¿Sorprendidos con Alba Redondo? Yo ya le eché el ojo en el Fundación Albacete...

Os mentiría si os dijese que el temporadón de Alba Redondo me ha pillado por sorpresa. Para nada. Es una futbolista que siempre me ha llamado la atención. La entrené -una gran suerte- en el Levante, pero ya puse mis ojos en ella cuando defendía la camiseta del Fundación Albacete. Me llamaba mucho la atención cómo jugaba, los movimientos que hacía en el campo, etc. Sin embargo, en ese momento, tan sólo podía analizar sus partidos...
Alba tiene muchas virtudes. Pero, sin duda, una de ellas es que es una trabajadora nata, dentro y fuera del terreno de juego. Lucha por mejorar cada día y ser mejor futbolista. Es muy exigente con ella misma y siempre quiere más. Y si a eso le sumas su entorno, que le ayuda a mantener los pies en el suelo y a ser una jugadora humilde... Alba Redondo lo tiene todo. Uno de sus puntos débiles, de mi época en el Levante, fue su control emocional y mental. Hasta ella misma ha dicho -en varias entrevistas- que ha trabajado mucho en ello. Y se nota mucho, y de manera muy positiva, en su rendimiento deportivo.
Muy alegre y sin pelos en la lengua...
Por eso os decía, que ni su temporadón en el Levante ni su doblete ante Zambia me han pillado por sorpresa. Cuando -por fin- pude entrenarla, me di cuenta de que detrás de cada movimiento, de cada acción ofensiva, había una explicación. Y la explicación era: mucho trabajo acompañado de un talento innato que pocas jugadoras tienen.
Los 28 goles que marcó la pasada temporada -convirtiéndose en la máxima goleadora liguera- son fruto de una excepcional facilidad para finalizar a portería, con ambas piernas, de cabeza... Siempre tiene la meta rival entre ceja y ceja. Además, trabaja mucho por el equipo y está muy comprometida con su club.
¿Si me gusta más de extremo o de delantera? Pues mirad, conmigo jugó en todas las posiciones. En la banda derecha, en la izquierda, de única delantera o acompañada. A nivel ofensivo, lee tan bien el juego, que sabe aprovechar los espacios que dejan las defensas rivales desde cualquier posición. Es tremendamente inteligente.
Y lo más importante: es muy buena persona. Es compañera de sus compañeras, aunque suene a topicazo. Es muy alegre y, sobre todo, es muy familiar -uno de los aspectos que más destacaría de ella. Eso sí, aunque siempre este sonriendo, cuando hay algo que no le gusta, que le molesta, no tiene pelos en la lengua. Te lo dice. Y eso es muy positivo para un entrenador, para saber las inquietudes de sus futbolistas.
Ocupa los espacios entre las centrales a la perfección
Respecto al partido contra Zambia, completísimo. Salió desde el banquillo con mucha intensidad y muy metida en el encuentro. Sin relajación por ir con el marcador a favor, sino todo lo contrario, ha salido con hambre de gol y con ganas de hacer un buen partido.
En el primer gol, hace un desmarque de ruptura en el intervalo ganándole el espacio por delante a la central y una vez que ha ganado ese espacio, se ha colocado por delante de la central para que no le pudiera robar el balón. Después, ha solventado a la perfección el uno contra uno ante la portera. Ha sido un movimiento muy bueno para sacar ventaja durante toda la acción. Y, en el segundo gol, ocupa el espacio del intervalo entre centrales y evita ser marcada para recibir un centro desde la banda derecha y hacer posteriormente un control y ejecutar el disparo. Movimientos de una gran jugadora.
Pero, y a pesar de todo que he dicho anteriormente, sería injusto no mencionar al Levante. Una jugadora sólo puede destacar en un sólo partido, pero para sobresalir como lo ha hecho Alba durante toda la temporada, es necesario el trabajo del resto de las compañeras y del cuerpo técnico. El fútbol es un deporte de equipo, y si todas van en la misma dirección, se consiguen grandes logros individuales y grupales.
¿Y sabéis que es lo más importante? Es que siempre tienes que estar preparada para que cuando te llegue la oportunidad, aprovecharla. Y Alba lo está haciendo. Con su fútbol y con sus goles.