Ivana Andrés: "¿Por qué ellos podían ser padres jugando y nosotras no? Lo teníamos que conseguir"
La capitana de la Selección y central del Real Madrid convive con su mujer y su hija durante el Mundial.

Auckland-. A Ivana Andrés (13 de julio de 1994, Ayelo de Malferit) le brillan los ojos cuando le preguntan por Jara, su hija. La capitana de la Selección, y central del Real Madrid, convive con ella y su mujer Ana durante el Mundial (gracias al plan de conciliación de la RFEF). Rompiendo otro -uno más- techo de cristal. "¿Por qué ellos podían ser padres jugando y nosotras no?", reivindica Ivana en una entrevista en Relevo.
A lo largo del texto, descubriréis a la Ivana más personal, la que disfruta como una niña -y nunca mejor dicho- cuando baña a Jara y a la que se le "cae todo" cuando las ve a ella y a su madre. También hablamos de fútbol, claro. Los buenos momentos de Ivana en el Mundial -fue titular en los primeros dos partidos- contrastan con los más duros. Una microrrotura en el sóleo la relegó al banquillo ante Japón y frente a Suiza.
Y hablando de buenos momentos, Ivana señala el mejor: el instante en el que despeja un balón en el área pequeña y evita el remate - a bocajarro- de Snoeijs. "¡Buah! Tía, de la que nos acabas de salvar", le dijo Cata Coll.
¿Cómo estás?
Muy bien, muy feliz y preparada, preparándonos para esas semifinales.
Si hicieses un ranking de los mejores momentos de tu vida, ¿en qué posición situarías el del partido ante Países Bajos?
Pues imagínate... Creo que es uno de mis mejores momentos futbolísticos. Siempre lo voy a recordar, por supuesto.
¿Qué te dice esta foto? (Le enseñamos su post con la imagen del despeje que citamos en el inicio del texto).
Pues lo que pongo ahí, ¿no? Al final, fue una jugada que pudo marcar esos cuartos. Hay una anécdota que yo, es verdad que estaba tan concentrada, que no fui tan consciente de ese momento. Entonces, Cata, cuando saco ese balón con la puntita me dice: "¡Buah! Tía, de la que nos acabas de salvar". Y fue como: "Hostia". Ahí reaccioné y dije: "Hostia, es verdad".
Acababa de salvar un gol. Pero creo que hay que destacar el trabajo, el corazón, el alma, la garra que sacamos como equipo. Porque es verdad que, en la primera parte, tuvimos muchísimas ocasiones. No sé si fueron tres, cuatro palos. Dos seguidos de Alba Redondo. Y fue como: "Jolín, no entra, no entra". Pero, al final, entró. Aunque luego nos empatan en el descuento y otro palo. Pero pensamos: "Ostras, hay que reponerse mentalmente, tenemos que estar fuertes, que podemos, que lo podemos conseguir y tiene que ser nuestro". Al final, nos repusimos y sacamos lo que llevábamos dentro y lo conseguimos.
¿Has visto repetida muchas veces esa jugada?
Sí, sí (se ríe). Tanto el que metemos como el que nos meten. Porque, bueno, al final, también hay que aprender de esos goles para que no nos vuelva a pasar.
¿Cómo has vivido estos dos últimos partidos? Estabas siendo muy importante y una microrrotura te aparta del once.
Pues ya te digo, lesionarse es jodido. Fueron días duros, es verdad. Pero es verdad que, con el gran trabajo del servicio medico, al que quiero darle las gracias, por el trabajo por la dedicación y por la profesionalidad, han hecho que pudiera volver en estos cuartos. Ahora, me encuentro perfecta, en perfectas condiciones y disponible para el partido.
Cambiando de tema. ¿Qué me dices de la integrante más pequeña de la expedición, tu hija?
