ENTREVISTA

Álvaro Negredo aprendió de un revés para ser campeón de la Eurocopa: "No ir al Mundial me sirvió para madurar y ponerme las pilas"

El madrileño acaba de anunciar su retirada. Atrás quedan goles en el Madrid, Almería, Sevilla, City, Valencia, Turquía... y en la Selección. También numerosos recuerdos y anécdotas que no ha contado hasta ahora.

Álvaro Negredo durante la semifinal de la Euro 2012 ante Portugal. /Getty Images
Álvaro Negredo durante la semifinal de la Euro 2012 ante Portugal. Getty Images
Lorena González

Lorena González

Álvaro Negredo (Madrid, 20/08/1985) ha dado las gracias al fútbol el día de su despedida. A los 20 años como profesional, los 12 equipos en los que ha marcado 262 goles, cuatro países, incontables recuerdos y reflexiones que le ha dejado toda una vida, desde que empezara en Vallecas y cumpliera en su barrio el sueño de jugar en el Rayo, o compartir vestuario con su ídolo, Ronaldo Nazario. Ganar una Eurocopa que sacó la espina de quedarse fuera del Mundial de Sudáfrica. O una Premier con el Manchester City. Le hubiera gustado seguir porque no sentía que el fútbol le hubiese abandonado, pero no pasó el último tren. Desde entonces se prepara para un futuro en los banquillos, lo hace como segundo en el Sevilla C y atiende a Relevo todavía con la emoción del adiós y las ganas de no dejarse nada por contar.

Hace unos meses, en Relevo, confesabas que habías llorado mucho por el fútbol. En estas horas posteriores a anunciar tu retirada, ¿también lo has hecho?

No me ha dado tiempo porque ha sido día y medio muy intenso. Han sido más las sonrisas que me han salido con los mensajes recibidos. Ha sido una decisión más adelantada, al principio sí me costó aceptarla. Siento mucha felicidad de ver tanta gente que me tiene tanto aprecio.

¿Cuál ha sido el mensaje que más te ha emocionado?

He tenido muchos de compañeros y chicos jóvenes que he conocido en esta última fase y me dan las gracias por ayudarles, aconsejarles… Eso es porque ellos ven que he hecho un buen trabajo.

¿Qué te han dicho tus padres?

Les escribí por la mañana para avisarles que ya lo anunciaba. Ellos ya sabían que iba a ser definitivo, pero no sabían cuándo. Al hacerlo oficial se han alegrado por mí, pero les hubiese gustado que siguiera.

Tú también querías seguir. ¿Cuándo has podido aceptar que tocaba colgar las botas?

A principios de septiembre se cierra el mercado y seguí preparándome por si salía algo de ultima hora, pero a mediados de mes lo empiezo a ver mas lejos, los equipos ya van mas rodados. A mí, por el tipo de jugador que soy, me costaba más las pretemporadas, por mi físico, y ya veía que iba tarde para meterme en la dinámica. Me han salido ofertas en el extranjero, pero no me apetecían. Este año quería algo que me apeteciera y, como no fue así, dije que no seguía. Mi círculo se alegró en parte, porque así me iban a tener más cerca y yo disfrutaré de mis niños, llevar a mi hijo al entrenamiento, etc...

Entonces no fue porque tu cuerpo te dijera que no podías seguir, ¿no?

A lo mejor. Sabía en mi última etapa que en Primera me iba a ser muy difícil seguir. Sí a un Segunda, aunque tampoco para jugar 42 partidos, sino para ayudar dentro y fuera del campo. Quizás el físico me decía "cuidado", y la cabeza me decía "sigue". Me pase el mes de agosto entrenado en Sevilla con un calor increíble y poniéndome mejor que en otras ocasiones. Tampoco hay que forzar las cosas, pero yo sí me veía con la posibilidad de estar compitiendo.

¿En estos meses no ha existido la más mínima posibilidad de ir al Rayo, donde empezaste?

No, no ha habido nada. En verano tampoco. Hubiera sido bonito, me hubiese encantado, pero el Rayo tiene muy buen equipo y muy buenos delanteros, la delantera era el puesto más ocupado. Ni nos lo propusimos.

Te propongo jugar con una máquina del tiempo. ¿A qué instante exacto te gustaría regresar?

A la tarde de la final de la Eurocopa, para verlo todo con más calma, porque fue un cúmulo de sensaciones de alegría. Saludas a todo el mundo y te puedes perder algún detalle de un evento de tal magnitud. Me hubiera gustado vivirlo más tranquilo.

Hagamos un álbum de fotos de donde has jugado, como un baúl de los recuerdos, de los buenos y menos buenos...

Empiezo recordando cuando empecé con los juveniles del Rayo, ese fichaje. Yo estaba en una escuela de la AFE y acababa en cadete. Ya era socio del Rayo, iba a ver los partidos... y estaba firmando el equipo de mi barrio. Fue un momento muy especial.

