Las claves del buen rollo que rodea a Brasil

"Si no ganamos el Mundial ahora, no sé cuándo lo vamos a ganar". Esta reflexión es bastante habitual en el ambiente que rodea a la Brasil de Tite. "Se nota que son seis años de trabajo seguidos", es otro de los argumentos más populares para defender el buen rollo que les rodea. Se ven fuertes, han deslumbrado en la fase de grupos y han pasado por encima a Corea del Sur.

Han tenido algunas críticas, es verdad: sobre todo tras perder ante Camerún y tras visitar el famoso restaurante Nusret Gökçe, del popular Salt Bae, en el que probaron su polémica 'carne de oro'. Todas ellas han sido enterradas después del 4-1 contra los coreanos.

¿Cuál es la clave de este buen rollo? Son varias, pero una es la principal: Tite dijo en enero que se iba. Que dejaría el cargo aunque ganase el Mundial. Está liberado, está feliz. No siente esa presión normal del que se está jugando el puesto.

Desde entonces, dio todas las entrevistas individuales del mundo con todas y cada una de las regiones de Brasil: influencers, diarios tradicionales, radios... Todos saben lo que piensa y, por lo tanto, hay menos crítica cuando se equivoca. Él es muy abierto, muy transparente y el trato es bastante más sencillo de esta forma.

¿Nadie va a la contra? Sí, hay algunos. Sobre todo un exjugador llamado Walter Casagrande, que critica con fiereza desde la web UOL, pero más la vertiente política pro Bolsonaro de muchos de los jugadores, que por causas deportivas. Pero la realidad es que Tite se lleva bien con la prensa, los jugadores también y todos conocen al dedillo lo que quiere el seleccionador.

Por eso no supone un problema ver en algunas fases a Danilo más cerca del central o a Militao del lateral: se lo saben de memoria.

Tampoco tienen problemas del vestuario y el trato con los pesos pesados es inmejorable. Ya dijo que, si Neymar está bien (que lo está, tiene cero limitaciones ahora mismo) contaría siempre con él y no pensaba reservarlo. Por poner algún dato negativo para este encuentro contra Croacia: la baja de Alex Sandro en medio de una ola de buen ambiente que tiene el optimismo brasileño por las nubes.