicidad momentánea que a día de hoy perdura en la memoria de muchas personas pese a las dificultades que han podido tener. Eso es bonito"
Exfutbolista de la Real Sociedad y del Girona¿Se ve un modelo a seguir para esos niños?
Recuerdo tanto esa época que voy a día de hoy y todavía recuerdan detalles, incluso anécdotas y partidos de nuestra época y por eso te sientes muy contento de haber podido contribuir a que la gente haya sentido felicidad por su selección por un juego tan bonito como es el fútbol. Me siento orgulloso de haber podido participar en esa felicidad momentánea que a día de hoy perdura en la memoria de muchas personas pese a las dificultades que han podido tener. Eso es bonito. Eso no se paga con todo el oro del mundo. Que te recuerden eso, te hace volver atrás y pensar que no eran tan malo, que aunque tenía una pata de palo, hacías las cosas bien de vez en cuando.