¿Por qué Curry puede elogiar a Lebron y Endrick tiene que borrar el tuit sobre Messi?

La pasión con la que se vive el fútbol muchas veces no permite a sus propios protagonistas tener ídolos. Al menos en público. Más si visten o han vestido la camiseta del eterno rival. En este caso el elogio está poco menos que penado y a quien lo profiere incluso se le tacha de traidor. Solo aquellos que pecan de juventud o ya no están en activo se permiten el lujo de alabar al rival en público.
Es lo que le sucedió a Endrick, la gran promesa del fútbol brasileño por el que el Real Madrid ha cerrado un acuerdo con el Palmeiras para su fichaje. A la joven perla paulista se le ocurrió la brillante idea de expresar en Twitter lo mismo que estaba manifestando el 60% de la humanidad: su admiración por Messi y su partido de semifinales del Mundial ante Croacia. Y ahí vino el error.
Brasileño y con vinculación con el Real Madrid, el delantero de 16 años hizo saltar a los famosos 'trols' de Internet con su mensaje ensalzando a un argentino que ha jugado en el Barcelona. Hoy, con el altavoz de las redes sociales, esa práctica que supone el halago parece estar prohibida bajo pena de insultos o críticas de quien no entiende que se pueda admirar a alguien que viste otros colores. El delantero, todavía del Palmeiras, terminó borrando el mensaje ante la polvareda que había levantado.

Este fenómeno parece que sólo ocurre en el mundo del fútbol. Un deporte muchas veces convertido en contenedor de bajas pasiones que llega a radicalizar los sentimientos, hasta el punto de tener que esconderlos. Eso mismo no sucede en otras disciplinas. Cuántas veces hemos visto a Federer deshaciéndose en elogios hacia Nadal sin más consecuencia que el aplauso por ser ejemplo de deportividad. O a LeBron bebiendo los vientos por Curry, y viceversa, asegurando que es el mejor de la NBA o un jugador que ha cambiado el baloncesto. Y no pasa nada.
¿Por qué en un deporte sí se puede elogiar al rival y en otro tienes que reprimir? Por una cuestión de sentimiento y de la forma en que se vive una actividad que muchas veces llega a convertirse en lo más importante para algunas vidas. Y en algunos casos incluso en lo único relevante.
El deporte debería ser un entretenimiento, un motivo de alegría y una pantalla en la que los meros mortales disfrutamos de gestas con las que sólo podemos soñar. Sin embargo, en un mundo tan radicalizado como es el del fútbol el elogio no sólo debilita, está prohibido porque se considera una traición inadmisible. Una puñalada al sentimiento más profundo, que en otras disciplinas esa manera de rendirse al rival es síntoma de deportividad, elegancia y reconocimiento. ¿Por qué?