Luego llegó la cantera del Real Madrid.

Del Real Madrid me voy a quedar con el día que el primer equipo me convoca para un partido de Copa contra el Écija. Fue muy bonito, con Capello. Eran 16 convocados, íbamos 17 y tuve la mala suerte de quedarme yo fuera. Estar en ese vestuario ya era... —aunque había entrenado varias veces en el equipo—. Enfrente tenía sentado a Ronaldo, que era mi ídolo y fui hacia él. Le dije si sabia que me había quedado fuera y si me podía regalar la camiseta. Me gastó una broma, me dijo que no y se me cambió la cara. Vi el partido en la grada, vino y me dijo "niño', y me dio la camiseta. La guardo como oro en paño.

Las anécdotas de Negredo con el Madrid.RELEVO

¿Te daba demasiado reparo dirigirte a ellos?

Sí. Me acuerdo de que a Beckham nunca le hablé, me imponía tanto… Le teníamos muy visto en prensa deportiva y rosa, era muy mediático y me daba mucha cosa decirle algo. Me imponía hasta saludarle. Él te saludaba normal porque él era normal, el que lo tenía endiosado era yo. Yo ahí no tenía ni idea de inglés, pero él era amable, te ayudaba, te daba la falta cuando te hacía una falta.

¿Cuál era el más cañero?

Gravesen, por su carácter. Era un tío muy serio. Había compañeros que le gastaban una broma y le veías luego corriendo por toda la Ciudad Deportiva. Te daba de broma, pero te las daba bien, como Rüdiger. Le veías en el campo y ya sabias que no te iba a dar la mano para levantarte.

¿Qué tal te recibieron los españoles?

A Pavón y a Casillas ya les conocía por mi hermano mayor, que jugaba en la cantera y estuve seis años viendo los partidos, iba a los entrenamientos a recoger los balones… Conmigo siempre se portaron genial. Me sorprendieron mucho Raúl y Guti, porque tenían un trato especial con los que subíamos de la cantera. Recuerdo que estaba un día dándome un masaje y eso no les gustaba mucho a los veteranos que los jóvenes nos diéramos masajes. Vi aparecer a Raúl y me fui a levantar, se la quería dejar que ponía su nombre [risas] y me dijo: "no no, quédate lo que necesites, yo espero". Por debajo le dije al fisio que dos minutos y le dejara la camilla para él. Era el respeto que le tenia y que ahora en muchos casos se ha perdido. Les veía como ídolos.

De Almería intuyo que te quedas con la fotografía de aquel gol de volea que casi inventaste. ¿Cómo te dio por hacer eso?

Sí, ese gol se ha visto muy poco en España. Se le ocurrió a Unai Emery, porque teníamos a un jugador con mucha calidad como Corona y otro que le pegaba muy bien que era yo. Una semana ante del partido empezamos a entrenarlo. No nos salía ni una, dábamos en la barrera, a las manos del portero, lo intentamos diez o doce veces y no metí ni una. En el partido, íbamos 0-0 contra el Valladolid y hubo una falta con una buena distancia. Me acerqué corriendo a Corona y le dije "¿La hacemos?". Vino Soriano y me preguntó, "pero, ¿viste lo que hiciste ayer?". "A peor no puede ir", le respondí. Y entró. Es medio gol de Corona porque me la tiene que levantar bien y yo la cogí perfecta. Golpearla de volea coge más velocidad. De la emoción se me subieron los gemelos, marqué el gol y me cambiaron. Soriano era muy serio y me miraba como diciendo, 'encima lleva razón el niñato'.

De Almería a Sevilla.

De Sevilla me quedo con el primer título, con la Copa del Rey. He visto el partido repetido y no jugué un gran partido, pero me acuerdo de las delanteras. En el Atleti estaba el Kun y Forlán. Luis Fabiano estaba lesionado y jugamos Kanouté y yo, el menos conocido. Ese final de temporada fue bonito, pero sé que no hice buen partido para el equipo.

Con el City ganaste la Premier, ¿pero te quedas con eso?

Con el arranque que tuve con el City. Hasta febrero, que me lesioné el hombro. He leído muchas veces 'Negredo no estuvo bien en el City' y yo hice 23 goles hasta febrero. No marqué más porque tenía el hombro fuera, estuve renqueante y forzaba para jugar. Así que me quedo con ese inicio. En los tres primeros partidos salía de suplente y marcaba siempre en un equipo en el que estaban el Kun, Dzeko, Jovetic…

De Manchester a Valencia. Te costó, ¿no?

Fue un año difícil porque llego lesionado. Empiezo sin pretemporada y me costó bastante. Conseguimos entrar en Champions y al verano siguiente el míster me dice que no cuenta conmigo, pero le digo que me quiero quedar, que quiero ganarme el puesto y no dar problemas. En la previa de Champions hago el gol que nos clasifica y ahí cambia la perspectiva del míster y del club de buscarme una salida. Me quedo con ese tramo de incertidumbre para darle un vuelco a la situación.

