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Los campeones de Sudáfrica se confiesan ante las finalistas: "Es el día que más nervioso me he puesto en la vida"

Xavi Hernández, Carles Puyol, Joan Capdevilla, Cesc Fábregas, Xabi Alonso, Carlos Marchena y Pedrito recuerdan cómo vivieron la final de Sudáfrica.

Iker Casillas levanta el título de Campeones del Mundo. /EFE
Iker Casillas levanta el título de Campeones del Mundo. EFE
Lu Martin
Isabel Pacheco

Lu Martin y Isabel Pacheco

"Salid y disfrutad". Aquella famosa frase pronunciada por Johan Cruyff instantes antes de que los jugadores del Barça saltaran al césped de Wembley para disputar la final de la Copa de Europa de 1992 es el mensaje que estos días repiten con insistencia algunos de los jugadores de la Selección española que alcanzaron la gloria bajo el cielo de Johannesburgo. Aquel 11 de julio de 2010 España conquistó ante Países Bajos su primer Mundial y este domingo, 13 años después, sus homólogas están a 90 minutos de volver a colocar a España en lo más alto del panorama futbolístico.

Alba Redondo, que por aquel entonces tenía 13 años, vibró en su casa de Albacete con aquel gol de su ídolo Andrés Iniesta. Salma Paralluelo, una de las grandes sensaciones del torneo, tenía siete cuando Iker Casillas levantó entre lágrimas la Copa de campeones del Mundo. En la otra punta del mapa ahora las protagonistas pueden ser ellas.

"Tienen la experiencia de haber vivido con nosotros lo que significa jugar la final de un Mundial. Cuando lo ganamos, aquello fue una locura y puede que estén pensado 'La que podemos liar". El que hace estas declaraciones es el exfutbolista del Valencia Carlos Marchena. Junto a Carles Puyol, Xavi Hernández, Xabi Alonso, Joan Capdevilla, Cesc Fábregas y Pedro Rodríguez 'Pedrito', los que fueran campeones del Mundo recuerdan en Relevo cómo se viven las horas previas a disputar la final de un Mundial para entender qué puede estar pasando en estos instantes por la cabeza de las jugadoras de la Selección.

El nerviosismo de Xavi y la importancia del grupo

"El día siguiente de clasificarnos para la final lo viví con una alegría inmensa. Tenía la sensación de estar viviendo un momento único, especial y que difícilmente volvería a vivir jamás. Pensé 'buah, estamos en la final", recuerda el ahora entrenador del Barça, Xavi Hernández.

"Lo viví con muchísimos nervios. Los míos por el partido y los que se respiraban en el ambiente. Se contagiaban", rememora Pedrito. Actual jugador de la Lazio el tinerfeño fue titular en aquella final ante Países Bajos. "Los días previos me recuerdo como muy ansioso porque empezara el partido y eso complicaba mucho las rutinas propias de la previa de un encuentro. Supongo que a las chicas les pasará lo mismo aunque eso va con la personalidad de cada una", cuenta.

"No pegué ojo en la siesta. Es el día que más nervioso me he puesto en mi vida"

Xavi Hernández Campeón del Mundo en 2010

Unas de esas rutinas a las que hace referencia Pedrito y que más se vio alterada aquella tarde del 11 de julio tuvo que ver con el descanso. "Esa sensación que tenía de que eso no iba a volver a vivirlo jamás se convirtió en la sensación de que eso no se podía escapar", cuenta Xavi Hernández. "Empecé a sentir muchos nervios, estaba muy nervioso. Los días de partido soy de dormir una buena siesta entre la comida y la merienda. Ese día, antes de la final, tuvimos como dos horas y media de descanso. Tuve tiempo de sobra para dormir. Pero no pegué ojo, estaba muy nervioso dándole mil vueltas al partido. Es el día que más nervioso me he puesto en mi vida. Y en el túnel de vestuarios ya ni te cuento".

Las sensaciones del de Tarrasa, al que no le temblaban las piernas para manejar los tiempos durante un choque, inundaron también la habitación de otro de los baluartes del centro del campo de La Roja, Xabi Alonso. "Como el partido era tarde intentas dormir, leer, ver una serie... pero a mí se me hizo largo. No puedes dejar de pensar en el encuentro y en que vas a jugar la final de un Mundial. Pero la final no llegaba nunca", apunta el técnico del Bayern Leverkusen.

Carles Puyol, que con su testarazo ante Alemania había metido a los de Vicente del Bosque en la final, fue de los pocos a los que no les tembló el pulso las horas previas al duelo ante Países Bajos. "La única final en la que lo pasé mal de verdad fue en mi primera final de la Champions con el Barça en 2006. Esa semana dormí poquísimo", confiesa.

