OPINIÓN

Una por una, las órdenes de Ancelotti a sus jugadores para cerrar el partido perfecto

Ancelotti abraza a Rodrygo en el partido ante el Girona. /REUTERS
Ancelotti abraza a Rodrygo en el partido ante el Girona. REUTERS

Nos tiene acostumbrados Ancelotti a aplicar su sabiduría a cada partido, aunque en ocasiones, como ser humano que es, se haya equivocado y casi siempre reconocido después púbicamente. Carletto y su joven tropa de ayudantes son de los que piensan que cada encuentro tiene su plan específico y que tan importante es desarrollar sobre el terreno de juego tus virtudes como empequeñecer o anular las del contrario. Así lo hizo ante el Girona. Le salió prácticamente perfecto.

Una vez que tuvo que volver a improvisar la línea defensiva y colocar a un lateral derecho de central izquierdo y a un mediocentro de lateral derecho, fue al grano. En la charla colectiva, apenas cinco apuntes: 1. Volvemos al 1-4-4-2 en rombo con Kroos en el vértice inferior, Bellingham en el superior y los dos delanteros abiertos, no por dentro. 2. Defensa adelantada y presión alta desde el principio. 3. Rodrygo y Vinicius bien abiertos a las bandas para dar la amplitud y ensanchar el pasillo central para las incorporaciones de los interiores (Valverde y Camavinga) y el teórico media punta). Bellingham. 4. Explotar en ataque la banda izquierda: Couto piensa siempre más en atacar que en defender y Eric García a campo abierto no es rápido. 5. Laterales contenidos en su zona para proteger a sus centrales, que nunca habían jugado juntos.

Después, en las charlas individuales. Mensajes claros y directos. Los telegramas de toda la vida convertidos en 'tuits' o 'post'. Uno por uno.

Lunin. Atento al juego aéreo. Cinco pases más adelantado que de costumbre para contrarrestar los balones que busquen la cabeza de Dobvik, que ha ganado el 48 por ciento de los duelos por alto en lo que va de Liga. Más atento a la zona de Carvajal, que a la de Tchouameni.

Lucas Vázquez. Atención máxima a Savinho (siete pases de gol). Cerrar bien sus intentos de centro. No concederle metros. En ataque, hay que buscar la espalda de Miguel Gutiérrez cuando se 'mete' de mediocentro.

Tchouameni. Central diestro. En los centros, buscar la anticipación con Dobvik. Con el balón, adelantar la posición y ser un segundo mediocentro a la altura de Kroos. Hay que ayudar al alemán en la salida del juego.

Carvajal. Central zurdo. Como tanto él como Tchouameni son diestros, Ancelotti confió en que su capitán es mucho más rápido en los espacios reducidos. Su misión fue no dejar controlar a Dobvik y que se diera la vuelta (14 goles).

Mendy. Tapar la zona y estar mucho más pendiente de defender que de atacar. Estar con más ojos en ayudar a Carvajal que en buscar el dos contra uno con Vinicius.

Kroos. El jefe. Mediocentro único. En la salida del juego se metió entre los centrales con todo el horizonte por delante. Hizo trizas la teoría de que no le gusta jugar de volante central. Dio un recital. Se encuentra en un momento físico óptimo.

Valverde. Hubo triple recomendación. Y todas defensivas, de destrucción: ayudar a Lucas en los uno contra uno con Savinho; esperar la llegada de Miguel Gutiérrez cuando se ponía a la altura de los centrocampistas; y convertirse en tercer central cuando Portu se colocaba como segundo delantero. No apareció tanto en la faceta ofensiva como en otros partidos, pero participó en la gestación del primer gol.

Camavinga. Interior izquierdo con libertad para profundizar cuanto quisiera por el carril central. Iniciaba la presión alta para buscar al central derecho (Eric García). Recuperó muy arriba y ocupó una zona más avanzada que en otros encuentros. Tenía que preocuparse más de llegar que construir.

Rodrygo. Su punto de partida era la banda derecha. Bien abierto. Desde allí, tantas diagonales en profundidad como le diera el cuerpo, intentando aprovechar las ausencias de Miguel Gutiérrez. La acción del gol, sin embargo, fue por la banda contraria. Con la entrada de Brahim se colocó más centrado hasta dejar, a su vez, el puesto a Joselu.

Bellingham. Como al comienzo de temporada se colocó como falso delantero centro o mediapunta, como se quiera entender. Todo el frente del ataque a su disposición. Arrancaba siempre lejos de los centrales para aparecer siempre en posiciones de remate. Su primer gol nació en un desmarque de ruptura al espacio. Velocista puro, regate al portero y disparo a puerta vacía. El segundo, gol de atacante puro, de área pequeña. En esa posición llega más veces al área y tiene más posibilidades de marcar.

Vinicius. Muy abierto a la izquierda. Intentando atraer a su marcador (Couto) y arrancando con metros por delante. No suele prodigarse en remates como el del primer gol, pero su golpeo fue perfecto. Brillante su acción individual en la acción del segundo. Ha vuelto a recuperar su plenitud física.

Brahim. Cuando entró se marchó a la banda derecha para acabar por la izquierda, donde tuvo una clara ocasión de gol. Es lo que le exigió Carletto.

Joselu. En su puesto de siempre. Con los jugadores que había sobre el campo en ese momento, era el encargado de lanzar el penalti. Lo falló.

Modric. Se colocó de interior izquierdo, donde estaba jugando Camavinga, que pasó a mediocentro, donde se había movido Kroos.

Güler. Debut en el Bernabéu. Ancelotti le puso en la izquierda para acabar a la derecha, pero con libertad de acción. La misma que aprovechó en su jugada individual que desembocó en penalti.

Fran García. En su puesto natural, pero con el partido sentenciado tuvo más libertad para ofrecerse en ataque, propiciado porque Brahim no se pegaba tanto a la banda como Vinicius. Tuvo una ocasión con remate fallido. Cumplió a la perfección las órdenes de Ancelotti.