Laporte no perdona el 'flat white' ni las caminatas por el norte de Inglaterra

Aymeric Laporte (Agen, 1994) llega a casa después de entrenar, come con Sara y su hijo Lucay, nacido este verano, y luego no perdona el café. Ningún día. Ya sea en el salón de su apartamento o en las calles del centro de Mánchester, en una de las múltiples cafeterías que visita cada semana, Ayme, como le llaman todos sus amigos, se toma un flat white.

Siempre le acompaña Iban, su inseparable amigo, confidente, que desde hace varios años se mudó a Inglaterra para ayudarle en su día a día. Los presentó Muniain, en Bilbao, cuando el central acababa de subir al primer equipo del Athletic Club: "El café es sagrado para él", dice, que ya conoce el plan de todas las tardes. "La esencia de Ayme es la misma desde siempre. A mí me encanta su versión familiar, la versión de que se quede dormido viendo una película, que cuando se despierte le digas que se ha quedado dormido, y que él te diga que no, que sólo estaba con los ojos cerrados pero escuchando".

Con el Manchester City gana títulos cada temporada desde su llegada en 2018 y con la Selección española, desde que consiguiera su nacionalización para entrar en los planes de Luis Enrique, aspira a lo máximo como titular indiscutible. Fuera del fútbol, eso sí, la vida de Laporte tiene varios focos de atención. El primero y más importante, su familia y su gente cercana. "Siempre quiere pasar tiempo con nosotros", cuentan de él, que hace un año fundó un equipo de E-Sports, "AYM Esports", con distintos equipos competitivos, que se encarga de gestionar desde la distancia. Y hay más.

Cuando Pep Guardiola da varios días libres a la plantilla, Laporte tiene claro dónde pasar sus momentos de desconexión: "Le gusta mucho disfrutar de la naturaleza y conocer sitios nuevos", afirma Iban. Aunque en Marbella vive su madre, y también la visita con regularidad, el futbolista del Manchester City ha explorado los rincones más bonitos de Inglaterra: York, Windermere, Lake District, Ambleside… "Cada vez descubrimos una senda nueva para hacer durante el día. Cuando tiene días libres busca alguna escapada".

El año pasado, por si fuera poco, llevaron la experiencia un paso más allá: "Hacía un frío de locos, en pleno mes de diciembre, y nos bañamos en un lago en calzoncillos".

Laporte comenzó su etapa en el fútbol siendo delantero. Luego, poco a poco, retrasó su posición al mismo tiempo que su físico iba cambiando. En categoría cadete llegó junto a tres vascofranceses más al Athletic Club: fue el único que alcanzó el fútbol profesional. "Desde que llegó se hablaba de él como un futuro jugador del primer equipo", recuerda Iban.

Su irrupción en el Athletic se produjo de la mano de Marcelo Bielsa, el entrenador que "más repercusión ha tenido en él". Con el argentino jugó de central y de lateral izquierdo. Debutó en la Copa de la UEFA, en un partido en Israel sin trascendencia para la fase de grupos. "Yo ya lo había visto jugar en el Baskonia, aunque todavía no lo conocía. En la grada ya decían lo de: "Cuidado con este, que va a llegar lejos seguro".

La marcha de Bielsa no frenó la progresión de Laporte, con el que incluso volvió a coincidir en Inglaterra… aunque en distintos equipos. Durante la temporada en la que el Leeds United peleó su ascenso a la Premier League, el internacional español decidió aprovechar un fin de semana para visitar Elland Road. "Fuimos a Leeds y la cara de alegría que se le puso a Marcelo cuando lo vio fue increíble".

Laporte estuvo en los vestuarios charlando con Bielsa y recordando viejos tiempos: "Le dedicó una camiseta y le dijo: "Dentro de poco, a entrenar a uno de los grandes". Pero Bielsa contestó: "Nunca voy a poder porque me sacarán el dedo. Cuando yo les diga que corran más y más, me van a sacar el dedo". Pasan los años, pero aquella etapa en el Athletic forjó una relación que aún continúa: "Si asciende el Leeds, Ayme le manda un mensaje de felicitación. Si Ayme cae lesionado, Bielsa le escribe para darle ánimos".

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Este reportaje es un contenido editorial de Relevo, al que HONOR, una marca de tecnología que comparte los mismos valores, ha querido vincularse.

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