Hedwiges Maduro nació en la escuela holandesa, pero conocer a Unai Emery le cambió la vida: "Sabía todo de mí… y hasta de mis padres"
El exfutbolista de Valencia o Sevilla, criado en la cantera del Ajax, está en busca de un nuevo reto en los banquillos: "Ojalá sea en España... Me gusta mucho el sol y la forma de vida".

Después de varios intentos fallidos sobre cómo pronunciar de manera correcta Dean Huijsen, la sensación de la Selección en el primero de los dos compromisos frente a Países Bajos (2-2), Hedwiges Maduro (Almere, Países Bajos, 1985) entona un perfecto castellano que denota una unión, la suya por España, que ni siquiera el paso del tiempo ha logrado deteriorar. Lo hace desde Almere, donde reside física pero no mentalmente ("voy a Valencia a ver el España - Países Bajos y a comer paella, que lo echo de menos"), a la espera de un reto que le permita seguir creciendo en los banquillos. "Por el momento estoy buscando y también trabajo en una televisión holandesa comentando partidos", adelanta en una entrevista a Relevo.
Su nombre apareció por primera vez en el fútbol español cuando, después de despuntar en las categorías inferiores del Ajax de Ámsterdam e incluso debutar con el primer equipo (allí consiguió dos Copas KNVB y tres Supercopas) y con su selección, fichó por el Valencia en el mercado invernal de 2008, petición expresa de un Ronald Koeman al que ya conocía ("mi primer partido en el Ajax es con él como entrenador") y para el que sólo tiene palabras de agradecimiento: "Ha sido clave en mi carrera, siempre tiene muy buen feeling con sus jugadores y sabe transmitir energía". En Mestalla permaneció un total de cuatro temporadas (2008-2012), de las que guarda un "recuerdo muy especial". Además, menciona a Unai Emery como un entrenador que le marcó: "Lo sabía todo de mí... y hasta de mis padres".
Después, y con varios sustos de por medio (lesión de gravedad en el tobillo, anomalía cardiológica...), que no hicieron sino reforzar su idea de que "con trabajo, trabajo y trabajo todo se consigue", también probó suerte en Sevilla, PAOK, Groningen y Omonia Nicosia. En 2018 colgó las botas y puso el broche final a una carrera con altibajos y "muchos momentos felices". Desde entonces, y después de formarse para ser entrenador, compatibiliza los banquillos con los medios de comunicación, contertulio habitual de ESPN. Vivirá en primera persona y desde Mestalla el crucial España - Países Bajos (domingo, 20:45 horas, La 1) que determinará qué combinado avanza a las semifinales de la Nations League. "Las dos selecciones son muy fuertes, pero creo que ganará a España... Países Bajos tiene muchas bajas en defensa", apostilla.
Semana de eliminatoria entre Países Bajos y España y seguro que has recibido muchas llamadas...
Sí, sí [risas]. He recibido varias llamadas y además en los últimos años estoy trabajando en la televisión de Holanda analizando partidos, así que no es nuevo. Eso me gusta mucho, pero ahora estoy buscando y mirando también ofertas de otros clubes para entrenar a un equipo, porque me gusta estar en el campo, cerca de los jugadores, y estar directamente en el fútbol. Tengo todos mis papeles [titulación] listos para volver a hacerlo, siempre con el estilo de Johan Cruyff, algo que en el Ajax es muy importante. El partido va a ser bonito, como el de ida, porque al final son dos selecciones muy jóvenes, aunque Países Bajos tiene muchas bajas en defensa. Pero seguro que va a estar bien.
Habrá gente que no sepa que ahora eres entrenador. ¿En quién te inspiras? Así seguro que una idea mínima pueden hacerse.
Unai Emery. El año pasado me fui a la ciudad deportiva del Aston Villa y estuve una semana allí en la que hablé mucho con él. Me gusta atacar, me gusta tener la pelota, pero siempre con intensidad. Esos principios son los más importantes para mí: tener la pelota, jugar con intensidad y defender con la misma intensidad también. Siempre con intensidad, eso es innegociable. Y tengo también algo del estilo de Johan Cruyff, porque en el Ajax es muy importante y una idea que intentan siempre trasladar. Me gusta ese fútbol, y también me fijo en otros entrenadores como Guardiola, Xabi Alonso... Son todos muy compactos.
Y Koeman, ¿no?
Sí, sin duda. Koeman es muy importante y ha sido muy importante para mí, clave en mi carrera. Mi primer partido en el Ajax fue con él como entrenador. Y también en el Valencia, en mi primer partido, estaba él en el banquillo. Ya te digo, ha sido clave en toda mi carrera. Tiene mucha experiencia y es un entrenador al que le gusta hablar con sus jugadores, tener buen feeling con ellos. Me recuerda mucho a Ancelotti, porque le da mucha importancia a tener buena relación en el vestuario, es como un padre para los jugadores, y eso se nota mucho. Él es así y como seleccionador es igual. Transmite siempre buena energía, algo que es muy importante.
