Las secuelas de unas cicatrices en el vestuario de la Selección: "No hace falta tener el mejor grupo de amigas"
La Selección ha dejado a un lado todas sus diferencias con un objetivo: ganar el Mundial

Sídney.- Equipo. Dícese de un grupo de personas organizado para una investigación o servicio determinados. Así define la RAE una palabra que, en el deporte y en el fútbol, adquiere su máximo valor. Su significado es clave para comprender el éxito de la Selección tras el peor año de su historia. "El fútbol ha hablado. No hace falta tener el mejor grupo de amigas. Somos un grupo en el campo", aseguró Jenni Hermoso en los micrófonos de la COPE hace apenas unos días. Sus palabras guardan la esencia de todo lo que ha sido este Mundial para este vestuario. La delantera del Pachuca y el resto de sus compañeras vivieron meses de incertidumbre, de tormento, de silencios incómodos y, sobre todo, de gran ruido mediático.
En una u otra medida, todas lo sufrieron. Las 23 que hoy representan a España en este Mundial, con una histórica final este domingo (12:00h, La 1). Las que, por decisión propia o no, se quedaron sin viajar a Nueva Zelanda y Australia. E incluso el resto de personas implicadas, directa o indirectamente, en esta crisis. Desde el staff de la La Roja hasta la última futbolista a la que salpicó esta crisis. Un periodo tras el que todas se pusieron una coraza sobre este asunto, con el Mundial como idea fija para dejar a un lado todas y cada una de las diferencias.
Todo se ha interiorizado más. Cuesta hablar públicamente tras haber roto ese absoluto silencio por el que no atendían a los medios ni en la Selección, ni en algunos de sus clubes. O, mejor dicho, es difícil que lo hagan con naturalidad plena cuando se toca este tema. Pues son conscientes de la repercusión que puede tener una simple palabra sobre el asunto. Todo está más medido.
Al tiempo, se ha firmado una paz momentánea en el vestuario, con una relación cordial entre muchas de ellas. No son todas amigas, aunque muchas sí que lo sean y, evidentemente, eso sume mayor cohesión. Son compañeras. En el campo y fuera de él. Se respetan. Y han intentado alejarse de cualquier rencor o recuerdo. Por muy difícil que sea. Ni la cuestión de la capitanía, que no varió tras el regreso a la Selección de pesos pesados como Irene Paredes, Jenni Hermoso o Alexia Putellas, ha supuesto un conflicto de autoridad entre ellas.
"Si tengo un problema voy a todas. No tengo ninguna preferencia. Tenemos a Ivana, Esther, Irene. También a Misa y a Olga o a veteranas como Jenni, Alexia o Irene Paredes. Entre la veteranía y la juventud hemos hecho una piña. Al final puedes hablar con cualquiera para que te dé su opinión", expresaba Athenea a Relevo hace unas semanas. La extremo cántabra del Real Madrid mantiene la línea que se ha seguido durante este torneo con declaraciones de Jorge Vilda en las que ha huido de las individualidad: de las 23 capitanas a las 23 Balones de Oro.
Una capitanía sin 'egos'
Las tres jugadoras que habían llevado el brazalete hasta el conflicto de 'Las 15' aceptaron sin resignación su rol secundario. Aunque su liderazgo era inevitable. Como detalle, para los últimos dos partidos de este torneo, los más importantes, las dos jugadoras elegidas para atender a los medios de comunicación en la previa han sido Jenni Hermoso e Irene Paredes. Un giro con el que se da un reconocimiento de capitanas, sin brazalete, a estas dos futbolistas. En el resto de comparecencias del día antes del partido han sido las tres capitanas oficiales (Ivana Andrés, Esther González e Irene Guerrero) las encargadas de atender a los medios.
No obstante, no se puede negar que lo que rodea a este equipo deja una calma extraña. Aunque nadie puede dudar de que su gestión y progreso ha sido ideal en esta situación y con un torneo de este nivel de fondo. Ni siquiera una dura derrota (4-0, ante Japón) hizo aflorar las dudas o reproches entre ellas. El equipo se unió por un bien común: ganar el Mundial. Y están a 90 minutos de poder conseguirlo.
¿Y después qué? Si algo han demostrado estas jugadoras es su ambición. Dentro y fuera del campo. Las exigencias de 'Las 15' han conseguido mínimas mejoras. "Es lo básico", decía Aitana en una entrevista con Relevo. Hubo reacción de la RFEF a sus peticiones, pero no suficientes para algunas de estas jugadoras. Por esta razón, no están todas en este equipo - ocho enviaron el email para volver a la Selección y Vilda sólo llamó a tres-.
Su ausencia también deja una sensación rara. Ninguna de las doce futbolistas que se han quedado fuera, por un motivo u otro, se han pronunciado en redes sociales sobre la clasificación a la final. Sin embargo, que no haya habido una felicitación pública no significa que no haya existido.
"Cada una hace con sus redes lo que quiere. Yo tengo mucha gente a la que admiro en la Selección, ellas saben quiénes son y no tengo porqué hacer pública una enhorabuena o una felicitación. Con que ellas lo sepan, que saben que tienen mi apoyo y que estoy feliz por ellas, me vale", indicó en una entrevista con ABC Lola Gallardo. Unas declaraciones que no pueden representar mejor todo lo que rodea a un conflicto que, aunque latente, quiere seguir cerrando algunas heridas. La Selección y el fútbol femenino español lo necesita.