De la Fuente confirma que su fe en la Unidad B nunca ha sido postureo
Otra victoria del seleccionador pese a las bajas: alineó un once con nueve cambios respecto a su debut y no dudó en apostar por la misma línea defensiva de la última derrota ante Colombia.

Murcia.- Cuando Luis de la Fuente dijo el pasado viernes en la sala de prensa, en la previa del partido ante Dinamarca, que tiene "plena confianza" en todos los jugadores que vienen a la Selección y que "no estaba nervioso", más de uno creyó que lo hacía con la boca pequeña. Seguramente pensando que ésa era la única salida para motivar a los numerosas novedades que se suben a este transatlántico en marcha -debido a la plaga de lesiones-, con el objetivo de mantener prietas las filas en busca del liderato. Sin embargo, sus hechos, que no palabras, confirman que su fe en los meritorios va en serio.
La Selección saltó al césped del estadio Enrique Roca de Murcia con una alineación menos reconocible de lo habitual. Sin Unai Simón, Carvajal, Le Normand, Rodrigo, Olmo y Nico por lesión -más allá de otras como las de Gavi-, y con la decisión táctica de sentar a Cucurella, al aficionado le costó memorizar el equipo titular y situar debidamente cada pieza. Porque la decisión tenía sus razonamientos y varias novedades en la pizarra (Grimaldo más llegada, Oyarzabal más por dentro...). Raya, Pedro Porro, Vivian, Grimaldo, Zubimendi, Pedri y Oyarzabal cogieron el testigo que no tenían hacen nada, cuando España se proclamó campeona de Europa en Alemania.
El seleccionador vive al día. Y lo único que le obsesiona es mejorar a su equipo y que evolucione hacia una idea de juego que roce la perfección y mantenga el éxito de los resultados. Tal es su confianza en todos los jugadores potencialmente seleccionables -los que ya han venido y los que podrían un día incorporarse-, que de su alineación en el día de su debut a la de esta vez en Murcia, hubo nueve cambios. Ocho respecto a la final de la Nations League que levantó en Países Bajos hace poco más de un año frente a Croacia. Y siete en comparación con la del pasado 14 de julio en la final ante Inglaterra.
Por no temer, al técnico riojano ni le tembló el pulso a la hora repetir frente a los daneses una línea defensiva con la que España encajó su última derrota. Fue en Londres, poco antes de la Eurocopa, en un partido en el que la Colombia de James sorprendió a La Roja (0-1). Aquella noche, en la que la zaga no estuvo especialmente fina, jugaron Raya de portero, Porro, Vivian, Laporte y Grimaldo y hasta Zubimendi, como contra Dinamarca, por delante.
El staff técnico de la Selección es, en ocasiones, difícil de descifrar. Y eso que no es muy amante de los inventos. Pero cada partido es una historia y siempre opta por dar paso a las alternativas que mejor se adaptan a cada rival y escenario. La prueba fue la apuesta de Porro pese a que Mingueza fue el lateral suplente de Carvajal, y por tanto segundo en el escalafón, en el anterior parón de selecciones. Por no decir de la defensa a ultranza de Vivian, que siempre ha sido un apagafuegos ante Mbappé en verano o contra Serbia y Suiza hace un mes. A las primeras de cambio, y pese a que el central del Athletic tiene competencia que luce más en muchos medios, le ha dado la titularidad en cuanto ha tenido oportunidad.
Como ha ocurrido con Zubimendi. Antes del último partido, el técnico hizo una encendida defensa de su figura y le elevó como "el segundo mejor mediocentro del mundo tras Rodrigo". Compartió con los medios la templanza del mediocentro y deslizó que, cuanta más responsabilidad le dan, mejor rendimiento ofrece. Su gol fue simplemente el remate de un partido perfecto que le ratifica como el volante indiscutible para esta temporada. Rodrigo puede recuperarse tranquilo y sin remordimientos.
Su guardia pretoriana
La apuesta de Oyarzabal en la antigua Nueva Condomina también fue una clara demostración de que De la Fuente muere con los suyos. Sin Nico en el extremo izquierdo, pudo confiar en Baena, que juega ahí en el Villarreal y está de dulce. O pudo tirar de opciones con más desborde por fuera, como hace Lamine en el otro costado: balas como Bryan Zaragoza o Sergio Gómez. Pero el míster prefirió confiar en un hombre clave en sus esquemas y héroe nacional.
Lo de Morata estaba cantado. Su baja ante Serbia y Suiza en los dos primeros partidos de la fase de grupos de la Nations League fue provisional. Sus amenazas de dejar la Selección en plena Eurocopa quedaron sofocadas por el propio seleccionador. Él fue el más insistente y persuasivo para convencer al capitán de que tiene mucha cuerda en la Selección, que las críticas simplemente deben ser el motor de su motivación y que su salida a Milan -y los títulos- van a poner tierra de por medio con sus haters. Murcia le aplaudió y coreó su nombre como primer paso para la nueva normalidad.
La alineación de De la Fuente vuelve a ordenar la delantera. Primero Álvaro, luego Joselu y ya si eso Omorodion, Mateo Joseph y todo lo que venga derribando la puerta. La idea es dar continuidad a este bloque hasta (eso esperan) la fase final de la Nations League en junio y luego ya hacer algunos retoques de cara al Mundial 2026 de EE UU, Canadá y México. Las prelistas, que suelen ser de más de 50 jugadores para cada compromiso, irán avanzando sus intenciones. Lo que está claro juegue quien juegue sentirá que en esta familia lo que sobra es la confianza en cada uno de sus miembros.