¿Qué le pasa a Gabri Veiga?

Bucarest (Rumanía).Gabri Veiga (21 años) es uno de los grandes atractivos del Europeo sub-21, torneo en el que España se ha clasificado a cuartos como primera de grupo tras ganar a Rumanía y Croacia y empatar contra Ucrania. El del Celta, que venía como una de las joyas de la Rojita, ha pasado bastante desapercibido en los tres primeros encuentros y es el único futbolista de campo de la Selección española (de 20) que no ha sido titular en ninguno de los duelos.

¿Por qué? En los dos primeros partidos, por decisión técnica. Santi Denia apuesta por el centro del campo formado por Antonio Blanco, Álex Baena y Oihan Sancet. El gallego tuvo que conformarse con 16 minutos frente a Rumanía y con 28' contra Croacia. En el tercer duelo, en el que iba a ser titular (rotó todo el equipo porque España estaba clasificada) se quedó en el banquillo por una opción personal. Veiga sentía molestias en el muslo y durante la mañana del martes acudió a hablar con el seleccionador: no se veía para 90 minutos.

"Es un tema médico, el otro día contra Croacia tuvo una pequeña molestia, le han estado tratando día y noche y nos dieron la opción de que jugara unos minutos. Agradezco a Gabri que esta mañana ha venido a hablar conmigo para decirme que no estaba al cien por cien, sabía de la intensidad del partido y agradecerle la sinceridad", explicó Santi Denia. Estaba pactado que disputase sólo 20 minutos ante Ucrania y finalmente fueron sólo ocho porque cuando iba a salir, Barrenetxea pidió el cambio y fue Rodri quien ocupó su lugar.

Con un valor de mercado de 30 millones (el más alto de la Rojita junto a Sancet), el Europeo le ha llegado a Veiga en un mal momento, tanto físico como mental. El curso ha sido agotador en ambos sentidos para un futbolista que acaba de despuntar en la elite. Lo sucedido en las últimas jornadas, con el Celta al borde del descenso, le exigió a nivel psicológico para terminar en éxtasis de felicidad tras ser el héroe de la salvación (dos goles ante el Barça en la última jornada).

Después de aquello el cuerpo le pedía vacaciones, pero tras un breve descanso tuvo que incorporarse a la concentración de España el pasado 9 de junio. Si todo va bien y llegan a la final, será otro mes alejado de casa y con otro factor que desgasta mucho: su futuro sigue sin resolver. La agencia de Pini Zahavi trabaja a destajo (tienen pensado desplazarse hasta Rumanía para arroparle) porque pretenden que todo se resuelva en las dos semanas siguientes a la finalización del Europeo.

Todos estos factores han supuesto un cóctel de emociones en la cabeza de un chico de apenas 21 años, que está jugando en una generación que no le corresponde (su ciclo Sub-21 empieza en septiembre) y que llegó a esta concentración con sólo un minuto disputado en la categoría (en la concentración de marzo se cayó por lesión).

La presión que sufre se le nota hasta en las zonas mixtas del Europeo, donde baja la vista para no interactuar con ningún periodista. No es falta de educación ni de simpatía, sino temor a que se le pregunte una y otra vez por su futuro, algo que quiso zanjar en la conferencia de prensa que ofreció antes del campeonato en Las Rozas, donde una y otra vez repitió el discurso: "No voy a hablar de mi futuro y sólo pienso en el Europeo".

De hecho, después del partido contra Ucrania repitió su comportamiento: mirada al suelo al cruzarse con los periodistas. Hasta que la pregunta fue sobre su estado físico y no sobre su futuro. Ahí sí, se relajó y respondió con naturalidad: "Estoy bien, sólo ha sido precaución".

Ahora, con España afrontando la fase realmente decisiva del campeonato, Santi Denia confía en recuperar la mejor versión de un Gabri Veiga que volverá a ser suplente en el cruce de cuartos. El seleccionador sabe que será complicado, porque la cabeza del jugador está en muchos sitios y en su depósito se encendió la reserva hace ya varias semanas, pero este tipo de futbolistas son los que aparecen en los momentos de la verdad.