La 'Nueva Condomina' ahora es el 'Enrique Roca' por el dinero de este atípico mecenas: "Debería decir que no, pero es un capricho"
El empresario, que bautiza al campo del Real Murcia desde 2019 (y hasta 2029) donde juega la Selección, recibe a Relevo: "Con esto, al negociar con mis empresas, no tengo ni que dar explicaciones".

Orihuela (Alicante).- Enrique Roca Fernández (Lorca, Murcia, 1965) recibe a Relevo en las oficinas de su emporio de gestión, inversión y construcción (ERF International) con todo el glamour de alguien que sólo ha dado dos entrevistas en su vida y que posee un privilegio alejado de los mortales: dar nombre a un estadio que en sus años dorados fue de Primera. Nos recibe un conserje. Nos invita a esperar hasta que el entrevistado acabe una reunión. Nos sube al rato con misterio a una sala de espera con pinta de consejo de administración. Coge el testigo un segundo guía y nos acompaña a una planta superior. Y ahí, tras tocar la puerta de una mansión silenciosa con mimo, aparece el protagonista para cargarse de un plumazo prejuicios, mitos y leyendas. Visitar a Florentino Pérez o a Peter Lim debe ser parecido pero sin este final feliz.
Vestido de sport, con un físico de atleta y un loft donde priman las vistas a la costa y el gimnasio muestra una cercanía y sinceridad desbordantes. Parece mentira que pudiera haber sido presidente y máximo accionista tras poner en la entidad un buen dinero. Puesto a pecar de algo se decanta por la impopularidad. El recinto donde juega el Real Murcia y lo hará este sábado la Selección lleva su nombre desde 2019, más el latiguillo 'de Murcia' por un acuerdo con el ayuntamiento, y lo hará hasta 2029. En parte lo hace por caridad con un equipo que se acostumbró a vivir en el alambre, pero también por capricho. Si alguien cree que la Nations ante Dinamarca se juega en la 'Nueva Condomina' llámenle antiguo o desfasado. O mejor, pásenle esta entrevista.
No pude entrevistar jamás a Santiago Bernabéu, ni a Vicente Calderón ni, por ejemplo, a Benito Villamarín o Ramón Sánchez-Pizjuán y por eso me hacía especial ilusión charlar con alguien que da nombre a un estadio. ¿Cómo se siente siendo tan importante?
Bueno, no me siento tan importante. Esto fue posible en el 2019. Estaba jugando un partidillo de fútbol, porque me encanta hacerlo con los amigos, y uno de ellos, en mitad del juego, me dijo 'oye, ¿tú le pondrías el nombre al estadio del Real Murcia?' Y yo, que me pilló en medio campo porque hago de centrocampista, no daba crédito. Como pido mucho el balón y lo suelto rápido, aunque he de decir que no me gusta ir de cabeza, no le di más importancia, seguí a lo mío y contesté rápido: 'Venga, pasa el balón, hostia, y déjate de historias'. No le di importancia. Aunque al acabar...

Ahí ya vio que iba en serio.
Claro. Y le pregunté: '¿Eso que has dicho es verdad? ¿Se puede poner el nombre del estadio que antes se llamaba Nueva Condomina? Y lo más importante: ¿se le puede poner el nombre que yo quiera? Me informé y y vi que sí, que se podía poner el nombre que yo quisiera si lo patrocinas y que esa fórmula se llama naming. Vamos, que es un derecho de naming, derecho de patrocino y que esto existe. No, no lo sabía, no estaba puesto en eso. Y fue entonces cuando dije 'sí que quiero, eh'.
¿Fue el primero al que se lo ofrecieron?
Se lo habían dicho a un montón de empresarios murcianos antes. Que lo sepa la gente. Pero a un montón. Y no nacionales. Y nadie quería. Esto fue en julio de 2019 y se daba la circunstancia de que el Real Murcia tenía a final de año, en diciembre, seis meses más tarde, una fecha a partir de la cual si no pagaba tal o cual cosa iba a liquidación. Y yo dije, creo que esto va a durar seis meses, pero bueno, vamos a hacerlo. Y me pidieron, luego ya cuando hice la negociación, cuatro años por adelantado.
