Por qué Zidane le dio un cabezazo a Materazzi
La intempestiva reacción del crack francés en la final del Mundial de 2006 en Alemania, después de una provocación del italiano, determinó que fuera expulsado en el último partido de su carrera.

La final del Mundial de Fútbol de Alemania 2006 tuvo muchos condimentos. La ganó Italia por penaltis en una definición dramática que terminó 5-3. Todos los italianos que ejecutaron desde los once metros marcaron, mientras que Trezeguet falló el suyo. Ni siquiera hizo falta el último penalti de los galos, que habían llegado a ese encuentro como favoritos por el alto nivel de su plantilla: en ese equipo que dirigía Raymond Domenech jugaban Thuram, Makelele, Vieira, Ribery, Henry y Zinedine Zidane, que vivía un momento especial porque había anunciado su retiro una vez terminada esa Copa del Mundo.
Pero muchos recordarán ese encuentro decisivo por un incidente alejado de la buena conducta deportiva protagonizado justamente por Zidane y el recio defensa italiano Marco Materazzi, que casualmente fueron los dos futbolistas que marcaron los goles del 1 a 1 con el que terminaron los 90 minutos reglamentarios.
Cuando faltaban diez minutos para que concluyera la prórroga, hubo una discusión entre los dos futbolistas cerca del área italiana que terminó con un violento cabezazo de Zidane en el pecho de Materazzi, que se derrumbó de inmediato. El juez argentino Horacio Elizondo no había visto la secuencia pero fue informado por el cuarto árbitro, el español Luis Medina Cantalejo y decidió roja directa para Zidane, que además estaba amonestado.
Por qué Zidane dio un cabezazo a Materazzi
Fue una despedida amarga para un crack como Zizou, que tardó dieciséis años en confesar el porqué de su reacción: en una entrevista con diario deportivo francés L'Équipe, Zidane -quien después de colgar las botas tuvo un exitoso paso por el Real Madrid como entrenador- dijo: "Ese día mi madre estaba muy cansada. Había hablado varias veces con mi hermana por teléfono y sabía que mi madre no estaba bien, no era grave, pero había tenido un mal día. Se ha dicho mucho que Materazzi insultó a mi madre, pero en realidad él insultó a mi hermana, que estaba con mi madre en ese momento. Se pasó de la raya. Algunos insultos son usuales dentro del campo de juego, no lo niego, pero no toleré esa provocación. Fue sólo un segundo, pero tengo que aceptarlo como un error y no estoy orgulloso de ello. Pero es parte de mi trayectoria, de la historia de mi vida, igual que los dos goles que marqué en la final de 1998".
Materazzi también dio su versión de los hechos a la prensa italiana: "Le dije unas palabras estúpidas que no justifican tamaña reacción. En cualquier campo de Roma, Nápoles, Milán o París se escuchan cosas bastante peores. Hablé de su hermana, pero no de su madre como he leído en algunos diarios. Mi madre murió cuando yo tenía 15 años, por lo que nunca habría caído tan bajo de insultar a la de Zidane. Lo que pasó fue que él me ofreció su camiseta y yo le dije que prefería a su hermana".
Materazzi fue muy criticado por una parte de los medios de su país por esta provocación innecesaria. "A Zidane la prensa francesa lo protegió, pero a mí me aplastaron mis propios compatriotas", se quejó el que por entonces era jugador del Inter de Milán.