Una misma 'final four', dos realidades: la RFEF se pone las pilas y arregla el desastre en La Cartuja
El estadio batió el récord (32.657 espectadores) de un partido de la Selección femenina en España, aunque no se alcanzó el lleno.
Los andaluces se levantaron, como decía Blas Infante en la letra del himno que enorgullece a esta tierra, y muchos de ellos -en Sevilla- pusieron rumbo a La Cartuja. En este 28 de febrero, día de Andalucía, la jornada festiva también se trasladó al fútbol, con su epicentro en el estadio hispalense. El templo, con capacidad para 60.000 personas, acogió la final de la Women's Nations League entre España, vigente campeona del Mundial, y Francia, y logró olvidar con récord (32.657 espectadores) el mal sabor de boca que dejó la desolada imagen en las gradas de la semifinal de hace unos días.
Entonces, con la victoria de la Selección ante Países Bajos para firmar el billete para los Juegos Olímpicos, La Cartuja se presentó a medio gas. Entre los motivos, una "nefasta" promoción del encuentro en Sevilla y alrededores y la chapuza del cambio de sede que hizo alucinar a los rivales de la Selección -el partido se iba a jugar en Cádiz en un inicio-. Esto puso en el foco sobre la RFEF, que sí que dio voz a esta cita en las redes sociales de la Selección femenina con contenidos de todo tipo, y la Junta de Andalucía, que intentaron enmendar su error en estos últimos días a la desesperada.
Quedaron intentos de convencer a las territoriales de que ayudaran, como la petición de la RFEF en la reunión de la Comisión Gestora de hace una semana. Aunque estos fueron en vano, en medio del cabreo de la federación andaluza por no haber podido anticiparse al desastre. Tras él, la solución fue un tour por colegios, institutos y clubes en busca de una final que tuviera color en las gradas de La Cartuja. Aunque con muchas entradas regaladas en estos lugares para llegar al público más joven.
Un gran número de autobuses salieron desde diferentes puntos de Andalucía durante el día, que era festivo y jornada no lectiva en colegios y centros académicos. "Lo ha gestionado el club y hemos venido en un autobús lleno", contó a Relevo una aficionada con su hija, jugadora en categorías inferiores de un club de Jaén. Junto a ellas muchos padres y madres acompañaron a sus hijos e hijas para vivir la primera gran final de la Selección en suelo español.
🧐 Por Alexia, por el Mundial, por mi abuela…
— Relevo (@relevo) February 28, 2024
😍 Y tú… ¿cuándo empezaste a seguir el fútbol femenino?
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Así, las taquillas empezaron a colgar el 'no hay billetes' en algunas de sus categorías. Las más caras y de mayor visibilidad. Tanto que, en la misma mañana de partido, sólo se podía acceder a la compra online de boletos de asientos en las zonas más económicas (15 euros). Este era el precio más bajo de una lista que llegaba hasta los 30 euros tras pasar por billetes a 20 y 25 euros.
Sobre el terreno quedó una previa llena de buen rollo y un ambiente muy familiar. Los equipos femeninos de fútbol, con multitud de niñas vestidas con su propia equipación para la ocasión, llenaron los aledaños de La Cartuja en las horas previas al partido. Ya en el interior del estadio, los cánticos de "España, España" no dejaron de resonar desde el minuto uno. Una realidad muy diferente a lo que se vivió en la semifinal. Si entonces pocos sabían que había una cita tan importante en La Cartuja, este miércoles el asunto cambió. Quedaban pocos en Sevilla que no supieran que se estaba viviendo una final en la que España buscaba otro título.