¿Se puede contar algún error que hayas cometido?

Ahora que lo veo desde otra perspectiva, el jugador es bastante egoísta. Lo quiero para mí y para nadie más. Cuando eres entrenador tienes a 25 diciéndote para mí, para mí. Con el paso de los años sí que he aprendido a respetar esas decisiones, los momentos de cada entrenador. Seguramente que me he equivocado. He estado apartado por ejemplo del Valencia durante un tiempo, sin saber el porqué, nadie me vino a explicar la situación, sino que llegaba el fin de semana y no iba convocado. Me hubiese gustado que el cuerpo técnico me hubiese dicho el porqué, pero nunca llegaron a decírmelo, y quizás podría haber dado más de mí o hacer las cosas mejor, pero cuando no sabía de dónde venia el problema, no podía arreglarlo. Mis compañeros salían en rueda de prensa diciendo que entrenaba bien. Intenté hablar con él, pero no quiso. Ni a puerta cerrada ni delante de mis compañeros.

Luego me operaron de apendicitis, él es cesado y para el siguiente entrenador sí cuento, así que nunca sabré si era un problema personal. No le tengo rencor, ahora entiendo más al entrenador, pero sí que me hubiera gustado que viniese a decírmelo.

¿Ahora entiendes mejor la decisión de Del Bosque de dejarte fuera del Mundial?

Ha sido un honor vestir esa camiseta, en mi época es que estaban Llorente, Fernando Torres, Villa, Soldado… Era una Selección en la que el sistema tampoco ayudaba al delantero, porque jugábamos con falso 9, que era Cesc, y no puedes decir nada porque le salió genial. No le puedo reprochar nada sino agradecerle por darme esa oportunidad de vivir esas experiencias, estar en esa final, en la fase de clasificación para el Mundial, la Euro… Sólo puedo agradecerle. Con una vez ya hubiera sido feliz.

¿Cómo te enteras exactamente que no vas al Mundial? ¿Y cómo te lo tomaste?

Yo estaba en la prelista y estábamos haciendo una pretemporada, con Soldado y Cazorla, que tampoco fueron. Lo tenías a un pasito y te quedas con la miel en los labios. Nos metieron a todos en una habitación e hizo la lista dentro. Al que no nombra… Es un bajón, pero también me ayudó para decirme quiero más, y quizás por eso luego logro ir a la Eurocopa.

Se lo comuniqué a mi familia. Esa vez no lloré porque el sentimiento era de pena, pero a la vez de rabia, de tengo que trabajar mas y darle la vuelta a la situación. Entre comillas, me vino muy bien. Al año siguiente fui Zarra de la Liga, hice una temporada muy buena con el Sevilla, mejoré y maduré mucho. Me puse las pilas.

¿Se puede decir entonces que no ir al Mundial te hizo madurar y ser mejor futbolista?

Sabía que era difícil ir porque el sistema de la Selección era así, aunque tampoco me esperaba jugar en la semifinal de la Eurocopa. El año anterior en el Mundial había hecho lo mismo poniendo a Fernando Llorente, porque Portugal tenía defensas duros y agresivos. Sabía que yo voy al choque y que no me arrugo. Le dije a mi familia que era titular y ni se lo creían. Cuando entrabas, Vicente te daba toda la confianza. Recuerdo en el primer partido contra Armenia que me dijo: "Hazlo como en tu club, porque si estás aquí es porque lo estás haciendo bien". Sse agradece, porque es una forma de decirte que te relajes y no tengas tanta presión encima.

¿Qué tiene de especial ese balón que tienes expuesto y nos muestras?

Este balón tiene una historia que nadie la sabe. Es de la semifinal contra Portugal y es la tanda de penaltis, me habían cambiado ya y estaba mirando. En el último penalti, creo que fue Fábregas, tiró y marcó. Se fue corriendo a donde estaba Iker, fuimos todos, y al mirar a la portería, vi el balón que nadie lo había cogido. Lo cogí y en el autobús les pedí que me lo firmaran. Era el único partido de la Eurocopa que había jugado de titular. Hicimos un grupo genial. Ya venía de atrás donde había una conjura y un buen rollo absoluto en ese vestuario, yo entré bien también y me acogieron genial.

La intrahistoria del balón de Negredo.RELEVO

¿Y esa bota que tienes en las manos?

Esta es la bota es con la que hago mi último gol como futbolista profesional, con el Valladolid. Nunca me dio por guardar recuerdos, hasta que empecé a ver que se iba acabando, prefería ser espléndido y regalar todo.

¿Aquel día se te pasó por la cabeza en algún momento que podía ser tu último gol?

Sabía que era el ultimo con el Valladolid, pero mi cabeza no estaba pensando en la retirada. Este verano tenia incluso una caja con todo preparado por si un equipo me llamaba, salir corriendo. Hasta finales de septiembre no la vacié.