Pff, pues imagínate, si jugar un Mundial ya es especial... Pues estar al lado de mi mujer y de mi hija ya es algo de más. Que estén aquí, a mi lado, apoyándome a tantos kilómetros, mi hija tan pequeñita. Que imagínate si no hubieran podido venir, también gracias a la conciliación familiar, que puedan estar aquí es una suerte, me siento muy afortunada por tenerlas a mi lado. Porque siempre Ana me acompaña y ahora lo hace con Jara. Y le doy las gracias infinitas porque si no hubiera sido muy complicado, muy difícil. Cuando hubiera vuelto no sé si hubiera reconocido a mi hija. Dos meses después...
"Le doy las gracias infinitas (a Ana) porque si no hubiera sido muy complicado. Cuando hubiera vuelto no sé si hubiera reconocido a mi hija"
Capitana de la SelecciónEstáis rompiendo muchos techos de cristal. Uno de ellos, sin duda, es este. Darle esa visibilidad a la maternidad en el fútbol. Al final, es una imagen que habíamos visto en el fútbol masculino, pero a la que no estábamos acostumbrados en el fútbol femenino...
Era algo necesario que teníamos que conseguir. Que nosotras también pudiéramos ser madres, tanto gestantes como no gestantes. Y porque, al final, muchos países, como Estados Unidos, sí que lo tenían desde hace años y creo que en España era algo por lo que teníamos que luchar y conseguir. ¿Por qué ellos podían ser padres jugando y nosotras no? Era algo que teníamos que reivindicar y que teníamos que conseguir. Y, a día de hoy, pues lo hemos conseguido y creo que es algo muy importante para el fútbol femenino.
¿Cómo es tú día a día con Jara y Ana?
Es muy bonito porque estamos con la conciliación familiar tanto Irene como yo. Podemos tener a nuesta mujer y a nuestro hijo con nosotras en el mismo hotel. No he dormido ninguna noche con ellas porque, al final, Ana y yo siempre hemos tenido claro que el descanso mío es súper importante. Porque al día siguiente tengo que entrenar o al día siguiente tengo partido y yo tengo que estar lo más descansada posible.
Entonces, bueno, estoy con ellas dos menos cuando estoy entrenando, comiendo o cenando. Pero, luego, durante todos eso ratitos que quedan del día, los compartimos juntas. Menos a la hora de dormir porque, bueno, el descanso es muy importante y somos conscientes y siempre lo habíamos hablado y las dos estábamos de acuerdo.
"Era algo necesario que teníamos que conseguir. Que nosotras también pudiéramos ser madres, tanto gestantes como no gestantes"
Capitana de la SelecciónHablas de Irene Paredes y de Mateo, ¿han hecho buenas migas?
Mateo es precioso, siempre está por ahí correteando, jugando. Y con Jara, bueno, es muy pequeñita, entonces, nada. Alguna cosilla le puede decir, o la mira y se queda ahí mirándola, pero bueno, no le hace ni caso, ¿no? Se ríe.
Cuéntame, ¿cómo es acabar de clasificarte para las semifinales y, de repente, ver a Jara y a Ana?
Pues imagínate, con ganas de llorar, los pelos de punta. Me siento una privilegiada por poder tenerlas aquí y acabar el partido, como tú dices, y que en el túnel de vestuarios, delante de la puerta de nuestro vestuario, poder abrazarlas, poder darlas un beso, Bueno, es algo que yo creo que no puedo medirlo en palabras,
¿Guardas algún momento, en este Mundial, que vayas a recordar siempre con ellas?
El momento del baño. Siempre es algo que me gusta mucho, porque ella se queda muy relajadita. Compramos una bañera hinchable para poder transportarla. La doblas, la hinchamos cada vez que nos cambiamos de hotel, que tenemos muchos cambios (se ríe). Pero bueno, el momento ese de inflar la bañera, de bañarla, se queda muy relajadita. Cuando sale se pone como una fiera porque no le gusta salir del bañito, que está muy a gusto. Y, bueno, es que aún es muy pequeñita. Ahora ya empieza a que le dices algo y te reconoce, le salta una sonrisilla.. Bueno, se me cae todo.
La última, ¿la ves siguiendo tus pasos?
Tiene piernas de futbolista, ¿eh? Porque tiene las misma piernas que Ana y ella las tiene semiarqueadas. La niña tiene las mismas piernas, o sea que puede ser, puede ser... las piernas las tiene.