¿Cómo trabajan los 'vampiros' en el Mundial femenino? Visitas sorpresa, pantalones por las rodillas, dos extracciones...
La Selección vio alterado su horario de entrenamiento tras un control de dopaje a Paredes, Oihane, Alba Redondo, Eva Navarro y Zornoza.

Wellington.- Los 'vampiros' no avisan. O, al menos, no en el fútbol. La Selección española volvió a comprobarlo. No fue su primera vez, pero sí la última, alterando ligeramente los planes en una mañana 'cualquiera' del combinado nacional en este Mundial de Australia y Nueva Zelanda. Las jugadoras estaban ya listas para marcharse rumbo al entrenamiento Newtown Park, donde se están ejercitando estos días, pero un contratiempo cambió los tiempos.
Cinco de ellas (Alba Redondo, Claudia Zornoza, Irene Paredes, Oihane Hernández y Eva Navarro) tenían que someterse a un control antidoping. Se daba paso a un protocolo que, al igual que ocurre en el fútbol masculino, cuenta con varias peculiaridades y una finalidad: pillar por 'sorpresa' a las jugadoras. Sin preaviso, siendo esto dentro de la normalidad, varios representantes de FIFA se personaron en el hotel de concentración de España para realizar la prueba.
Esto retrasó el trabajo de la Selección, tanto en el campo como fuera de él, con una rueda de prensa programada con Paredes e Irene Guerrero. Finalmente, el cuadro de Jorge Vilda empezó más tarde su entrenamiento sin estas jugadoras, que se incorporaron al mismo después.
Las cinco estaban en sus habitaciones cuando recibieron la llamada. A su llegada al hotel, el personal de FIFA se puso en contacto directamente con los servicios médicos y subieron a la sala de fisioterapia para encontrarse allí con las jugadoras. Todo es muy rápido. Tanto que a las jugadoras elegidas les costó realizar la prueba de orina porque ya estaban listas para el entrenamiento. Aunque esto no les sorprende.
Salvo en los días de descanso que se hayan comunicado, las jugadoras tienen que ser localizables en cualquier momento y lugar por FIFA, que puede realizar la llamada cuando lo precise. Sólo puede retrasarse la misma por un motivo de peso. Según la entidad del fútbol mundial, algunas razones válidas para la demora podrían ser las siguientes: "Celebración de la victoria; entrevista flash al acabar el partido; o si la futbolista cuenta con la autorización del oficial de control de dopaje (OCD)".
FIFA sigue conoce todos los movimientos de las jugadoras
De este modo, y desde que pisaron Nueva Zelanda, la delegada del equipo tiene que enviar cada día un documento para detallar todos los movimientos de sus jugadoras: los horarios y las actividades del equipo. Desde quién es la jugadora que atenderá a la prensa hasta cuándo son los paseos del equipo, pasando por los actos que se llevan a cabo durante la concentración del equipo en este Mundial.
Si la jugadora no pudiera ser localizada, infringiría la normativa antidopaje y podría ser inhabilitada por un máximo de hasta cuatro años. Al igual que si se niegan, evitan o intentan manipular los test. En este sentido, hay que apuntar un detalle. Si la jugadora tiene menos de 18 años, se le deberá informar de la prueba en presencia de un adulto y tendrá derecho a ir acompañado de un representante durante la toma de muestras. Es un protocolo que se sigue en todas las competiciones de la FIFA y de la UEFA. Por ejemplo, tanto jugadoras del Real Madrid como las del Barça han tenido que hacerse pruebas de dopaje en la Champions femenina.
Un test de orina de 90 ml: «Hay que tomarse su tiempo»
Pero, ¿cómo son estas pruebas? Tras la notificación del control oficial de dopaje, se le explicará a la jugadora el procedimiento, con dos extracciones: una de sangre y otra de orina. Ambas se tienen que ejecutar lo más rápido posible. Sin embargo, a veces la prueba no es tan inmediata. En el caso de la orina, y tal y como detalla FIFA, es importante "relajarse, rehidratarse y tomarse su tiempo".
Una vez conseguida la prueba, que será de un mínimo de 90 ml, el personal específico del control oficial de dopaje comprobará que ha salido bien y se encargará de sellarlo. Todo ello con un procedimiento en el que la jugadora deberá lavarse las manos y abrir y cerrar el vaso recolector de una manera determinada para que no haya una contaminación de la muestra.
Cualquier detalle es decisivo, empezando por tener la ropa siempre a la vista. Para evitar cualquier manipulación, los pantalones deberán estar por debajo de las rodillas y la camiseta por encima del pecho. En el caso de la extracción de sangre, se elegirá el brazo "no dominante" y el proceso se llevará a cabo, si no se consigue la cantidad necesaria, hasta dos veces más. Aquí hay una opción peculiar. La jugadora podrá elegir entre cerrar los frascos ella misma o que lo haga el personal del control oficial de dopaje. Este deberá revisar en ambos casos que esté bien sellado.
¿Y si la sangre no sale?
El cuerpo es tan imprevisto que incluso cabe la posibilidad de que el test no pueda realizar. Es decir, que la sangre no salga. ¿Y entonces qué? No hay miedo. La respuesta la encontramos en el reglamento oficial de FIFA: "Si no fuera posible obtener una muestra completa, el responsable de la extracción dará por finalizada la prueba y redactará el correspondiente informe. La jugadora no tendrá motivos para preocuparse, pues el hecho no conllevará consecuencias negativas para ella".
Aunque parezca que todo termina aquí, el control antidoping continúa más allá de las extracciones. El siguiente paso se obliga a la jugadora a realizar ejercicio durante unos 30 minutos para evitar un cardenal. Y, por último, todas las muestras se enviarán en una nevera a un laboratorio acreditado por la agencia mundial de antidopaje. Aquí, con los resultados de las pruebas, concluye el proceso con el que se mantiene limpio el fútbol y, en este caso, el Mundial.