¿No era demasiado riesgo?
Yo pensaba que si pedían cuatro años por adelantado es porque estos estaban sabiendo ya que hay un riesgo importante de que se quede en nada. Había que pagar por cosas de derecho concursal y había un plazo de liquidación del club. Había que pagar a Hacienda. Y digo yo, 'hostia, esto va a ser...'. Pero, bueno, al final dije, adelante. Me enteré después, pero en aquel tiempo no lo sabía. El caso es que acepté los cuatro años por adelantado. No te voy a decir la cantidad que pagué.
Algo he leído por ahí. Se ha publicado, por un lado, que eran 600.000 euros por los cuatros años y en otros medios hablan de alrededor de 200.000 por temporada, que sería algo más.
Hay una confidencialidad escrita, aunque todo el mundo lo sabe... Pero no seré yo quien la diga. El caso es que pagué cuatro años por adelantado. ¿Y qué se siente? Pues la verdad, me gusta verlo, me gusta. Cojo el coche, lo veo cuando voy al estadio y me gusta. Porque claro, es que en España está el Santiago Bernabéu, estaba el Luis Casanova que luego renombraron como Mestalla, el Carlos Tartiere, pero poco más.
Con personajes vivos y tan jóvenes, el del Real Murcia será único...
¿Cuántos años me echa? Sinceramente. Me levanto para que veas lo delgado que estoy [risas].
Soy muy malo con esto y paso de ofender. Unos 52...
59. Y me han llegado a echar 45.
Pues, más allá de eso, estamos ante un caso muy peculiar. Vayamos por partes porque está hablando de muchas cosas y me gustaría puntualizar. ¿Quién fue la persona que le hizo la propuesta?
Aquel compañero de equipo el día del partidillo era José María Almela. Fue presidente del Real Murcia, es amigo mío y es médico.
¿Y por qué cree que los anteriores empresarios a los que consultaron se negaron?
Porque es evidente que poner tu nombre ahí arriba, en letras rojas, tenía el riesgo de que a los seis meses tengas que quitar esa letras que has puesto. Es muy arriesgado reputacionalmente. No es lo mejor poner el nombre a un estadio y que luego el club lo cierre al poco tiempo. No parece muy lógico. O que no puedan inscribirse en la competición porque no ha pagado tal o cual cosa. Pero yo no hice tanta valoración. Yo lo puse y luego he tenido la suerte de que ni se liquidó, ni se acabó, ni nada de nada.
O sea que hasta ese momento y ese partidillo ni esto era un sueño perseguido ni nada de eso...
No hombre. Yo siempre, como todo niño y todo futbolista, he querido ser profesional y no abogado, que es lo que soy aunque no ejerzo ya. Soy empresario ahora, pero estudié Derecho y Medicina. Pero yo en el fondo todos esos estudios los hubiera cambiado de verdad por jugar al fútbol.
Cuénteme algo más de Enrique Roca. Para el que no le conozca: ¿quién es?
Soy abogado de formación. Estudié en Murcia Medicina y luego me pasé a Derecho y luego estudié dos años de Económicas. Empresariales, para ser más exactos. Trabajé en el Banco Bilbao, BBVA, en los años 90, y luego ya monté mi despacho de abogados. Al final quité también el despacho y ahora soy empresario. Ya no defiendo a los clientes.
Habrá quien piense que esta aventura puede ser un capricho de un nuevo rico. Por eso le pregunto dos cosas: ¿es un capricho? ¿Es rico?
Lo de ser rico es una cosa muy interpretable. A partir de qué cantidad uno es rico. ¿100.000? ¿200.000? Si fuera eso, sí podría decir que soy rico, pero si la cantidad es otra pues no. Depende todo y en comparación con qué. Si me comparo con Warren Buffett o Donald Trump, pues no. En cuanto a si es un capricho, pues debería decir que no, pero sinceramente sí porque yo no tengo neumáticos Enrique Roca ni cerveza Enrique Roca ni nada de eso y yo vendo mis cosas aquí en Orihuela Costa y no en Murcia. Y vendo al extranjero. Yo hago casas y hago promociones. Luego, si quiere hablamos de eso. Y mi cliente en este centro comercial en el que estamos es extranjero. Aquí, en este edificio que es lógicamente de mi empresa, todo el mundo habla sueco. El dentista es sueco, las peluqueras hablan sueco. Todo el supermercado es para holandeses. Aquí no hay para españoles. Y no hay nada para murcianos. Por lo tanto, yo no gano nada con lo del estadio salvo la solvencia que me da.
