MUNDIAL FEMENINO

Una misa maorí, el ritual de Rubiales y una frase de Aitana: todo lo que no se vio del histórico pase a la final del Mundial

El día (hasta el domingo) más importante para el fútbol femenino español estuvo lleno de rituales y detalles para el recuerdo.

Paredes, su hijo, Mateo, y el resto de jugadoras de la Selección celebran el pase de España a la final. /RFEF
Paredes, su hijo, Mateo, y el resto de jugadoras de la Selección celebran el pase de España a la final. RFEF
Sandra Riquelme
Mayca Jiménez

Sandra Riquelme y Mayca Jiménez

Auckland-. Es difícil explicarlo, pero vamos a intentarlo. En estas líneas, el antes y el después -sobre todo- del día más importante de la historia del fútbol femenino español. Da la sensación de que vivimos en un déjà vu constante y que desde hace -concretamente- 10 días, desde que España superase los octavos de final del Mundial, todos los días son los mejores.

Sobre las 10:00h de aquí, Mayca se acercó al hotel de los familiares de nuestras internacionales. El día previa a la semifinal contra Suecia arrancó con muchos nervios. Sin poder pensar en otra cosa que no fuera el partido. "Nos hemos ido a una misa maorí", destacan nada más vernos, sentados en círculo en un acogedor salón de un hotel cercano al estadio. Son una familia, aunque la mayoría no se conocían antes de llegar a Nueva Zelanda. "Hemos ido para desahogarnos y soltar nervios. Se portaron muy bien con nosotros y nos han dado un collar de flores. Ha sido muy bonito", contaban.

Al tiempo, las uñas de varios de ellos lucían una manicura especial para la ocasión. El padre de Athenea, Pedro, se pintó los dos meñiques con la bandera de España. La madre de Abelleira, que también se llama Teresa, hizo lo mismo, añadiendo la bandera de Galicia y el número 3 de su hija. Todos estaban listos para la gran cita. En sus habitaciones, las camisetas y banderas estaban preparadas.

Las vueltas de Ona, las conversaciones de Rolfö y Aitana...

Pasamos a las horas previas al partido. Antes del inicio, y sobre el césped del Eden Park, Ona Batlle caminaba en círculos. Con los cascos puestos y una botella de agua entre las manos. Contamos hasta dos vueltas al campo. Tan sólo Rubiales, que la pilló por banda, la interrumpió. El presidente de la Federación, en una imagen que se ha convertido en habitual en el Mundial, habló con la mayoría de las jugadoras de la Selección. Sin embargo, tiene pinta de que la conversación con Ivana fue la más especial de todas.

Rubiales era defensa, como Ivana. Mientras ambos encaraban la portería en la que Salma y Olga marcaron los dos tantos que le dieron a España la victoria ante Suecia, el dirigente parecía aconsejarle -o, simplemente, comentar- a la central del Real Madrid sobre algunos aspectos tácticos. Se perfilaba para defender, señalaba con el brazo.

Aitana Bonmatí con Rolfo, al finalizar el partido. AFP
Aitana Bonmatí con Rolfo, al finalizar el partido. AFP

Durante el partido, todo el mundo ya sabe lo que pasó... Cuando acabó, no. Rolfö cogió en brazos a Aitana. La sueca con la camiseta de España y viceversa. Pues bien, a juzgar por lo visto antes de comenzar el encuentro, esa foto se explica mucho antes. Antes del calentamiento, Rolfö -que estuvo charlando con todas las jugadoras del Barça- y Aitana encararon juntas el túnel de vestuarios. Como si no estuviesen a punto de medirse en el partido más importante de sus vidas. Como si siguiesen en el Johan.

La cordura de Aitana y el directo de Instagram de Eva

Lo de después en zona mixta fue... Jenni Hermoso apareció, interrumpiendo las entrevistas de Ona y de Mariona, gritando: "¡¡¡Vamos, que estamos en una final!!!". "Ya no sé ni lo que estaba diciendo", confesaba Mariona entre risas.

Casi a la vez, Eva Navarro aparecía por los vestuarios en plena videollamada. No sabíamos con quién estaba hablando, pero derrochaba felicidad. La del Atlético de Madrid nos metió, virtualmente, en el vestuario de la Selección. 'Danza Kuduro' o 'Bomba', entre los hits que las finalistas del Mundial cantaron y bailaron.

Hubo de todo. A más de uno casi se le saltan las lágrimas al ver aparecer a Tere Abelleira con la bandera de Galicia al cuello. "Siempre la llevo, para que mi hija me reconozca en la grada", le decía a Relevo su madre antes del inicio del partido. "Mi madre me ha preguntado: '¿Te lo crees? Y le dicho: "No, todavía no me lo creo", contó Tere para colmo de los más sensiblones. "¿Y tu padre", le preguntamos. "Si os digo lo que me ha dicho... Me ha hecho un gesto de que algo hay que mejorar", respondió riéndose.

Las futbolistas españolas celebran el gol de Salma Paralluelo. AFP
Las futbolistas españolas celebran el gol de Salma Paralluelo. AFP

Menos mal que alguien puso cordura en la zona mixta. Y, claro, fue Aitana. "Hay que disfrutarlo, pero con cabeza", frenando la euforia de los periodistas. Aitana pidió calma, a su manera, en mitad del éxtasis. "Suplementación, comer bien, descansar bien, hidratarse, recuperar..., todo en orden", bromeaba la mediocentro española. "Flipo con esta tía", se escuchó entre los que le preguntaban. Aitana siendo Aitana y, enseguida, inició su particular bucle: "Hay que cuidarse, hay que viajar a Sidney, jugar la final, queda un peldaño...".

Aunque, bueno, digamos que hubo un momento en el que la favorita al próximo Balón de Oro se desmelenó. Al grito de "Con la derecha, con la derecha", interrumpió la entrevista de Salma Paralluelo, desvelando la conversación que había tenido con la del Barça en la celebración de su gol. "Siempre le digo que tiene que tirar con la derecha para tener más recursos y que el rival te conozca menos. Para que fuera más completa", añadió Aitana. "¿Es buena alumna?", le preguntamos. A lo que Aitana respondió con naturalidad: "Es una tía de puta madre".