Pablo, el desconocido hombre en la sombra que siempre acompañó a Rodri y que dijo no a millonadas para seguir a su lado
Pablo Barquero es el agente del jugador desde que tenía 13 años. Fue citado el tercero en su discurso.

No hay rastro de él en internet ni en redes sociales. Pero es una figura imprescindible para entender la dimensión de Rodri Hernández, flamante Balón de Oro 2024. Se llama Pablo, se apellida Barquero, ronda la cuarentena y es el representante de toda la vida de Rodri, desde que era un crío y empezaba a buscarse un hueco primero en la cantera del Majadahonda y después en la del Atlético de Madrid. Siempre en la sombra, su crecimiento ha sido paralelo al de Rodri. De los campos de tierra, de tener que buscarse la vida lejos de las alfombras rojas de Madrid, para acabar luciendo pajarita en el tapete más importante del fútbol mundial.
Rodri le reservó el tercer lugar en su nómina de agradecimientos. Primero su pareja, después sus padres y a continuación Pablo. Acordándose de cuando le iba a buscar para llevarle a jugar. "Gracias por tu amor incondicional y altruista". El anonimato ya será más complicado de mantener después del speech del jugador. La relación empezó con 13 años. Y daría para un libro, aunque la discreción siempre ha caracterizado esta sociedad sin la que sería imposible explicar el actual Balón de Oro. Es atrevido decirlo, pero este Rodri no existiría sin Barquero a su lado. Él, impertérrito, sentado entre la pareja y los padres en el patio de butacas, aguantaba unas lágrimas que seguramente cayeron después.
Barquero siempre fue un rara avis en el mundo de la representación. Solo, sin estructura, apenas veintipico años, captando por Madrid chavales jóvenes que despuntaban, fidelizándolos a través del piel con piel. No tuvo suerte cuando se los fueron quitando. Los hermanos Hernández, Theo y Lucas, fueron suyos. También Óliver Torres. Rechazó ofertas millonarias de los más reputados agentes, que buscaban "comprar" su cantera pagándole a él. Siempre se mantuvo fiel a su filosofía. Mejor solo, para poder llevar a cabo una representación artesanal. Poco, pero muy, muy elaborado. Rodri nunca le abandonó.
El discurso de Rodri es para darle otro Balón de Oro.
— Relevo (@relevo) October 28, 2024
💬"Me quiero acordar de Carvajal que ha sufrido la misma lesión que yo y merecería estar aquí igual que yo".
💬 "Hoy no es una victoria mía, es del fútbol español, tantos jugadores que no lo han ganado y lo han merecido,… pic.twitter.com/G3VQ9CsUpR
Arriesgó Barquero cuando apostó por sacarlo del Atlético, y de casa, su querida Villanueva de la Cañada, para llevarlo al Villarreal. Tenía 17 años, año 2013. Rodri se fue a vivir a la residencia del submarino, iba a entrenar en bicicleta… Debutó con Marcelino en el primer equipo en 2015 mientras jugaba en el filial con Paco López, con el que se guardan un cariño especial. Completó casi dos temporadas de amarillo, con Escribá y Calleja. Luego aceptó regresar a vestir de rojiblanco. Solo un año, porque llegó el City. Pocos agentes españoles pueden presumir de una operación que movió 70 millones de euros.
Barquero quiso establecerse en Mánchester más allá de que Rodri se mudara allí. Lejos de Madrid, su red de contactos, con Londres a un paso, no dejó de crecer. Antes, había captado a Pablo Sarabia, al que llevó al PSG y hoy juega en el Wolverhampton. Su cartera es selecta. De hecho, solo incluye a estos dos jugadores y dos entrenadores: Raúl González y Juanma Lillo. El resto, intermediación. Sin aparecer en Instagram ni en ránkings de 'Transfermarkt', pero posibilitando movimientos al más alto nivel. Quienes mandan en los clubes y en las ligas le conocen perfectamente. Le disputa partidas a los Mendes, Zahavi o Ramadani de turno, pero siempre se ha cuidado de obrar behind the scenes.
Pablo "prometió" a un amigo que si Rodri ganaba el Balón de Oro dejaba la representación. Tal es el hito para él, haber ayudado y acompañado a un jugador desde la base más pura hasta la cima del fútbol mundial, sin maquinaría ni estructura millonarias, ni documental de Netflix, ni campañas de clubes o Federaciones. Un lobo solitario que ha acompañado a su cachorro hasta tocar la luna de París. El éxito es tan rotundo que quizá Raúl tenga que empezar a buscar representante…