Puede ser una pedrada mía, de esas que te suelen dar según vas cumpliendo años, pero cada vez me cuesta creer más que dos equipos como el Real Madrid y el Atlético, por centrarme solo en dos y en la presente jornada, no sean capaces de dar todo lo que tienen dentro en dos partidos consecutivos. A los entrenadores y a los jugadores del fútbol profesional se les llena la boca con el "partido a partido" y la realidad es que cuando disputan el primero de esos dos encuentros a los que se refieren, están pensando en el segundo, cuando no en el siguiente.
Por continuar con estos dos ejemplos, ampliables a cuantos casos se quieran, tanto blancos como rojiblancos se pasaron el duelo de ida de la Champions pensando en el de vuelta del Metropolitano. Escrito está y ahora se han pasado sus dos compromisos ligueros ante Rayo Getafe pensando en el siguiente, que, curiosamente, es el mismo en el que pensaban hace cinco días. ¿De verdad que a ninguna de esas dos plantillas les da para concentrarse en los dos compromisos, saltar al campo e intentarlos ganar lo antes posible y después ya ahorrar esfuerzo para lo que venga?
Ancelotti, sobre el derbi del miércoles.
Para su suerte, suele pasar que sacan adelante estos partidos que afrontan al trantrán. Si no es siempre, es casi siempre. Pero hay veces que no, que resbalan y se pegan un buen golpazo en forma de derrota. Más o menos lo que le pasó al Atlético en Getafe. Simeone es de los técnicos que más maneja el dicho del partido a partido, que es más viejo que el hilo negro. Pero resulta que está jugándose los tres puntos con el Getafe y en el descanso ya quita a De Paul (golpeado) y Lino pensando en el miércoles. Y minutos después también manda a descansar a Julián Alvarez y Griezmann, por idéntica razón. ¿En qué quedamos? ¿Estamos a este partido o al siguiente? Estas maniobras son perfectas, seguro que tienen su justificación y muchas veces ganan encuentros, pero entonces no sigamos con la cantinela del "partido a partido".
En este caso de Simeone, hay que añadir el carrusel de modificaciones de posiciones que llevó a cabo en la segunda parte. Puede que no hubo un jugador que no pasara por dos puestos, como mínimo, a lo largo de los minutos que estuvo sobre el campo: Giuliano, Llorente, Lemar, Gallagher...
También Ancelotti pensó en el derbi de la Champions. Como debe ser. Pero en este caso fueron casi más sus jugadores los que maquinaban en su cabeza lo que se juegan el miércoles. Extraño partido de Bellingham. Desconocido, perdido para lo que es él. Tampoco aparecieron, prácticamente, los laterales en ataque. Sinónimo de poco riesgo. Lo mejor, los reivindicativos goles de Mbappé y Vinicius, que pudieron hacer alguno más. Debilitado el Rayo en su estilo de juego, como cabía pensar con las bajas de cinco de sus titulares. Aún así nunca se fue del partido y el último remate fue suyo. No acabó el Bernabéu muy conforme con eso de ganar y nada más. Sobre todo porque no es la primera vez, ni será la última.
A ver si llega y se juega ese ansiado, esperado y deseado Atlético-Real Madrid de vuelta y los dos equipos vuelven un poco a la normalidad de pensar en el presente y aparcar el futuro. El problema será que uno de ellos seguirá adelante en la Champions y dentro de dos semanas volverá al punto de partido. Volveremos a escuchar lo del "partido a partido" cuando en realidad es "juego este partido, pero pienso en el siguiente".