Carles Puyol, celebrando su gol ante Alemania en semifinales.  EPA
Carles Puyol, celebrando su gol ante Alemania en semifinales. EPA

"Esos días antes de la final del Mundial no hice nada diferente. Descansé bien, comí bien, hablé con la familia, le entregué unas entradas a familiares y amigos que estaban por Johannesburgo. A las jugadoras de la Selección que hayan disputado más finales igual les puede pasar lo mismo que a mí y lo manejarán mejor. Para las que sea la primera lo notarán más", añade Puyol.

"Todas sienten lo mismo y compartir esos sentimientos es muy bonito y ayuda mucho"

Carlos Marchena Campeón del Mundo en 2010

Carlos Marchena, que estuvo en el banquillo aquella mágica noche en el Soccer City Stadium, apunta a la unidad del grupo como una de las grandes claves para mantener la calma en esos momentos de tensión: "El nerviosismo, el cosquilleo, el pensar en el partido... Eso es algo que no puedes controlar. Ahí la unidad del grupo es muy importante. Nosotros teníamos un grupo muy sano e imagino que ellas, también porque si no, posiblemente, no llegas tan lejos. Todas sienten lo mismo y compartir esos sentimientos es muy bonito y ayuda mucho".

Reuniones y croissants en la habitación de Pepe Reina

"El día previo les va a costar dormir e incluso habrá gente que duerma muy poco o nada", confesó Iker Casillas en La1 instantes después de que las de Jorge Vilda derrotaran a Suecia en semifinales. Los nervios afloran esa última noche y lo mejor, como señala Marchena es "dejar el móvil, apagar la tele y centrarse en uno mismo".

Relax aparte, aquella noche del 10 de julio de 2010, los jugadores de la Selección española no faltaron a su cita diaria antes de meterse a descansar en sus habitaciones. Porque ya saben "las tradiciones hay que cumplirlas".

"Cuando me fui a dormir empecé a pensar '¿Y si fallo? Les tengo que cambiar el apellido a mis hijos"

Joan Capdevilla Campeón del Mundo en 2010

"Tuvimos la suerte de tener a un maestro como es Pepe Reina. Maneja esas situaciones a las mil maravillas. Teníamos la bonita costumbre de ir a la habitación de Pepe y estar todos juntos. Uno contaba una cosa, otro otra... Te reías y no estabas todo el tiempo dándole vueltas a la cabeza. Eso nos quitaba mucha tensión y al final eso es de lo que se trata. De llegar en un estado óptimo al partido y no muy estresado", dice Marchena.

"Nos tomamos el tradicional Cola Cao con croissants y empezamos a contar batallitas. Después me fui a mi habitación y descansé muy bien. Venía de disputar otras finales siendo más joven. La de la Champions con el Arsenal supongo que la pasaría peor", recuerda Cesc Fábregas. Pese a que hubo dudas de si hacer o no la tradicional reunión en la habitación de Pepe Reina, finalmente se hizo aunque mucho más corta de lo habitual.

Xavi y Villa celebran el Mundial. ARCHIVO
Xavi y Villa celebran el Mundial. ARCHIVO

Había que irse pronto a intentar descansar y ahí a algunos, como a Joan Capdevilla, se le vino algún pensamiento negativo a la cabeza. "Cuando me fui a dormir me acuerdo que empecé a pensar: '¿Y si fallo?' Yo era defensa. La podía cagar y que nos metieran gol. Pensaba que como ocurriese ¡les tendría que cambiar el apellido a mis hijos! Pero luego decía ¿y si meto el gol? La que se lía en mi pueblo. Me dormí a las cuatro de la mañana", rememora el exfutbolista del Villarreal.

«Han hecho historia»

Cuando muchos pensaban que jamás volveríamos a ver a España en la final de un Mundial las nuestras han demostrado que no hay imposibles. Inglaterra es el último escollo para culminar un camino que, pase lo que pase, ya es historia para el fútbol femenino español. "Les queda un pasito", apuntan los campeones del Mundo.

"Les diría que lo que han hecho es espectacular. Han hecho historia. Es formidable a dónde han llegado. Las felicito una y mil veces. Les queda un pasito. Que disfruten", destaca Marchena. Como dice Capdevilla, lo más es importa es "que no se carguen de tensión y que sean ellas mismas". "Cuando el árbitro pita el final del partido es cuando llega el bajón y piensas 'ya está, somos campeones", apunta David Villa. Ojalá que las nuestras puedan revivir esa sensación.