Un padre deja inconsciente a un árbitro en Burgos y mancha la tregua con otro bochorno

Los vergonzosos incidentes acaecidos contra el cuerpo arbitral en las últimas semanas provocaron una especie de tregua que nos ha llevado a vivir cerca de un mes en serenidad. Siempre hay espacio para la polémica y la protesta, pero estábamos alcanzando unos límites intolerables a los que había que poner freno como sea. Parece mentira que en pleno 2025 estemos hablando en estos términos, como si lo extraordinario fuera no insultar, no agredir.

Desgraciadamente, esta semana todo ha vuelto al curso habitual. Por supuesto de forma puntual, más faltaría que esto se diera en muchos campos. Pero se da, por lo que sea en un estadio o en diecisiete tiene que haber un espacio para su condena. En este caso, viajamos hasta Burgos, donde el padre de un jugador ha dejado inconsciente a un árbitro tras un partido de fútbol en categoría cadete. Conviene destacar de nuevo lo de la categoría cadete, donde nadie se juega el empleo, el pan para su familia ni la Champions League. Que tampoco lo justificaría si así fuese, vaya por delante.

Según informa la prensa local, poco después de concluir el encuentro entre Aranda Riber y Capiscol, el padre de uno de los futbolistas se acercó a la posición del colegiado y le golpeó. Con la mala fortuna de que se cayó al suelo, tuvo un mal impacto y perdió la conciencia durante varios minutos. Afortunadamente, quedó en un susto y, tras ser atendido por los médicos, se encuentra fuera de peligro. Por suerte también el agresor fue rápidamente identificado por la Policía y ya ha prestado declaración. El Aranda Riber respondió tajantemente una vez fue consciente de lo ocurrido: "Socava los valores fundamentales del deporte, especialmente en el contexto del deporte base, donde se busca inculcar principios de respeto, juego limpio y educación entre los más jóvenes".

Quién sabe si el club adoptará una medida que se ha popularizado en las últimas semanas entre clubes modestos y que ha gozado de una gran popularidad en las redes sociales: la autoclausura del campo. Por ejemplo, el Illa de Arousa de baloncesto ha tomado la decisión, sin sanción mediante, de que no pueda acudir público en todo el fin de semana a su pabellón debido a que durante las tres últimas jornadas, su afición se ha dedicado a perder los papeles e insultar insistentemente a los árbitros. Quizás si les quitan la posibilidad de acudir a la grada, para la próxima vez se piensen si es lo más correcto cargar contra quien intenta arbitrar de la mejor manera posible.

La jornada, al menos, dejó un gran episodio de espíritu conjunto. En todos los campos de Primera y Segunda División se guardó un minuto de silencio por el fallecimiento de David García de la Loma, árbitro de Segunda Federación, que murió esta semana tras su larga lucha contra la enfermedad. Los árbitros de todas las categorías también portaron un brazalete negro y Carlo Ancelotti comenzó su rueda de prensa brindando apoyo a la familia. Un triste episodio que también sirve para recordar que detrás del árbitro hay una persona que merece todo cariño y admiración.

En lo más estrictamente futbolístico, la jornada en Primera División encontró varios capítulos polémicos en el duelo entre Alavés y Villarreal en Mendizorroza. Ortiz Arias gestionó a la perfección, y no era fácil, la roja a Sivera. También le ayudaron desde el VAR. El portero babazorro se llevó un fuerte golpe de Ayoze Pérez, pero antes había tocado el balón con la mano fuera del área, evitando una ocasión clara y manifiesta. Ante ese infortunio, tuvo que ser atendido por los servicios médicos durante más de diez minutos. En primera instancia, el colegiado no apreció la infracción, por lo que desde la sala VOR le tuvieron que avisar de que se había equivocado. Pero no lo hicieron hasta que ya Sivera estaba plenamente recuperado, consciente y en pie. Ante todo, su salud.

Más rocambolesco fue el siguiente escenario, cuando durante más de veinte segundos el partido estuvo en juego con Antonio Blanco con dos amarillas en su hoja estadística. Ortiz Arias no se percató de que ya le había enseñado una cartulina, reanudó y el VAR le corrigió lo antes posible. Ya sí que le mostró la roja y, pese a que el asunto puede invitar al debate por alineación indebida, la hemeroteca garantiza que no habría consecuencias y que se valoraría tan solo como un error del árbitro sin mayor incidencia en el resultado y el devenir del choque.

Cuadra Fernández, en el Coliseum, también tuvo trabajo. Primero señaló un penalti de estos de fútbol moderno por una mano de Alderete cuando su posición estaba muy próxima a la del guardameta David Soria. Después expulsó a Ángel Correa por una entrada temeraria y este sentenció: "Hijo de mil putas, cagón. La concha de tu madre". Posteriormente, se disculpó en redes sociales, aunque eso no le exime de haberse pasado varios pueblos. El colegiado lo recogió en el acta, por lo que se expone a una sanción de entre cuatro y doce encuentros, más allá del castigo que pueda recibir por la expulsión en sí. No tendrá muchas más oportunidades de alinearle Simeone en la presente temporada...

Un doble episodio racista viene a demostrar una vez más que el fútbol español tiene un problema de difícil cura. El duelo entre Ávila y Bergantiños de Segunda Federación concluyó con una oleada de gritos racistas hacia Omar Ouhdadi, futbolista visitante, al que le lanzaron: "Puto moro de mierda". Los jugadores y cuerpo técnico de los locales se lo recriminaron. Menos mal.

Tampoco se libran las canteras. El duelo entre Rayo Cantabria y Deportivo Fabril contó con otro episodio del estilo. El entrenador de porteros de los gallegos comunicó al colegiado que un jugador del filial del Racing se dirigió a un adversario con un "eres un mono de mierda". El afectado, Alioune Mane, así se lo hizo saber al árbitro al concluir el partido y el médico garantizó que presentaba un cuadro de ansiedad agudo y que había sido trasladado a un hospital para ser atendido. El acta también recoge que identificaron al agresor: Diego Fuentes.

Como bonus final, el siempre presente Javi Poves. Esta vez vio el fútbol desde la grada, cumpliendo sanción por cuarta vez en lo que va de temporada. Pese a la victoria, se desquició con la labor de los suyos tras quedarse una vez más en inferioridad numérica, cogió su paraguas y lo rompió tras golpear varias ocasiones a una pared con él. Después se enzarzó con seguidores, argumentando que le estaban faltando el respeto y que hay poca memoria con los éxitos que ha conseguido en los últimos años: "Tengo los mejores números del fútbol español".

Así se dio la jornada arbitral en las cuatro principales categorías del fútbol español. Desde Relevo, no hemos detectado más episodios de especial gravedad en Tercera Federación o fútbol base, lo que no quiere decir que no existan. En caso de que conozcas alguno, háznoslo saber a través de nuestras redes sociales.