Entonces Koeman te conoció siendo muy pequeño. ¿Cómo eras?
En el campo siempre fui un pivote, un número 6. Siempre me gustaba ser el líder, como un capitán, muy responsable y maduro para mi edad. También era muy humilde y comunicativo. Me gustaba hablar con mis compañeros, decir las cosas a la cara al equipo, ser como un líder natural y cercano, una mezcla. Creo que eso lo mantengo como entrenador. Mucha gente piensa que no tengo estrés porque a veces es lo que aparento, ya me pasaba como futbolista, pero soy una persona tranquila y me gusta analizar todo. Yo siempre lo digo: cabeza fría y corazón caliente. Con esa mentalidad puedes conseguir cualquier cosa que te propongas.
Se nota que crees mucho en el mensaje que transmites.
Soy entrenador y no puede ser de otra forma, ¿no? Es lo que te digo: soy un líder natural y eso es bueno, creo, para llegar a trabajar en el top [refiriéndose a entrenar en la élite]. Claro, hay momentos y momentos para decir las cosas, pero soy directo.
"Emery es diferente, un fenómeno... Está con el fútbol las 24 horas del día"
¿Te costó el cambio de Ámsterdam a Valencia? Off the record me decías que te gustó mucho el sol, el buen tiempo, la gastronomía...
Sí, claro. A todos los niveles, además. Tácticamente, porque el Ajax es uno de los mejores equipos de Holanda y siempre tiene la pelota... y en el Valencia a veces no era así, y también en personalidad. Hablando de fútbol, tuve que trabajar mucho más sin la pelota. Eso fue un reto para mí en los primeros años: trabajar, trabajar y trabajar. Todo, para recuperar la pelota. La afición... El Valencia tiene una gran afición, exigente y con su estilo, pero una gran afición. En Valencia creo que la gente sabía que yo siempre iba a trabajar, pasase lo que pasase. Lo di todo y, al final, eso siempre se nota.
Siendo tan exigente contigo mismo y con el resto, ¿cómo llevabas que no todo el mundo fuese como tú en ese sentido? Hay otras corrientes que dicen que hay futbolistas que viven sólo del talento, sin trabajo.
Uf, es difícil, porque el fútbol es jugar con once, un deporte de equipo. Un jugador tiene que saber quién es el artista o la estrella del equipo, en mi caso fueron David Villa y Silva, porque, al final, tienes que trabajar para ellos, para que ellos, que son decisivos, brillen y marquen la diferencia. Pasaba con Messi en el Barça en su mejor época. Él tuvo a Rakitic y Dani Alves trabajando para él en su misma banda. Yo fui un jugador así. Trabajé mucho para el resto y eso la afición siempre lo ve y se contagia, porque cuando uno trabaja el otro también quiere trabajar. Se pega.

El tema del clima y la rutina también es diferente y me costó, porque la cultura en España es diferente a la de Holanda: los momentos para comer, para cenar... Es que es muy diferente. La gente cena a las seis o las siete de la tarde en Holanda, las tiendas cierran antes... Eso no pasa en España, porque, por ejemplo, los restaurantes no están abiertos a esas horas para cenar, sino más tarde. Entonces eso te obliga a cambiar y a adaptarte muy rápido a esa nueva cultura. A mí me costó, pero me gustó también. Es mucho más fácil hacerlo así. Y, claro, el sol... Es de lo que más me gusta. Soy 70% holandés y 30% español por eso [risas]. Creo que en mi futuro voy a vivir en España y ojalá me salga algo allí, lo pienso siempre. Creo que mi futuro está en España.
Me ha sorprendido que tuvieses tan claro que el entrenador del que más has 'bebido' es de Emery.
Es diferente. Es un fenómeno. Ves los partidos del Aston Villa y es que... [suspira] es el arquitecto de todo. Es un hombre que está con el fútbol las 24 horas del día. Está loco por eso, por el fútbol. Le gusta tanto que es capaz de transmitírselo a sus jugadores. Y Guardiola es lo mismo. Pasa mucho con los entrenadores españoles: ellos dos, Iraola, Xabi Alonso, Luis Enrique... Creo que tener eso es muy importante para ganar, porque los jugadores lo sienten y lo notan. Cuando fue mi entrenador en el Valencia, él lo sabía todo sobre mí y hasta de mis padres, de mi familia. Entonces eso es muy bueno, porque es una relación de confianza que no se tiene con todos los entrenadores.
