No es un sueño: España está entre las cuatro mejores selecciones del mundo

Wellington.- Antes de que empecéis a leer, perdón. Perdón por las posibles erratas que haya en el texto o las frases inconexas. Pero es que hace un rato estábamos llorando. El partido se parecía al del Mundial de Francia, al 2019. Cuando Estados Unidos nos eliminó con un penalti. Recordaba al del año pasado, a la Eurocopa. Cuando las nuestras fueron infinitamente mejores que Inglaterra, pero el resultado fue el mismo: España se fue a casa. Pero este Mundial tiene algo diferente.

Será por lo que España ha sufrido -desde todas las perspectivas y en todos los ámbitos- para llegar hasta aquí. O la magia del fútbol, cuando nadie -o muy pocos- daban un duro por llegar lejos, la Selección se ha plantado en las semifinales de un Mundial, entre las mejores cuatro selecciones del mundo. No es un espejismo, es real. Y hubo de todo, dos intervenciones del VAR, dos palos de Alba Redondo, un penalti que fue y otro que no, una prórroga... Fuere como fuere, las de Jorge Vilda ganaron a Países Bajos en la prórroga, 2-1. Con sufrimiento sabe mejor. Para la que escribe, uno de los días más felices de su vida.

Mariona Caldentey fue el único cambio que Jorge Vilda introdujo en la alineación respecto a la de Suiza. Antes del partido, se preveía que la batalla iba a estar en el centro del campo, por eso la entrada de la del Barça, para generar superioridad en esa zona. La jugada salió redonda y Mariona se salió. La mayoría de las jugadas de peligro de la Selección llegaron por el carril zurdo y la mallorquina fue una centrocampista más, el escenario perfecto para que su fútbol interior brillase. Mejoró todas las jugadas, les dio pausa cuando lo requerían y les metió ritmo cuando les faltó. Y marcó el gol de la victoria. Un penalti por mano de Van der Gragt. Eso sí, entró con suspense: a la madera y para dentro. Acabó exhausta y en la primera mitad de la prórroga, Jorge Vilda la cambió por Alexia Putellas.  

 Bueno, y lo de Jenni Hermoso. Qué Mundial, qué jugadora. Medio gol de Salma Paralluelo, el que decidió el partido, fue de ella. La más lista de la clase, su pase dejó sola a la del Barça, que definió a la perfección y llevó a la gloria a España. Cualquiera diría que está siendo su primer Mundial.

Minuto 60, Jill Roord sale del terreno de juego. La neerlandesa llegaba al partido de dulce, con cuatro goles en su casillero y liderando a su selección. Sin embargo, ante España, ni ella ni el resto de sus compañeras -véase Brugst, Pelova o Martens- brillaron. Amén del gran partido de España. Las neerlandesas se encomendaron a los balones en largos a la espalda de Irene Paredes y Laia Codina, un arma que explotaron hasta la saciedad. Y en esas, apareció la que menos esperábamos: Van der Gragt.

En la segunda parte, avisaron. Y, claro, fue un balón en largo a la espalda de la defensa española. Codina acertó a meter el pie para arrebatarle el balón a Beerensteyn cuando encaraba la portería española. La de la Juventus fue un dolor de muelas. Sin embargo, en ese lapso de tiempo, entre que Cata llegaba al balón y la neerlandesa soñaba con hacerlo, apareció Irene Paredes para meterle cuerpo. Frappart, que en un principio señaló penalti, fue al VAR y cambió de decisión. Los 15 segundos más largos del Mundial.

Y antes del final del partido, y cuando muchos ya estábamos avisando en Madrid de que nos cogiesen otro vuelo, que no volvíamos a España, apareció... ¡la central de Países Bajos! Van der Gragt se coló entre las dos centrales españolas y disparó fuerte y cruzado. Gol y empate a uno. De villana a heroína en 10 minutos.

España encaró la prórroga sin Aitana, que son palabras mayores. Jorge Vilda decidió cambiarla a pocos minutos para el final del partido y con el 1-0 en el marcador. Si bien es cierto que el marcaje individual de las holandesas la privó de tener más protagonismo, nunca -en un partido como este- puedes quitar a Aitana del campo.

Lo cierto es que en la prórroga la balanza se equilibró, algo normal teniendo en cuenta la importancia del partido. Salió Alexia por Mariona y dejó destellos de su calidad. Sin embargo, el partido lo decantaron una genialidad de Jenni Hermoso y la sangre fría de Salma Paralluelo, que entra de lleno en la historia del fútbol español en su 'primer' año.

Fue la España más reconocible de todo lo que llevamos de Mundial, y mira que ha habido momentos buenos. Las de Vilda sonaron al partido ante Inglaterra, uno de los mejores que se le recuerdan. Hubo momentos de muy buen fútbol. El centro del campo, lideradas por Aitana y Jenni Hermoso -sublime-, movió el balón de un lado para otro, haciéndolo invisible para las neerlandesas, que sólo corrían detrás de él. Tampoco nos podemos olvidar de Tere Abelleira, la del Real Madrid se ha consagrado en este Mundial. Le da el equilibrio y el sentido al fútbol de España.

La afición neerlandesa. Qué locura. Nos 'quejábamos' -y acertadamente- de que era un Mundial descafeinado. Al menos, para los que estábamos en Nueva Zelanda. Sin ambiente de fútbol, daba más la sensación de que los neozelandeses iban al fútbol como quien va al cine, para entretenerse. Y siendo españoles, eso nos chirría.

Pero fue ver a los cientos de aficionados neerlandeses que acudieron la estadio, que se nos pasó -aunque también nos entró el miedo, no nos vamos a engañar-. La marea oranje es una pasada. Cientos de aficionados neerlandeses llenaron las gradas del Sky Stadium, ganándose, un torneo más, ser una de las aficiones más fieles a su país. Aunque que más de 100.000 neozelandeses tengan ascendencia de Países Bajos también ayuda.