URUGUAY 0 - COREA 0

A Uruguay le falta el alma de Fede Valverde

Los uruguayos no pasaron del empate ante una Corea que juega más que asusta. El madridista chutó al palo y enloqueció tras cortar una contra.

Valverde, en el partido ante Corea./GETTY
Valverde, en el partido ante Corea. GETTY
Jonás Pérez

Jonás Pérez

Algo falló en Uruguay. Con Fede Valverde como alma máter y un núcleo de jugadores de alto nivel continental, llegaba a Catar como una de las aspirantes a selección revelación. Sus impresiones no fueron las mejores. Corea del Sur ofreció más variantes en el juego posicional, mientras Diego Alonso se desgañitaba en el banquillo buscando una explicación a la imprecisión de los suyos en estático y al desigual contexto al contragolpe.

Uruguay y Corea del Sur empataron a cero en el partido de la primera jornada del Mundial.

Un palo de Godín y dos chispazos de Darwin pusieron esperanza en la siempre colorida grada uruguaya. Fueron minoría, aunque en espíritu siempre compiten hasta contra la mayor de las mareas. Falto de ese espíritu estuvo un equipo hasta ahora guerrero sin discusión. Hoy le faltó la garra de Godín y Cáceres en campo rival. A Luis Suárez no le dio para mostrarla, apenas participó. Con Corea más fatigada, Cavani sí luchó con los colores de la guerra tatuados en su piel.

En los compases finales, Fede Valverde demostró por qué es uno de los mejores del planeta. Hace cuatro años, sufrió en silencio no ir a Rusia. Ahora, es un icono en Catar. Cuando las fuerzas flaquean, él aún tiene el depósito lleno. Un latigazo a la madera desde 25 metros ya es la foto en la que todos piensan cuando les viene a la cabeza el 'Halcón'. Su mote siempre está a debate; su fútbol, no. En el descuento, se echó un sprint kilométrico para cortar un contragolpe. Enloqueció. Es la bendita locura uruguaya que pasa de generación en generación. Ahora, les faltan los goles.

COREA DEL SUR

😬 Me ha hecho cambiar de opinión

Sí, tú también lo has pensado. Corea del Sur es la selección de Son. Pero no. Ante Uruguay, mostró riquezas tácticas de gran valor. Paulo Bento es otro de sus líderes. Dota a su equipo de profundidad por los costados y equilibrio en la medular. Hwang y Lee conectan entre líneas, precisos. Son los motores de un combinado que superó con claridad a Uruguay en el juego colectivo. Al menos, en la primera parte. Cuando el jugador del Tottenham sufrió una lesión en el ojo, los surcoreanos se temieron lo peor. Probablemente, sin el '7', no sería lo mismo. Aunque juntos y así, pueden tumbar a cualquiera. Los uruguayos salieron indemnes. Queda por ver si Portugal y Ghana también lo logran.

GODÍN Y CÁCERES

💯 Mis 'dieses'

"Van a ver al Godín de hoy, no al de hace 20 años", dijo el ex del Atlético en la previa. Mentía. En el balón parado, sigue brincando como un número 1. Su remate a la madera fue la mejor ocasión de Uruguay en la primera mitad. También afirmó: "Cuando entras a la cancha, es difícil habla de disfrute". Aquí sí lleva razón. Como dice Ancelotti, es un central negativo. Siempre alerta, cree que cada jugada acabará en gol rival, aunque toquen mansos en campo propio. Es el truco de un futbolista que nunca pasará de moda. Él no disfrutará, pero verlo es un placer. Con sus errores y aciertos, es la representación de lo que implica un brazalete. Araújo será un magnífíco heredero.

Otro viejo rockero. Minutos antes del partido, decenas de internautas bromeaban con que siguiera jugando al fútbol. 35 años y jugando fuera de posición. Tuvo que hacer de lateral derecho. Tenía enfrente a un tal Son. Le frenó de la mejor forma posible. Antes de que se asiente el Giménez-Araújo y les escolten Olivera y Viña, la clásica guardia pretoriana aún tiene mucho que decir. Será 'the last dance': cerrarán la discoteca y se coronarán como los reyes de la noche. Los que ves y piensas: "Jamás bailaré así". Los representantes idóneos del futbolista uruguayo.

LA URUGUAY DE LAS DOS VELOCIDADES

🤔 Hay 'run rún'

Fue evidente: Uruguay brilla a la carrera y sufre en estático. Su rival le dio una lección de cómo manejar la pelota en campo contrario. Diego Alonso tiene tarea. Hay un equipo de dos velocidades. El que vuela y el 'canchero'. Con Fede Valverde, Olivera o Darwin Núñez, pestañear es mala idea. Son bólidos. Con Luis Suárez o la capacidad de anticipación de Godín o Cáceres no revienta el velocímetro. Entre medias de la dualidad, brota un debate: ¿a qué tiene que jugar este equipo? Si es a transiciones, hay que meter cambios. Si apuestan por el estático, readaptar roles. En zona de nadie, no hay espacio para infundir temor. Toca reflexión.

HEUNG-MIN SON

🤳🏻 Mi fondo de pantalla

Es un superhéroe. Un futbolista carismático de la vieja escuela. Hace apenas unas horas Mourinho presumió de haber entrenado al mejor jugador asiático de siempre. Y generalizó sobre la actitud del futbolista medio de allí: "Su mentalidad marca la diferencia". Se lesionó de un ojo y ha hecho todo lo posible por estar en Catar. Apareció con una máscara de película, digna de mi fondo de pantalla. No tuvo su día, ni por dentro ni por fuera. Se le vio incómodo y Uruguay le hizo un marcaje sensacional. Eso no quita su legado y el respeto que infunde allá donde va. Es la clase de jugador que engrandece la Copa del Mundo.

Heung-Min Son, en el partido de Corea. GETTY
Heung-Min Son, en el partido de Corea. GETTY

FEDE VALVERDE

✅ Un tuit que me representa

Rodra tiene la capacidad de escribir lo que todos pensamos, pero no sabemos decir. Las selecciones son como las familias, no las eliges. Y Fede Valverde es como tu amigo al que llamas hermano porque ese concepto va más allá de la sangre. La Selección de Luis Enrique es nuestro orgullo. Y sus jugadores nuestra bandera. Pero también sentimos como nuestros a otros muchos futbolistas que representan lo que soñábamos cuando éramos niños.

Fede Valverde es de ellos. Enloquece en estadios llenos, por recuperar una simple pelota. Vivir cada acción como la última es santo y seña de los futbolistas inolvidables. Dentro de décadas, a este uruguayo se le recordará por su voz y su fuerza más que por el latigazo a la madera. Que tampoco estuvo mal.