El sábado, en la conferencia de prensa previa a la final de la Nations League, un periodista extranjero le preguntó a Rodrigo Hernández si se veía ganando el Balón de Oro. Entre los españoles hubo gestos de sorpresa y alguno le echó una mirada de extrañeza al compañero. ¿Por qué nos cuesta tanto reconocer los méritos de los nuestros? ¿Cuántas preguntas sobre el trofeo hubiéramos hecho los españoles si el que hubiera estado ahí sentado fuese Haaland?
Jordi Alba levanta la Nations League. rfef
Repasemos los méritos de Rodri esta temporada: ha ganado la Champions, la Premier y la FA Cup. Marcó el gol que le dio al City su primera Copa de Europa, fue elegido mejor jugador de la competición y de la final. Por si todo esto no fuera suficiente, cambió la ropa ibicenca (allí celebraron el título) por La Roja de la Selección y fue elegido MVP de la semifinal y también de la final. Es una auténtica locura.
No nos cueste decirlo. Es más es hora de exigirlo: el Balón de Oro 2023 debe ser para Rodri. Existe tan poca discusión como el curso pasado, cuando los méritos de Benzema estaban muy por encima de los del resto. Es cierto que se premia la temporada y se tendrá en cuenta el Mundial que tan brillantemente ganó Messi, pero darle al argentino el galardón únicamente por siete partidos sería una enorme injusticia.
El runrún entre los periodistas extranjeros comenzó desde que el español marcó el gol de la gloria en Estambul. Ahora es hora también de que el debate empiece a estar en cada tertulia de España porque, aunque juegue en Manchester, Rodri es nuestro y es el pilar sobre el que se debe construir esta nueva España de De la Fuente.
El mediocentro dijo en esa conferencia de prensa que ganar este título sería muy importante para crear "mentalidad ganadora". Lo mismo se puede aplicar al Balón de Oro. Que por fin lo gane un español y que además sea un centrocampista sería un impulso para que esta fantástica generación de jugadores coja confianza. Lo dije y lo mantengo: nos van a dar un Mundial.
