Una final descompensada: "España va a creer que está jugando en Croacia"
Se esperan alrededor de 25.000 croatas en Róterdam; habrá 6.000 españoles.

Róterdam. Mientras que en España hay algún despistado que no se ha enterado de que hoy se juega una final europea, en Croacia el país está paralizado. Pocos viven el fútbol con la pasión de los balcánicos, que una vez más se han desplazado en masa para animar a los suyos. Tanto es así que en las semifinales contra Países Bajos fueron visitantes, pero parecieron locales. Hubo cerca de 20.000 seguidores croatas en las gradas de De Kuip, silenciando a la hinchada local.
Esta euforia irá en aumento contra España en Róterdam, donde se espera que haya 25.000 croatas en el estadio alentando a los suyos. "España va a creer que está jugando en Croacia. Estar con 25.000 personas apoyándonos significa que la gente nos quiere y que somos un grandísimo equipo", aseguró Dalic, seleccionador croata, en la previa del encuentro.
Desplazar a tanta afición tiene muchísimo mérito para cualquier país, pero más aún para Croacia, que apenas cuenta con 3.862.305 habitantes. Es decir, un 0,6% de la población total va a estar presente en Róterdam esta noche. A ellos hay que sumarles los cerca de 100.000 que se reunirán en la plaza Ban Jelacic, en Zagreb, para animar a su selección desde las pantallas gigantes instaladas. Lo mismo ocurrirá en las otras grandes ciudades del país.
Una población entera paralizada por un partido de fútbol, aunque la final no sea de un Mundial ni de una Eurocopa. Una pasión que explica el orgullo con el que jugadores como Modric (37 años) defienden la camiseta de su país en una temporada marcada por lo apretado del calendario debido al Mundial de Catar, donde los croatas también jugaron todos los partidos posibles (quedaron terceros).
6.000 españoles
La Roja debe ganar donde importa de verdad, sobre el césped, ya que la batalla en las gradas la tiene perdida de antemano: se estima que habrá unos 6.000 españoles. Pocos han viajado desde España y la gran mayoría de los que vienen al partido vive en el extranjero, en ciudades cercanas, y aprovecharán para desplazarse al partido.
Si ante Países Bajos, con la Oranje jugando como local, el estadio de Róterdam fue una fiesta croata, en la final la ciudad se vestirá con los colores ajedrezados de la camiseta de los de Dalic. Los característicos gorros de waterpolo que lucen durante los partidos inundarán esta vez las gradas del estadio donde ambos países pelearán por levantar la primera Nations League de su historia.