¿A qué se refiere?
A la solvencia que me da en los negocios que hago. Que la gente sepa que yo tengo un estadio a mi nombre, y que tengo el derecho a patrocinio porque sí, te da un halo de solvencia grande. Y lo he notado. Pero no tengo una rentabilidad directa porque venda cosas a los murcianos.

En parte lo ha contestado ya, pero quería insistir. ¿Nombrar un estadio es cuestión de ego o estrategia empresarial?
Es estrategia empresarial. Porque me dedico aquí a comprar cosas y a tener terrenos y a hacer planes parciales. Y es verdad, como le digo, que el halo de solvencia, que es que me lo da, es importante. Decir Enrique Roca, como ya salió un montón de veces en los medios, hace que al negociar no tenga ni que dar más explicaciones. Se considera que yo puedo afrontar cualquier compra porque soy capaz de dar nombre a un estadio de un club importante que es histórico. Si hay que comprar un terreno allí, más para allá o más para acá, de cinco millones de euros por ejemplo, lo compro y nadie se pregunta nada cuando investigan quién eres. No se preguntan, '¿tendrá el dinero o no lo tendrá? A otros les piden siempre que aporte el certificado de saldo, que es lo habitual para realizar una operación, y a mí hay muchas veces que no lo tengo que aportar para concurrir. Se considera que lo tengo y me ayuda.
¿La decisión final de dar el paso fue personal o lo consultó con amigos, compañeros de trabajo y familia?
Nada, nada, no. Fue personal. El ayuntamiento imponía en el acuerdo que apareciera o la palabra Murcia en el nombre o la palabra Nueva Condomina. Era la obligación que imponía para el derecho a patrocinio. No le iba a llamar un nombre tan largo como Estadio Enrique Roca Nueva Condomina. Y, además, lo que quería es que no se llamara Nueva Condomina. ¿Cómo lo voy a seguir llamando así?
¿No le gustaba por algo?
Es que tenía que ponerle otro nombre. Si no parece que no cambia nada. Entonces, preferí que se quedara lo de Murcia. Entonces tenía que inventar algo acabado en Murcia. Podía haber puesto el nombre de una empresa mía y luego lo de Murcia. Y ahí estuvo la decisión más dura o más difícil: si ponía el nombre de la empresa o mi nombre particular. Poner mi nombre particular llevaba el riesgo de que alguien pudiera pensar que era un nuevo rico o un capricho, como hemos hablado. Pero que al final dije: 'si se va a saber que es mío, pues que se sepa de verdad'. Y le puse Enrique Roca. De ahí que el nombre actual del estadio sea Enrique Roca de Murcia.
Me ha llamado la atención que al llegar aquí y ver sus oficinas, a esta compañía le ha puesto un nombre más discreto con sus iniciales y no con el nombre entero. Pone ERF International, de Enrique Roca Fernández. Es decir, que aquí hay que buscar en internet para saber qué es y, sin embargo, en el estadio lo ves rápidamente. ¿Por qué?
Lo ponemos así porque todo el mundo tiene un padre y una madre. Y el apellido de mi madre, que también es importante, es Fernández. Quería que se supiera que esto es también Fernández. Lo que pasa es que no puedo poner el nombre tan largo. Imagínese, Enrique Roca Fernández.
Más cosas. En lo futbolístico, liga un nombre a un estadio y sobre todo a una competición que no es la Primera y la Segunda y eso tiene sus problemas. Se me ocurre, además, que estas categorías han estado ligadas a amaños, deudas, dinero negro... ¿Prestar su nombre puede ser contraproducente y tener un efecto contrario al deseado?
