MUNDIAL DE CATAR

El 'cachetazo' de Arabia termina en baile a Polonia

En una semana, cambió todo: Argentina venció a Polonia y se clasifica a octavos como primera.

Álvarez y Enzo Fernández celebran el segundo gol de Argentina. /AFP
Álvarez y Enzo Fernández celebran el segundo gol de Argentina. AFP
Marcos Durán

Marcos Durán

Algunos dirán que Argentina pasó de casi decepción a favorita. Tras la derrota ante Arabia Saudí, el equipo con Messi al frente pidió confianza. Contra México, cuando la situación era crítica, el grupo respondió. Y ante Polonia, con un poco más de aire en los pulmones, se gustó. Y bailó al equipo europeo.

El resultado se quedó corto para lo que fue el partido. En ningún momento del encuentro Polonia dio muestras de peligro. Ni el balón parado (la mayor preocupación de Scaloni y el cuerpo técnico) fue un riesgo. Argentina defendió con la pelota y cuando no la tenía, Cuti Romero y Otamendi se encargaban de 'morderle' los tobillos a Lewandowski.

A Polonia le servía el empate y desde el primer momento fue a buscarlo, algo que sabían hasta en las afueras de Wroclaw. Pero también le servía la victoria, una cosa que en ningún momento intentó valorar.

Scaloni sabía eso y lo dijo el rueda de prensa, dándole valor a lo que hizo su equipo: "Estamos satisfechos con el encuentro que hicimos, no era un partido fácil. Había que jugar y ganar contra un equipo al que le servían dos resultados".

Momento de cambios

Argentina hizo un gran encuentro. ¿El mal partido de Polonia fue demérito de los europeos o mérito de los argentinos? Un poco de ambas cosas, por supuesto. A Scaloni no le tembló el pulso y apostó por los 'pibes'. No es que Paredes o Lautaro sean veteranos, pero sí son referentes. Y apostar por Julián Álvarez y Enzo Fernández era necesario para el funcionamiento del equipo.

La albiceleste se reencontró consigo misma, con las sensaciones y demostró levantarse ante la pequeña adversidad que fue el penalti fallado por Messi: "El equipo salió fortalecido tras ese error mío". No es algo menos esto ni mucho menos. Antes, cuando Messi fallaba, todos se venían abajo. Hoy, los que están alrededor del '10' dan la cara y levantan al grupo cuando Messi no puede.

Volviendo a lo futbolístico, Argentina aprovechó que Polonia no mordía para mover la pelota. Con Enzo Fernández en la base moviendo al equipo de manera veloz y moviéndose para generar superioridad, la albiceleste tocaba por dentro para atraer y abría por fuera para finalizar. Acuña encontraba el pasillo izquierdo siempre libre y si el gol no llegó en el primer tiempo fue por pequeños detalles.

Presión tras pérdida

La otra clave del encuentro fue la presión tras pérdida: Tocar, tocar y tocar hace que cuando la pierdas, tengas aire para robarla y estés siempre cerca de la pelota. Con Otamendi y Romero apretando el primer pase a Lewandowski, Enzo Fernández y MacAllister siempre estaban pendientes de cualquier rebote que caía suelto en el mediocampo. El dominio de Argentina era total.

Gol para el recuerdo

Y así llegó el gol, a través del pase y las combinaciones en corto. En un tanto que recordó mucho a aquel de Cambiasso en Alemania 2006 tras una serie de pases casi infinita, Enzo Fernández asistió a Julián Álvarez para que el del City marque el segundo y defina el partido.

Argentina pasó de sufrir un golpe tremendo en el primer partido del grupo a llegar a octavos con la confianza que necesitan los equipos ganadores. Con el ánimo 'in crescendo', ahora comienza el Mundial que no permite errores. Argentina ya tuvo uno y no se puede permitir otro si quiere optar a pelear por ser campeón del mundo.