Es él quien confía en ti en el Valencia... hasta que sufres una lesión de gravedad en el tobillo.
*En 2010, en un entrenamiento con Países Bajos, Maduro sufrió una rotura de ligamentos peroneo anterior, peroneo calcáneo y rotura parcial del ligamento deltoideo de su tobillo izquierdo.
Lo pasé muy mal. De verdad. Muy mal. Estaba en mi mejor momento, en 2010, antes de la Copa del Mundo con Holanda. La lesión, de hecho, fue con el equipo nacional, no en el Valencia, pero es que estaba en mi mejor momento. Un poco antes tuve ofertas de grandes equipos... El Bayern de Múnich y otros clubes se interesaron en mí. Después de esa lesión, no fui capaz de recuperar mi mejor nivel. Lo cambió todo y me costó mucho recuperarme. Parar cuatro, cinco, seis o siete meses es mucho para un jugador de fútbol. Fue un momento muy duro y negro de mi carrera.
"Me duele mucho ver cómo está el Valencia ahora mismo... La unión es lo más importante"
No sé si eso último, lo de que parar cinco o seis meses es mucho para un jugador de fútbol, significa que fuiste impaciente.
Sí, sí. Es eso. Como futbolista lo era, pero la experiencia me ha enseñado que no debo serlo, que hay que esperar lo que sea. En aquel momento, tenía no sé si 25 ó 26 años y sólo pensaba en volver, en jugar de nuevo. Ahora pienso diferente.
Me da la sensación de que para alguien como tú, tan trabajador, exigente y con esa mentalidad de líder, fue todavía más complicado parar. ¿Qué te hacía feliz en aquel entonces?
La motivación era ver fútbol, ver a mi equipo, mirar al futuro y pensar que volvería a jugar otra vez. Ese año, en 2010 mi selección jugó la final del Mundial contra España, la del gol de Iniesta, y eso también fue una motivación. Me hacía feliz. No tanto como jugar, pero sí feliz. Pensaba en lo mucho que quería ayudar, porque es que era mi generación, y en las ganas que tenía de volver a jugar. Tú quieres hacerlo rápido, cuanto antes, pero tu cuerpo no está al 100% y muchas veces los futbolistas pecamos de volver cuando estamos al 80%, por ejemplo. En esas situaciones lo más normal es que te vuelvas a lesionar porque volver antes si no estás recuperado no funciona.

Institucionalmente también fue una etapa complicada para el Valencia, ¿no?
Sí. Muy complicada. También hubo problemas con el presidente [en aquel momento era Manuel Llorente] a nivel económico. Por eso me voy al Sevilla, que estaba creciendo y era un equipo cada vez más importante, en 2012. Cuando, estando en el Valencia, jugaba contra el Sevilla... Ese ambiente me gustaba mucho. Y la situación en el Valencia no era sencilla, y busqué algo nuevo, nueva energía y cambiar un poco de aires. Ahora, cuando lo pienso, creo que me fui al Sevilla en un momento muy bueno. A nivel de carrera también es bonito, aunque me hubiera gustado jugar, no sé, ocho años en un mismo equipo, pero la situación allí, en el Valencia, no era buena y por eso me fui.
Bueno, estarás al tanto de cómo es la situación del Valencia ahora...
Sí, lo sé. Me duele mucho, porque para mí el Valencia es un grande de España y de Europa. Cuando yo estuve allí era un equipo de Europa League o Liga de Campeones, por eso me duele ver que ahora sufre y lo pasa mal para quedarse en Primera. Para mí el Valencia tiene que estar ahí, peleando por las competiciones europeas, pero es que arriba [refiriéndose a la presidencia] no hay tranquilidad, no se rema en una misma dirección. La gente va por libre y no piensa. Es muy importante la unión, que el equipo esté unido y que todos miren por lo mismo, porque si no pasa es muy difícil ganar y crecer. El ejemplo es el Barcelona, que ha pasado problemas económicos pero poco a poco está volviendo. Pero es que en el Valencia siempre hay problemas, y si a eso le sumas que el dueño está lejos... El dueño tiene que ser como un padre y, cuando tu club no está bien, el padre tiene que estar. Yo pienso así.
"Me fui a Estados Unidos y estuve con más de diez cardiólogos en una semana... Lo pasé mal, pero pude volver a jugar"
En el Sevilla vives otro de los momentos más complicados de tu carrera: te diagnostican una anomalía cardiológica congénita.