Es la primera vez que oigo ese argumento. La primera persona que me ha dicho esa opción o esa derivación. Nunca me lo he planteado.
Pues se lo quería preguntar porque, ahí va una hipótesis: imagine que lee un día en un medio importante 'hay sospechas de que hubo un intento de amaño en un partido de 2020 en el estadio Enrique Roca de Murcia...'. No debe ser agradable ligar su nombre a un delito...
En realidad, la probabilidad de que eso ocurra es baja. Pero ahora me hace pensar...
¿Por qué cree que Fernando Roig, por ejemplo, no pone su nombre al estadio del Villarreal y utiliza el de La Cerámica?
Pues... Cada uno tendrás sus motivos. Yo sé los míos.
¿Llegó a hacer un estudio de mercado o algo así antes de decidirse?
Hablamos del estadio de mi ciudad. Soy murciano y vivo aquí. Además, tengo mi casa muy cerca del estadio y no había que pensar nada. Es un estadio tan bonito y nuevo... Teniendo el derecho patrocinio, no me lo pienso. Otra cosa es que fuera en automovilismo, que no me gusta. O balonmano. Pero fútbol y en mi casa...
¿Cuál ha sido su relación con el fútbol?
Juego desde pequeño. Y me hubiera gustado ser profesional. Pero como soy nacido en el 65, y tendría que haber empezado a jugar en el 80 u 85... No sé, no había lo que hay ahora. Supongo que hoy los padres sí que luchan más para que los hijos lleguen a ser futbolistas, ¿no? Pero en nuestro tiempo no era así. Mi padre me decía que tenía que estudiar. Era médico y me decía 'estudia'. Vamos, que no he podido ser futbolista, me hubiera gustado. Es que es lo que más me gusta. Eso y la música. Anote: y la música.
Traigo preguntas también sobre eso. Ya verá. Pero antes, una curiosidad. ¿Siente que ha calado lo del 'namimg' o aún queda mucho camino por recorrer? He hecho la prueba antes de venir aquí y sólo uno de diez compañeros, porque es un friki del fútbol modesto, sabe que el estadio de Murcia ya no es la Nueva Condomina.
Alguien, de vez en cuando, le sigue llamando Nueva Condomina, pero poco a poco sí que va calando y ya mayoritariamente se le llama Enrique Roca. Pero sí que hay algún periodista o algún aficionado que le sigue llamando como antes. Pero no debería ser así porque hacen daño al propio club. Porque esto es un patrocinio, yo pago por eso. Entonces, si no le llaman como se llama, pues al final no va a ser interesante el patrocinio y entonces es daño al club porque deja de percibir lo que es suyo. Sea conmigo o sea con otro.
¿Qué siente cuando alguien dice estadio Nueva Condomina? ¿Se enfada?
Sí. Porque no se tiene que llamar así. A veces me molesta más y a veces me molesta menos. No lo entiendo. Más que molestarme más o menos, es que veo que no favorece a nadie. Ni al club, que es lo más importante. Es como si le llamo a usted Antonio Molina. [Dicen los que mejor le conocen que se inquieta a veces hasta cuando el tranvía de Murcia llega a la parada del estadio y dicen por megafonía 'Nueva Condomina'; algo en lo que nadie del club puede hacer nada para subsanarlo...]

Da la sensación de que durante un tiempo van a tener que convivir en la ciudad los dos nombres. Como cuando hablábamos en euros y decíamos 'las antiguas pesetas...'.
Han estado conviviendo y yo supongo que a la larga dejarán de convivir.
¿Ha tenido que llamar la atención alguna vez a alguien por este hecho?
No, con el club nunca ha hecho falta. Lo tienen claro. Si es que está en el contrato. Nunca ponen Nueva Condomina. Jamás. Sería hasta denunciable. Sí se ha dado en algún periodista aislado... Le llama así y le seguirá llamando.
¿Adrede?
Pues a veces, sí. Dice Enrique Roca de Murcia... pero también le pone lo de la Nueva Condomina antes o después. O a secas. Pero bueno...
