MUNDIAL DE CATAR

Oro por cobre: la mejor generación y el peor final posible para Bélgica

La selección belga gestó su hundimiento antes del torneo. Tras el Mundial de Rusia fue perdiendo fondo, los jugadores clave 'desaparecieron'....

Tras el tercer puesto en 2018, cae eliminada en la primera fase./AFP
Tras el tercer puesto en 2018, cae eliminada en la primera fase. AFP
Jordi Cardero

Jordi Cardero

El futuro ya no es lo que era. El Mundial de Catar era la última gran cita de la generación dorada. El 2022 parecía muy lejos, había tiempo para seguir alimentando un proyecto ganador. Catar, sin embargo, cayó como una guillotina. Courtois se deshizo bajo palos, De Bruyne nunca fue el de Mánchester y de Hazard ya no queda nada.

Lukaku intentó coser un vestuario que se autodestruyó durante el torneo. El del Inter, lesionado antes del torneo, abandonó llorando el estadio. El fútbol no siempre te devuelve lo que le das. Roberto Martínez, además, dimitió como seleccionador.

"El Mundial no se juega cada año y ya veremos qué hace cada uno. La eliminación duele, pero aún es pronto para decidir nuestro futuro", comentó Alderweireld al acabar el encuentro. Roberto Martínez no quiso esperar. Kompany, Fellaini o Chadli se bajaron del tren durante el camino. Los pilares restantes descubrieron que en Catar estaba la última estación.

De Bruyne y el punto de no retorno

El día que De Bruyne dijo que Bélgica "está demasiado mayor" para ganar el torneo, los diablos rojos se fracturaron. Fue el punto de no retorno. Hazard, Vertonghen y De Bruyne casi llegan a las manos. Lukaku les tuvo que separar. El delantero aterrizó al torneo físicamente mal y solo pudo disputar la segunda mitad ante Croacia. Pasó de salvar al equipo fuera del verde a hundirlo en este. Falló tres ocasiones muy claras.

La selección belga empezó a gestar su hundimiento mucho antes de que empezara el torneo. Desde que acabara el Mundial de Rusia, Bélgica intentó crecer desde la misma esencia -un juego coral-, pero fue perdiendo fondo. El nivel de sus estrellas situó un techo más bajo para el equipo. "Nos ha faltado suerte. Es verdad que hay jugadores que no estaban en su mejor momento", comentó Thorgan Hazard al término del partido. Su hermano, Eden, no se pronunció.

Misma idea, peor ejecutada

En Rusia, Bélgica marcó 16 goles. En Catar tan solo marcó uno. La falta de puntería -y de amenaza, porque remataron más de dos veces de media menos por partido- y de gol fueron la punta del iceberg. La Bélgica 2022 hizo 70 pases más por encuentro que en Rusia. Sin embargo, conectó 30 veces más en terreno rival. Es decir, Bélgica aglutinó más posesión, pero fue más intrascendente. Los de Roberto Martínez transitaron por fuera, no lograron conectar por dentro. Justo en la zona por la que se movía De Bruyne. En ningún momento lograron potenciar al belga.

Henry consuela a Lukaku al final del partido.  EFE
Henry consuela a Lukaku al final del partido. EFE

Quien mantuvo la esperanza de no dejar morir a esta selección fue Courtois. "Es una pena que Roberto se vaya porque ha conseguido grandes cosas. Muy pocos quieren decir adiós a la selección. Yo quiero seguir hasta el próximo Mundial, no quiero que mi última experiencia sea esta", comentó el portero del Madrid. "Toca construir una nueva selección con un nuevo entrenador", cerró Thibaut.

Alderweireld (33), Vertonghen (35), Witsel (33), De Bruyne (31), Meunier (31), Mertens (35) y Eden Hazard (31) ya divisan el final en el horizonte. Theate, Debast, Tielemans o Doku son los elegidos para agarrar el relevo de esta generación. Bélgica apuntó muy alto, la caída fue aún mayor. La generación dorada terminó con cobre entre las manos.