Cómo la icónica celebración de Brandi Chastain cambió la historia de los sujetadores deportivos: "El pecho debía ocultarse o sexualizarse, no había un término medio"
La mítica futbolista estadounidense celebró su gol en la final del Mundial de 1999 quitándose la camiseta.

El 10 de julio de 1999, Brandi Chastain tuvo la ocurrencia de celebrar el gol que significó el segundo Mundial femenino de fútbol en la historia de Estados Unidos quitándose la camiseta. La instantánea copó los principales medios de comunicación de todo el mundo y provocó un debate: ¿Por qué una mujer no puede celebrar un gol como un hombre?
Fue el culmen a años de desarrollo de una prenda imprescindible en la rutina de cualquier mujer deportista y que a Nike le costó horrores empezar a vender por una cosa: no sabían cómo introducir la palabra "sujetador" en el mercado.
Hubo quien deslizó que se trataba de una acción publicitaria de Nike
90.185 espectadores presenciaron el gol de Brandi Chastain en el estadio Rose Bowl de California y 40 millones de personas lo vieron por la tele. La final entre Estados Unidos y China acabó empate a cero y se resolvió en la tanda de penaltis. El conjunto asiático marcó cuatro de los cinco penaltis y llegó el turno de Brandi Chastain. Anotó la pena máxima, se levantó la camiseta y dejó al descubierto un sujetador negro deportivo con un diminuto logotipo de Nike al frente.
La celebración desató miles de teorías. Hubo quien pensó que formaba parte de una colaboración con Nike. Pero desde el gigante estadounidense negaron tal intención. Ni siquiera se esperaban que Brandi marcase gol. De hecho, la futbolista se había cambiado el sujetado en el descanso porque estaba muy sudado y saltó al campo con otro con el logotipo de Nike bastante más pequeño.
Cuesta medir la trascendencia de aquella imagen. La celebración de Brandi Chastain descubrió un mundo nuevo a las mujeres deportistas. No había redes sociales, pero desató un movimiento. La estadounidense fue una de las integrantes del famoso equipo de 1999, que sentó un precedente en el fútbol mundial. Su gol marcó la culminación de una evolución en el diseño de sujetadores deportivos, que se había estado gestando silenciosamente en Beaverton, Oregon, durante muchos años.
Nike no usó la palabra “sujetador” públicamente en el nombre de un producto hasta 1996
El modelo en cuestión era un prototipo de la línea Inner Actives, que NIKE lanzaría al mercado dos meses después. Costaba 32 dólares. Actualmente, el Departamento de Archivos de Nike (DNA) conserva una pieza similar firmada por la propia Chastain. Dicen que el original sigue en sus manos. "Cuando se acaba la ropa, me lo pongo", le confesó a la futbolista a Jeré Longman, del New York Times, cuatro años después. "Todavía funciona, ¿sabes? no es un producto de una sola vez", bromeó.
A Nike, que se puso al frente de la 'revolución', le costó horrores vender los sujetadores deportivos. Es más, la multinacional estadounidense de material deportivo no usó la palabra sujetador públicamente en el nombre de un producto hasta 1996. Tres años antes de la celebración de Brandi Chastain.
"El lenguaje necesario para hablar de las necesidades fisiológicas de las mujeres era un problema mayor que el diseño o la innovación", cita la marca en su libro 'Look Good, Feel Good, Play Good: Nike Apparel', que narra la historia visual de la ropa deportiva femenina y el papel clave que ha desempeñado en ella durante los últimos 50 años. "Durante los años 1970 y 1980, referirse en voz alta al sujetador, y mucho menos al pecho, era un obstáculo demasiado grande para que la fuerza de ventas, predominantemente masculina de los Estados Unidos, pudiera superarlo. El pecho debía ocultarse e ignorarse o sexualizarse u objetivarse. Pero no había un punto intermedio", detalla.
La celebración de Brandi Chastain supuso un punto de inflexión. "Algunos sintieron que su celebración con el vientre descubierto marcaba una especie de emancipación", citan. "El público reconoció que celebrar a las atletas femeninas significaba celebrar el cuerpo femenino. Para muchas mujeres, los deportes no son posibles sin sujetadores deportivos. Cuando una mujer corre, sus pechos se mueven en forma de ocho y el movimiento general tiene un impacto drástico en el tejido blando circundante. Sin ningún apoyo, o sin el adecuado, las mujeres caminan con más cautela, girando menos el cuerpo y acortando la marcha. El movimiento de los senos causa dolor y el dolor frena a las atletas y limita su expresión atlética", explican.