¿Se debe a que hay gente que se siente ofendida por el cambio?
Ofendidos por el cambio de nombre, jamás. ¿Pero cómo se va a ofender alguien?
Hablo en ese círculo de periodistas.
No, ofendidos no puede haber. Lo primero, porque esto es un derecho de patrocinio. El club al que siguen, al que quieren, del que hablan los periodistas, necesita esos ingresos y hay alguien que se los da. No es razonable que alguien pueda estar ofendido. Habrá que estar agradecidos en todo caso. Ahora, que a alguien no le gusta que esté ahí el nombre de un particular, por decirlo así, o de una empresa, y que quiera llamarle como se llamaba antes, pues sí que hay algunos.
¿Qué siente cuando en los carruseles radiofónicos hay gol y le nombran?
Mola. Lo que pasa es que como todavía estamos en Primera Federación, pues no está en los carruseles la verdad más allá de en algunas ocasiones especiales.
¿Y confía en que estará pronto al llegar de nuevo al fútbol profesional?
Lo tengo clarísimo. Y el año que viene. Vamos a subir a Segunda.
¿Y cómo fueron las negociaciones y el acuerdo alcanzado?
No puedo contar mucho de cantidades concretas. El acuerdo, del que ya han salido detalles en los medios, era para los primeros cinco años. Como ese periodo ya ha pasado, del 2019 al 2024, a partir de esta temporada el naming vale más. Hemos firmado un nuevo acuerdo.
¿Hasta cuándo?
Hasta el 2029.
¿Y es prorrogable?
No.
¿Ya no se puede? En principio lo era hasta 2039 creo recordar.
Yo tenía un contrato hasta ese año, sí. Tenía un primer contrato hasta el 29, prorrogable hasta el 39. Diez años, prorrogable por otros 10. ¿Y qué ha pasado? El club puso ese contrato en el juzgado de lo mercantil, pidiendo la resolución, no la nulidad. Y lo hizo porque el derecho concursal permite a las empresas en concurso pedir la resolución de aquellos contratos que considere el club que son dañinos o que están por debajo de precio. Entonces, ellos hicieron un expediente de un auto judicial homologando un plan de reestructuración. Es decir, le piden al juzgado que declare por auto que el plan de reestructuración resolviera el contrato de patrocinio. No solamente el mío, todos los que el club crea que están por debajo del precio porque son dañinos y nocivos. Me opuse. E íbamos a ir a juicio. Y hace dos meses o tres meses firmamos la paz. Pero había un juicio en el que ellos querían pedir la resolución del contrato. Y el contrato anterior, que ahora está resuelto de mutuo acuerdo, nos ha llevado a firmar otro sustitutorio. El contrato antiguo lo hemos anulado y hemos firmado otro nuevo hasta el 2029.
O sea, que si quisiera llegar hasta el 2039 como antes tendría que ser pagando más.
No sé cómo valorarán el estadio en 2029, que es cuando habría que firmar otro contrato. Yo ya pagué cinco años por adelantado, de 2019 a 2024, y ahora tengo otros cinco años. Es lo único que sé. Y con otras cantidades superiores a las anteriores. Bastante más altas. Pero no le puedo decir la cantidad exacta, porque hay otro documento de confidencialidad y no seré yo quien lo rompa.
¿Y a partir de 2029 que le gustaría hacer?
Ya veremos lo que pasa. Porque le podría decir lo que pienso hoy, pero lo que pienso hoy puede que no sea lo que pienso en el 2029. Quedan cinco años todavía, ya veremos.
Y con esta relación de años, y sus tensiones por el camino defendiendo cada uno lo suyo.... ¿cómo se lleva con el Real Murcia?
Hasta hace dos meses la relación no era buena. Íbamos a juicio. Pero es que yo no he incumplido nunca. Es más, pagué por adelantado. Consideraban que se había quedado obsoleto y por debajo de precio. La relación no era muy buena, pero como hemos hecho ahora el nuevo contrato voluntariamente, pues las relaciones son buenas.
¿Cuánto ha ayudado el nuevo dueño y presidente, Felipe Moreno, a ello?
