Fernández-Prieto enfila el caso Rubiales tras 40 años en la judicatura: "Es muy respetado en la abogacía"
El magistrado que juzgará los casos de agresión sexual y coacciones contra Luis Rubiales ha juzgado en la Audiencia Nacional casos como Banco de Valencia o unas injurias contra la corona.
![Luis Rubiales, entrando en la Audiencia Nacional. /EFE](http://s1.sportstatics.com/relevo/www/multimedia/202501/31/media/cortadas/rubirubirubi_20250201000358-RW74CwPstwopGdbeM8gDfGK-1200x648@Relevo.jpg)
Al fondo de la sala, el juez escucha. Por delante van pasando los denunciantes, los testigos, los acusados... José Manuel Clemente Fernández-Prieto González, que así se llama el magistrado que tendrá en sus manos el futuro de Luis Rubiales y el resto de encausados en el juicio por agresión sexual y coacciones contra Jenni Hermoso, se sabe a la perfección la dinámica. Lleva cuarenta años como juez, 35 de ellos como magistrado, toda una vida viendo pasar casos y casos, repitiendo la misma dinámica, habitualmente con menos revuelo mediático pero con las mismas obligaciones que en las otras veces.
"Conozco a este juez desde hace muchísimo tiempo y, como la mayoría de jueces españoles, es libre, independiente y con un concepto propio de la interpretación de la jurisprudencia. No tiene ningún tipo de vinculación política en sus sentencias, que es donde es importante no tenerla", explica a Relevo Marcos García Montes, uno de los abogados más conocidos de España, curtido en mil batallas y que, por supuesto, ha estado en diversas ocasiones delante del juez Fernández-Prieto.
El magistrado enfila en estos tiempos la parte final de su larga carrera judicial. El pasado mes de junio se le concedió una prórroga para poder terminar su tiempo como juez a los 72 años, el máximo legal, algo que ocurrirá en noviembre de 2026. Lo hará desde la Audiencia Nacional, uno de los juzgados más complejos, el que se dedica a los delitos más mediáticos: terrorismo, delitos económicos, narcotráfico... o, como en el caso de este juicio, delitos cometidos fuera de territorio nacional.
Antes de estar en la Audiencia Nacional el juez Fernández-Prieto se desempeñó en la Audiencia Provincial de Madrid, de la que salió en 2019 para recalar en el Juzgado Central de lo Penal Único. García Montes le conoció incluso antes de aquello. "Incluso coincidí con él en los tiempos en los que estaba en instrucción. Es un juez de pura vocación, muy querido por todo el mundo porque es un hombre que tiene empatía y sabe escuchar a las partes", explica el abogado, que no esconde su admiración por un juez tranquilo. "Es digno sucesor de José María Vázquez Onrubia, otra maravilla de juez", proclama.
Pasar unos años en la Audiencia Nacional asegura un porcentaje no desdeñable de casos mediáticos. En el caso de Fernández-Prieto es posible que el que le viene por delante sea el más mediático, pero por su tribunal han pasado algunos hechos noticiosos, como una multa de 720 a un tuitero por llamar "hijo de puta" al Rey.
"Esta expresión injuriosa, en cuanto es dirigida de forma clara y expresa contra el Rey, cuando no se encuentra en el ejercicio de sus funciones y es propagada por escrito y con publicidad a un número indeterminado de personas son constitutivas de delito previsto y penado en el artículo 491.1", explicaba el juez en su sentencia, que también comentaba que no existía justificación "ni en la crítica ni en la libertad de expresión, pues para mostrar una convicción antimonárquica no se precisa llegar al insulto, ni acompañar el mismo con una invitación pública a cortar el cuello, expresión esta última que refleja el claro ánimo de injuriar que guiaba al sujeto al llamar hijo de puta al monarca".
Sus casos más mediáticos
También fue este juez el que ratificó la exoneración a Iberdrola Generación y a cuatro de sus directivos de la acusación de haber alterado el precio de la luz a finales de 2013, un proceso impulsado por Facua que no llegó a buen puerto. El magistrado desplegó su opinión jurídica en 11 folios en los que, entre otras cosas, echó un importante rapapolvo a los peritos de la Comisión Nacional de Mercados y Competencia.
Entre los casos que ha juzgado en su tiempo en la Audiencia Nacional —repasar todas sus sentencias en otras instancias es un trabajo homérico tras tantos años en la judicatura— se ha cruzado también el Valencia CF, aunque de una manera muy tangencial. A su juzgado llegó un caso en el que terminó condenando a un enfermero del club por administrar a un menor fármacos que le perforaron el intestino. El delegado del equipo, que viajó con los chicos a Egipto, fue exonerado en el mismo proceso.
Por su juzgado han pasado casos relacionados con el terrorismo etarra y temas económicos variados. Su última sentencia mediática ha sido para exonerar a José Luis Olivas y el resto de directivos de Banco de Valencia por falsedad en las cuentas, uno de esos casos que coleaban de la gran crisis económica de 2008.
Fue otra sentencia con recado: "Con una acusación tan vaga se impone al juzgador y a las defensas como primera cuestión la de buscar y rebuscar en la causa para intentar descubrir cuáles son esos concretos apuntes contables que se pretenden falsos. No resulta defendible que se pretenda solventar dicha omisión con una mera remisión a los informes internos emitidos por el Servicio de Inspección del Banco de España".
"Es un hombre tranquilo, yo le he tenido incluso en dos jurados, me ha cortado la palabra en alguna ocasión porque quizá yo me estaba excediendo en la vehemencia en algún caso", recuerda García Montes. Uno de los casos con jurado más célebres que le cayó la mesa a Fernández-Prieto fue el del caso Costa Polvoranca, un asesinato, en el que ratificó la absolución al único imputado que había decidido el jurado.
García Montes asegura que los presentes se encontrarán un profesional encomiable. "Es alguien muy respetado en la abogacía. Es vehemente, pero eso quiere decir que se ha estudiado el asunto. A las partes las escucha por igual, no hay culpables ni inocentes, sino ajusticiables, lo hace con absoluta objetividad. La relación con los abogados es magnífica, escucha, comprende que los abogados somos los que defendemos y somos un engranaje importante dentro de la justicia", remata el abogado.
Fernández-Prieto no es un juez mediático, tan común esa figura en la judicatura española y especialmente en la Audiencia Nacional. Su historial es largo, pero no se le reconocen actividades laborales fuera del juzgado, más allá de haber dado algunas clases en la universidad, en el CEU, para lo que tuvo que pedir permiso. A sus 70 años, él será el encargado de conducir y juzgar uno de los últimos casos mediáticos de su carrera.