Sí... Es que fue muy complicado porque nunca he tenido problemas de nada. Lo pasé mal, muy mal. Imagínate. Siempre me he sentido bien y nunca he notado nada gracias a Dios. Nunca he tenido problemas. Nunca. Entonces, cuando un doctor me dice: "Oye, que tenemos que mirar algo cerca de tu corazón...". Yo pensé: "¿Qué? ¿Eso qué es?". Claro, yo conozco mi cuerpo pero no lo hago como lo hace un doctor. De primeras me decían que estaba bien y dos meses después más o menos me dijeron lo que tenía. Me sentí inseguro, es que te juegas mucho... Ya no es sólo fútbol, es tu vida. No es lo mismo que le pasó, por ejemplo, al Kun Agüero, porque él lo notó. Yo no. Todo iba bien, yo me sentía bien.
¿Y tus padres? Te pilló estando muy lejos de casa.
Mis padres creen en Dios y ellos, en ese sentido, estaban nerviosos pero tranquilos al mismo tiempo. Siempre me decían que la vida es mucho más importante del fútbol. Yo a veces no lo veía porque pensaba en jugar, jugar, jugar y jugar. Me costó gestionarlo... Te empiezas a plantear la vida sin el fútbol, pero es que a mí lo que me gusta es el fútbol. No me quiero dedicar otra cosa. Recuerdo que me fui a Estados Unidos a que me mirasen el corazón, estuve con más de diez cardiólogos en una semana y eso es muy complicado. Al final me dijeron que todo estaba bien aunque sí me diagnosticaron eso [una anomalía congénita en el corazón], pero pude seguir jugando.
¿Cómo llevaste tener que marcharte de España?
Bueno, me fui a Grecia [fichó por el PAOK en 2014] después de estar en dos grandes de España: el Valencia y el Sevilla. Fue mi sueño y lo cumplí. Cuando llegué a Grecia, el entrenador fue holandés y jugamos competición europea. Fue mi decisión y creo que lo hice bien porque al final ya había cumplido mi sueño. Sí es verdad que me hubiera gustado estar más tiempo en España, pero bueno...
Me pica la curiosidad: ¿aceptarías entrenar al Valencia en la situación en la que está?
Bueno... A ver, primero tendríamos que hablar mucho. Con el dueño, con el presidente y con el cuerpo técnico, porque tendríamos que ganar tranquilidad y unión. Para eso se necesita al presidente cerca, ser un equipo, que todos estéis en la misma dirección. Claro que me gustaría entrenar al Valencia, pero primero habría que trabajar mucho para que la afición estuviera contenta. Cuando las cosas van bien, van muy bien, pero no siempre es así de sencillo. Cuando van mal, siempre hay rumores, problemas... Y eso no me gusta. No lo quiero. Me gustaría volver a Mestalla y no me importaría hacerlo, por ejemplo, como asistente, algo que ya he hecho.
Vamos a la actualidad más pura... ¿Cuánto crees que nos costará pronunciar bien Dean Huijsen? Juega en una posición que es de sobra conocida para ti.
Fui su entrenador [se ríe], sí. Lo conozco mucho, porque fui su entrenador en la selección sub-17 de Países Bajos. Jugó conmigo varios partidos con Holanda y le conozco muy bien. Él se siente español, habla español, casi toda su vida está en España... y es normal que haya tomado esa decisión. Para mí lo ha hecho bien, porque uno tiene que jugar con el que siente que es su país. Es un jugador de mucho talento, muy tranquilo y que no siente la presión. Lo está haciendo muy bien en la Premier League, en el Bournemouth, y España tiene mucho futuro ahí. En Holanda, la letra u y la i hacen como una a que se alarga [risas]. Es normal que cueste porque no es un apellido común allí.
¿Te atreves con un pronóstico para la vuelta?
Holanda hizo un muy buen partido en la ida. Jugaron con tranquilidad y Frimpong, por ejemplo, puso contra las cuerdas a Cucurella. Tenemos jugadores muy buenos que son titulares en equipos importantes y eso es bueno para la selección, aunque sí es verdad que tenemos también bastantes bajas en defensa: no tenemos a Timber, que está jugándolo todo en el Arsenal; tampoco a Dumfries, del Inter de Milán; de Vrij [Inter de Milán] también está lesionado, como Aké, del Manchester City... Entonces, tenemos buenos jugadores, pero podría ser mejor. Lo único que no tenemos es un delantero que esté en un club como el AC Milan o el Liverpool. Y tampoco tenemos un portero como David Raya o Unai Simón, de momento no tenemos calidad ahí. España, creo, ha visto que tenemos un buen equipo y que podemos jugar bien, que les podemos hacer daño, aunque la Selección española normalmente es superior, sobre todo con la pelota.
Creo que, aunque Holanda pelee, España va a ganar... Ese 2-2, con gol en el último minuto, también puede ser una derrota, porque España llega muy enchufada y lista para jugar en Mestalla, con su gente. Están a tope y tienen el mejor equipo de Europa. Creo que van a ganar.