El acuerdo ha sido que yo pago más que antes. Pero bueno, eso es razonable. Felipe va a que yo pague más y yo a pagar menos. Lo lógico.
¿Lo conocía de antes?
¿A Felipe? Claro. Desde hace 20 años. Tiene negocios por aquí. Lo conocíamos, sí.
¿Y aparte del 'naming' hay algún otro tipo más de acuerdo ligado?
No. Cosas adicionales al naming, como aparecer en algunas lonas que hay en la entrada al estadio, en la puerta principal. Si no ha ido al estadio, pero va luego, lo verá. Hay cuatro lonas verticales en las que pone Enrique Roca, así en horizontal. De cinco metros por 17. Una de esas cuatro lonas tiene lo de ERF, que es mi empresa.
¿Tiene hijos?
Sí.
¿Cuántos?
Tres. De 24, 22 y 20.
Y cuando ven eso, ¿qué le dicen?
Les da lo mismo.
¿Sí?
Les da lo mismo. Porque les da lo mismo el fútbol en general. No le dan importancia. Son dos chicas y un chico. A mis hijas el fútbol ni les gusta ni les deja de gustar. Y mi otro hijo, bueno, no le causa el impacto que me causaría a mí. Las nuevas generaciones son distintas a las nuestras, muy distintas. Ver mi nombre ahí arriba, la verdad es que me gusta, pero a ellos no tanto.
¿Acude al estadio?
Acudía mucho y ahora, menos. Pero no por ninguna razón concreta. Son etapas. De hecho al Real Murcia lo veo siempre por la tele por esa plataforma que sacaron. No me lo pierdo.
¿Y cuando iba a menudo o va de manera esporádica, dónde se sentaba?
Yo tenía un palco privado mío. Un palco de esos cerrados. Entonces iba allí.
¿Antes de poner su nombre al estadio ya lo tenía?
No. Es parte del acuerdo de 2019 a 2024. Pero ahora, como ya no iba, pues devolví el palco para que lo puedan utilizar. Pero, vamos, que cuando quiero ir, lo digo y ya está.
¿Le reconoce la gente por la calle o cuando acude al estadio?
Aquí en mi zona, sí. Por Murcia, quien me conoce, me conoce, pero eso no me acaba de gustar mucho. Bueno, ni mucho ni poco. Yo quiero que exista un estadio Enrique Roca y ya. No te voy a decir que haya un cierto misterio, pero me gusta que sepan que existe un tal Enrique Roca que es empresario, pero no tanto que Enrique Roca es éste en concreto. Si voy andando por algún sitio me pueden decir 'vamos a hacer fotos' o alguna cosa así, y eso a mí como que no me va.
Y cuando te reconocen, ¿qué le dicen y cómo le tratan?
Bien, bien. Ya le digo que no hay ningún enfadado y ningún ofendido. No lo hay, si lo hubiera, se lo diría. No lo hay ni es lógico que lo vaya. Porque yo no voy ni a sentarme al sillón de ningún sitio. Ni voy a hacerme fotos con nadie. Ni bajo el vestuario a hablar con los jugadores. Ni voy a las comidas de nada. Yo pongo dinero y estoy en mi casa callado. Ojalá todos que fueran como yo. Nunca voy y vengo con los propietarios o quiero estar con los futbolistas ni nada de eso.
Igual porque hablamos de Primera Federación. Si el Real Murcia jugara en Primera División, con tantas estrellas en el Real Murcia y los rivales, igual cambiaba el paso...
Es entendible lo que dice, porque igual sería más apetecible. Pero realmente creo que no lo haré. No es mi perfil. Ni lo de estar metiéndome en un vestuario, ni en las oficinas, ni hacerme el importante haciendo fotos. Le voy a dar un detalle. Más claro que ninguno. El nuevo estadio se inauguró, digamos con el nuevo nombre, en diciembre de 2019, en una final de Copa Federación que el Murcia ganó. Pues en ese partido, pese a que yo tenía mi palco, me dijeron que me sentara en el palco principal. Vamos, casi me exigían que estuviera en el palco de autoridades, a la derecha o a la izquierda de Luis Rubiales. Entonces iba a estar Paco Tornel, que era el presidente antiguo, al otro lado. Y yo le dije 'bueno, vale, ya lo veremos'. Y no quise. Era mi momento de hacerme 40 fotos, ¿no? Y hacerme no sé cuántas cosas más. Hicieron un recorrido por el club, con los trofeos y demás, y me dijeron que fuera con ellos. Y no fui. No por nada. Pero no fui. Y esa noche, en la que se encendieron las luces con mi nombre, quisieron que hablar. ¿Y sabe cuánto duró mi discurso?
