Preguntas y respuestas sobre el Mundial de Catar
Contamos nuestras conclusiones, deportivas y sociales, del evento tras más de un mes de convivencia en el país asiático.

El Mundial se acaba. Es momento de hacer balance y de entrar en esa fase de duelo en la que cuesta asumir que se deben esperar cuatro años para volver a vivir las semanas más bonitas para cualquier aficionado al fútbol. En estas líneas, el que escribe intentará contar la experiencia de un enviado especial que ha pasado 37 días en Catar. Es importante aclarar este punto, porque para contar verdades absolutas es un periodo de tiempo del todo insuficiente, especialmente en el terreno social. Se trata simplemente de narrar lo que se ha vivido en primera persona, con opiniones personales de quien ha vivido este campeonato desde el terreno. Primero, lo deportivo.
¿Se ha roto definitivamente la lucha Messi-Cristiano?
Esta Copa del Mundo aparca definitivamente el debate de quién de los dos ha sido más grande, si es que aún existía tal pregunta. La eterna deuda pendiente de Messi era llevar a la albiceleste hasta el triunfo en un Mundial y por fin lo ha conseguido. Además, lo ha hecho siendo decisivo en todos los partidos. Líder absoluto dentro y fuera del campo. La sensación al verle era la de tener delante a un tipo que se había quitado una mochila que le atormentaba, sintiéndose por fin querido por los suyos y feliz por hacerles felices.
Todo lo contrario se puede decir de Cristiano. Crispado desde su llegada, con polémicas, rumores, malos gestos… Anunció su ruptura con el United antes de que echase a rodar el balón y fue casi una despedida al fútbol de primer nivel, porque en el Mundial estuvo a años luz de aquella versión deslumbrante de sus mejores años. Terminó como suplente, entre lágrimas y con la sospecha de que no va a tener sitio en ningún club importante de Europa. Lo opuesto a Messi, que se va con la Copa bajo el brazo, como MVP del campeonato y prometiendo más años de alegría para los suyos.
¿Estaba acabado el ciclo de Luis Enrique?
España pasó del cielo al infierno en pocos días. Aquel 7-0 a Costa Rica maravilló al mundo y nos engañó a todos. Los periodistas y aficionados del mundo comenzaron alabando a Luis Enrique, su papel de streamer y el juego de la Selección cada vez que comprobaban que eras español para, poco después, comentarte a la cara que el tiqui-taca ya les aburre.
La eliminación en octavos fue un jarro de agua fría y ahí también las emociones cambiaron: la inicial, que Luis Enrique tenía que irse cuanto antes. Eso mismo pensó Rubiales, que no tardó en tomar la decisión. Con el paso de los partidos y con el nivel exhibido por Marruecos, la cosa se ve diferente. El fracaso ya no se ve tan fracaso ni a Luis Enrique tan ogro. La decisión sigue pareciendo acertada, porque el ciclo de Lucho estaba acabado y pocos recambios mejores que De la Fuente existen, aunque probablemente hubiera sido mejor esperar hasta el final del campeonato para anunciarlo. O al menos, darse unos días para pensar. Tomar decisiones tan importantes en apenas 24 horas deja siempre un cierto aroma de improvisación y volantazo.
¿Se ha igualado más el nivel de las selecciones?
El nivel de Marruecos y de las selecciones asiáticas nos confirma ese tópico tan utilizado de que el fútbol cada vez está más igualado. Ahora cualquier país de cualquier continente te pinta la cara si te descuidas y eso es maravilloso, porque hace de cada partido un espectáculo. Han venido para quedarse y bienvenidas sean. Es un privilegio comprobar cómo viven el fútbol en países con culturas muy distintas a las que siempre han dominado el fútbol. La amabilidad de los japoneses hasta después del fracaso, la pasión de los marroquíes, los bailes de los ghaneses… El fútbol es global y es deber de todos que cada vez sean más países los que opten a la gloria con opciones reales, porque eso enriquecerá este deporte y también nos abrirá la mirada a conocer nuevas culturas.
¿Es Mbappé el nuevo rey del fútbol mundial?
Marcar tres goles en la final de un Mundial está sólo al alcance de jugadores tocados por una varita. Tener la fortaleza mental de lanzar tres penaltis ante un especialista como el 'Dibu' y marcar los tres en momentos de todo o nada es de ser un superdotado en el aspecto mental. Con 23 años, Kylian ha disputado dos finales mundialistas y las que le quedan. Suyo es el futuro y, viendo los compañeros que le rodean, se antoja difícil que Francia no vaya como favorita a todos y cada uno de los Mundiales durante la próxima década. Messi venció en su Last Dance, aunque Mbappé demostró que va a ser el nuevo rey.

¿Ha sido el Mundial mejor organizado?
Dejen al lado los temas políticos, que todos conocemos y hemos criticado. A nivel de organización, pocas dudas quedan para quienes hemos vivido esto en directo: es el Mundial mejor organizado de la historia. Es fascinante lo bien que ha funcionado todo disputándose tantos partidos en tan pocos kilómetros. Ni un solo incidente entre aficiones, opciones de todo tipo para el transporte… Han pasado millones de personas por Doha en pocos días, muchos partidos, trayectos… Todo ha funcionado de maravilla y ha permitido a todos los presentes lo más importante: disfrutar del fútbol sin preocuparse por nada más. Se puede criticar cómo se consiguió este Mundial, pero no se le puede poner ni un pero a cómo lo han organizado una vez que ha comenzado.
¿La vida en Catar ha sido durante el Mundial un espejismo?
Llegamos con muchísimos prejuicios a Catar y el que escribe estas líneas se va con muchos de ellos desmontados. Olvídense de eso de "lo han blanqueado todo". Han sido 37 días conviviendo con personas que llevan años en Doha, experimentando juntos a ellos la vida que tienen. Se puede beber, se puede salir, las personas se abrazan, se besan, se emborrachan. Se trata únicamente de respetar una cultura diferente. Te permiten mantener tus costumbres, únicamente se trata de no hacerlo delante de sus narices, en lugares donde ellos hacen su día a día de un modo distinto al europeo.
Insisto nuevamente en un detalle importante: esto es una experiencia personal. ¿Qué puede hacer un visitante europeo en Catar? Se podría decir que casi lo mismo que en sus lugares de origen y con precios similares (más bajos incluso en el caso de la comida). Luego está el otro debate, el de todas las cosas que le queda por avanzar a este país en lo que a Derechos Humanos se refiere. Aquí sólo se escribe sobre lo que han podido hacer los aficionados y periodistas al Mundial…
Hubo cosas buenas y también malas, especialmente una: los turnos de algunos trabajadores por el Mundial. Conductores de taxi y camareros sobre todo. Llegaron a Catar para volver a sus países con los bolsillos llenos, pero el dinero nunca justifica ciertas cosas. Turnos dobles, empleados conduciendo agotados, 40 días sin librar… Nada de eso debería estar permitido y entra dentro de la lista de deberes que tiene este país por delante.
Por último, un profundo agradecimiento a todas las personas de todas las nacionalidades que trabajan en Catar. Ahí sí que debemos aprender de ellos: su amabilidad muchas veces se echa en falta en Europa, donde en ocasiones nos dedicamos a poner zancadillas al de fuera en lugar de hacerle la vida más fácil.