De la Fuente es un enamorado de "levantar hierro"... y de la comida de menú de la RFEF
Sus lesiones de rodilla le empujaron a volcarse cada vez más en el gimnasio. Le gusta ser un empleado más.

¿Qué hace para estar tan cachas? Esta es una de las preguntas más repetidas al ver a Luis de la Fuente, el nuevo seleccionador español. Sorprende su evolución, porque a sus 61 años está en mejor forma física que nunca. La explicación a su cambio viene por las lesiones de rodilla que le atormentaron durante su etapa como futbolista.
Ahí comenzó a cogerle el gusto al gimnasio y a "levantar mucho hierro", como él suele decir de forma coloquial. Primero para fortalecer la musculatura y prevenir más lesiones y, con el paso de los años, porque era la forma más saludable que tenía para tener una rutina deportiva sin perjudicar las articulaciones del tren inferior.
El técnico, que ha hecho de la naturalidad una virtud, lo ha explicado en alguna entrevista. "Trabajo, trabajo y trabajo. Ser disciplinado. Yo siempre hablo de valores, disciplina y capacidad de esfuerzo y sufrimiento. Esa es mi dieta. Para mí el deporte es una forma de vida, más allá de verme mejor o peor. Me han educado así, hago deporte desde que tengo uso de razón y ahora sé que sin deporte no podría vivir", cuenta De la Fuente.
La importancia del gimnasio en su vida se comprobó durante los Juegos Olímpicos, cuando un inoportuno resbalón le provocó una lesión en su mano derecha. Tuvo que llevar una férula durante los últimos encuentros y, por supuesto, dejar de 'levantar hierros' durante las horas muertas de las concentraciones. "Estoy pasando unos días complicados por esta lesión, porque me ha quitado una rutina y un motor importante para mí", contaba.
De la Fuente siempre se reserva una parte de su día, generalmente por las mañanas (le gusta madrugar), para acudir al gimnasio y matar ese gusanillo que tiene por el deporte. Los días que la agenda aprieta y no puede acudir, se siente incompleto. Lo necesita para funcionar.
Dieta... de menú
¿Y su dieta? Pues la misma que la de cualquier empleado de la RFEF. De la Fuente vive cerca de la Ciudad del Fútbol de Las Rozas y pasa en las instalaciones muchísimas horas, en ese trabajo oscuro que supone el análisis de todos los futbolistas jóvenes. Allí, le gusta ser uno más, un hábito que tiene claro que no quiere cambiar ahora por ser seleccionador absoluto.
Normalmente come en la Federación, junto al resto de empleados, el menú que ofrecen en la cafetería que tienen allí todos los trabajadores. Le gusta relacionarse con personas de todos los departamentos, conocer las funciones de cada uno y que no exista ningún privilegio por la función que desempeñe cada persona. Ahora que está en el centro de los focos, esta rutina no cambiará: mucho gimnasio y uno más en el comedor de empleados.
Amante del buen vino
Es un amante del deporte, de la vida saludable y de llevar una disciplina de trabajo, aunque eso no impide que le guste un placer muy típico de su tierra: como buen riojano le encanta el buen vino. Además, también le gusta compartir una cerveza a la hora del aperitivo, costumbre que suele trasladar a las concentraciones con su equipo de trabajo los días que hay tiempo libre. Son muchas horas de reuniones, análisis de vídeo, charlas, entrenamientos, desplazamientos… Por eso, cuando quedan un rato muerto entre actividad y actividad, al seleccionador le gusta pasar estos ratos distendidos para desdramatizar toda esa tensión que suele vivirse en esos campeonatos tan cortos.
De esas experiencias, además, nace la incomprensión que le genera leer comentarios que le ponen en duda por no haber hecho carrera en Primera. Entiende el nuevo seleccionador que el dominio que tiene de esas concentraciones en torneos de máxima exigencia le dan ventaja sobre los entrenadores que llegan a la Selección desde los clubes, donde nunca viven una concentración de varias semanas con partidos a vida o muerte cada tres días…