¿Cuánto?
44 segundos. Tengo aquí el vídeo y luego se lo mando. En vez de tirarme 15 minutos explicando que si tal y que si cuál, hablé 44 segundos. Me alejo de esas cosas, no me siento cómodo.
Es un caso raro. Quiere ver su nombre ahí pero tampoco chupar pantalla, ser políticamente correcto o incluso populista. Por eso, quería saber una cosa: si tuviéramos que dividir en porcentajes las razones de su movimiento a la hora de poner el nombre... ¿cuánto es para ayudar al club y cuánto es para cumplir ese deseo, ese sueño, ese capricho, esa ilusión que tiene de verlo ahí?
Mitad y mitad. Sería la mitad. A mí me han dicho mil veces de hacer entrevistas en radio, televisión y en todas partes. Y salvo una que di en la televisión de Murcia, La 7, y otra al diario La Verdad, no he hecho más. A nivel nacional, nada. Di una con una radio pública en todo este tiempo y otra con vuestro diario, el de Vocento aquí, porque lo lee todo el mundo y es como el BOE. No he ido a más sitios. Si es que para qué voy a hablar más. No he querido. Primero porque qué voy a decir yo. No soy miembro de la directiva, no soy presidente, y la opinión que yo tenga no sé si va a interesar o no. Y luego, además, que tampoco me apetece quemarme en muchas conversaciones.
¿Va a ir al estadio este sábado a ver a la Selección?
Pues podría ser otro momento importante para mí. Viene la campeona de Europa a mi estadio, pero no voy a ir.
¿Tiene otras obligaciones?
Ninguna. Podría ir, pero lo voy a ver en la televisión, en mi casa, que se ve perfectamente. Puede parecer contradictorio pero es exactamente como le digo. No voy a ir ni me apetece. Y aunque me lo pidieran. Ni siquiera he pedido entradas ni cosas así.
¿Cuándo supo más o menos que venía la Selección?
Pues igual hace seis meses o así.
¿Y cómo se lo tomó?
Es un gran momento. Más repercusión. Sólo es comparable con eso que viniera el Real Madrid, el Barcelona o el Atlético.
¿Qué incidencia puede tener en su negocio?
Bueno, Enrique Roca se nombra más veces y el halo de solvencia de empresario se dice más veces, se recalca más veces. Alguna incidencia tendrá, pero directa no. No voy a vender mañana un dúplex, una casa, un piso, porque se juegue el partido del sábado.
No me he olvidado del apunte de que le gusta mucho la música. Tal y como están las cosas ahora en los estadios, sobre todo en el Bernabéu, quería preguntarle si en el estadio Enrique Roca de Murcia se celebran eventos de este tipo y si hay más problemas o facilidades.
Claro que se celebran. Además, el estadio está fuera de la ciudad. A mí me encanta la música. Toco el piano, la guitarra... El sábado pasado mismamente creo que hubo uno. Y...
¿No le gusta?
A mí los conciertos que se están celebrando ahí no me gustan nada. Creo que fue de reguetón y cosas de esas. Pero como no son las cosas mías y es un negocio que deja buen dinero...
¿Puestos a pedir, quién le gustaría que tocara allí?
Soy del 65. Juan Manuel Serrat, Ana Belén, Víctor Manuel, José Feliciano, Roberto Carlos, Julio Iglesias... Es que yo soy de esa época.
¿Y de estos todavía no ha tenido la suerte de que vengan?
No, no. Creo que Luis Miguel sí estuvo. Esa es la música que me gusta. Boleros y tal.