La alegría de Senegal les abre las puertas de los octavos

Senegal llegó al partido ante Catar con muchas necesidades tras la derrota de la primera jornada contra Países Bajos. Enfrente estaba uno de los conjuntos más modestos del torneo, lo que podría ser un arma de doble filo para el equipo dirigido por Aliou Cissé, que sin embargo mostró su mejor versión. Se sabían mejores y jugaron como tal, sabedores de que las oportunidades acabarían llegando. Y así fue.

En defensa no parecen un equipo africano y apenas sufrieron, como tampoco lo habían hecho en su debut. Las mejores ocasiones cataríes llegaron con el 0-2 ya en el marcador, pero el trabajo senegalés ya estaba hecho. Victoria plácida y ahora a preparar un partido a vida o muerte contra Ecuador. Eso sí, sigue siendo triste no poder ver a Mané en este torneo, un jugador diferencial que nos hubiese dibujado más de una sonrisa estos días.

Catar está en este Mundial porque lo organiza. Es cierto que ganaron la Copa de Asia hace tres años, pero el nivel de esta selección está muy alejado del que han mostrado Japón, Arabia Saudí o Corea del Sur, que compitieron a las mil maravillas contra Alemania, Argentina y Uruguay respectivamente. Es posible que el país catarí haya sentado las bases para que su futuro futbolístico sea mejor a medio plazo, pero a día de hoy estos equipos le quitan lustre a un torneo tan importante como es un Mundial. Al menos ya han visto puerta en su Mundial.

Fútbol anárquico, equipos ofensivos, defensas flojas y nulo orden táctico han sido algunas de las características que han acompañando a las selecciones africanas en las últimas décadas. Pero esta Senegal es distinta. Bajo el mando de Aliou Cissé, el combinado africano ha mostrado orden, saber estar, disciplina y rigor en los dos primeros encuentros del Mundial. Ante Países Bajos se les escapó un punto por un error puntual de su portero, pero hoy frente a Catar han demostrado que son un equipo muy bien trabajado. Todavía tienen mucho que decir en el torneo.

"Si en un Mundial de 32 selecciones ya hay algunas verdaderamente flojas, imagínate en uno de 48. Reflexiona, amigo Gianni". Infantino es de los que considera que cuantos más partidos de fútbol haya en un Mundial, mayor será el espectáculo. La realidad muestra que pasa justo lo contrario, porque sumar selecciones que en condiciones normales no estarían clasificadas solo va a hacer que baje el nivel medio del torneo. En Catar estamos viendo varios combinados nacionales que están muy lejos de poder ser competitivos y, si el número aumenta, será todavía peor. Ojalá haya marcha atrás en esa terrible decisión.

Los porteros africanos y asiáticos suelen tener las miradas puestas sobre ellos. Condenados por errores garrafales, su nivel es inferior a sus homólogos de Europa o Sudamérica. El caso de Catar está siendo dramático. Félix Sánchez ya ha utilizado a sus dos principales guardametas en este torneo, y ambos con resultados bastante discretos. Si ante Ecuador fue Al Sheeb el elegido, hoy frente a Senegal le tocó el turno a Barsham, y ambos mostraron las mismas dudas sobre el césped. Flojos en las salidas, poco habilidosos en el juego de pies y sin excesivos reflejos… Catar tiene una cruz con la portería.

Mateu Lahoz hizo su debut en Catar, y no es poca cosa. En España es de sobra conocido por su facilidad para dejarse notar en cualquier encuentro, y en el Mundial le ha tocado arbitrar un partido sin mucha enjundia en el que también ha destacado. Seis amarillas y varias carreras para imponer su autoridad ante los tímidos jugadores de ambos equipos, su primer gran bagaje en la cita mundialista.

El próximo martes se jugará un Ecuador - Senegal que tiene una pinta tremenda. Dos equipos bien trabajados y que encima buscan el gol se medirán para buscar un hueco en octavos de final. Y con Países Bajos viendo el partido desde la barrera. Drama, que es lo que nos gusta. El Mundial va cogiendo color.