Paul Clement recuerda sus años con Ancelotti: "¡Ay Dios, que no perdamos la final de la Décima por un balón parado!"
El entrenador inglés, ahora sin equipo, atiende a Relevo para hablar de sus etapas como asistente en el Chelsea, PSG, Real Madrid y Bayern.

Están a punto de cumplirse diez años: una década de La Décima. "¿Ya? Es increíble, en ese momento no entendí la magnitud", contesta Paul Clement en su casa de Londres, desde donde responde a la llamada de Relevo disculpándose por conectarse un minuto tarde debido a una inesperada actualización del sistema. Sí, un minuto. Ahora, sin trabajo desde hace meses después de acabar su etapa al lado de Lampard en el banquillo del Everton, está visitando a viejos amigos para seguir en la rueda del fútbol. "Es muy importante mantenerse activo. Me gusta ver partidos, pero sobre todo en directo: no hay nada como ir al estadio", explica sobre su vida actual fuera de los focos. Quiere volver a entrenar, a ser posible como primero. Hace poco estuvo en Madrid. La cita era la de siempre: charlar de fútbol con Carlo Ancelotti.
Desde los primeros días en el Chelsea a las experiencias en el PSG, luego en el Real Madrid y finalmente en el Bayern. Clement fue el técnico asistente de Ancelotti en los mejores equipos de Europa durante muchos años. Sabe lo que es ganar títulos. Y no son pocos: "Los entrenadores top tienen muchas cualidades, pero no necesariamente las mismas". Entre medias, varias experiencias en solitario al frente de equipos como Derby County, Swansea o Reading, así como el Círculo de Brujas. "Me gustó una frase de Chip Kelly, entrenador de los Philadelphia Eagles, que decía: cuando era asistente pensé que era el más listo del vestuario, pero cuando fui entrenador me di cuenta de que no", resume Clement sobre el cambio que supuso.
Durante más de una hora, reflexionando sus respuestas y poniendo ejemplos, el inglés habla de sus experiencias en vestuarios del máximo nivel, de las habilidades para ser entrenador de élite y de los mejores futbolistas a los que ha dirigido.
Tantos años con Ancelotti, ¿cuál dirías que es su mayor virtud en el banquillo?
Su mayor fortaleza son las relaciones personales a la hora de gestionar a jugadores, cuerpo técnico, periodistas, propietarios, presidentes… La mayoría de entrenadores modernos y jóvenes están obsesionados con la táctica, con el análisis, con los datos. Quizás han perdido algo de esa parte de las relaciones personales con los futbolistas: hacerles sentir bien, darles objetivos, ser empáticos. Carlo es muy bueno en eso y ha entrenado en los mejores vestuarios del mundo. Llenos de estrellas. Llenos de ego.
¿Pero y el aspecto táctico?
Tácticamente es bueno, claro. Pero también es muy bueno adaptándose. Los entrenadores que más duran en el fútbol consiguen adaptarse. Un técnico inteligente es el que sabe lo que tiene y de ahí saca buenos resultados.
El cambio de sistema es una novedad de este Real Madrid.
Es que Ancelotti nunca ha forzado una formación a sus jugadores. Ha utilizado muchas durante su carrera. Siempre mira las fortalezas de su plantilla. Mira ahora: el año pasado era un 4-3-3 con Benzema como delantero. Lo perdieron, lo han reemplazado con un delantero como Joselu, más grande, y con Bellingham como número 10.
¿Y se le dan muchas instrucciones a los futbolistas?
¿Cuánto necesitas entrenar a un jugador como Cristiano Ronaldo? La realidad es que poco. De hecho, puedes crear más problemas. Con Cristiano, por ejemplo, lo importante era crear un buen ambiente de entrenamiento, que esté en forma, que entienda su rol, especialmente defensivo, y a partir de ahí usaba su propia iniciativa.
"¿Cuánto necesitas entrenar a un jugador como Cristiano Ronaldo? La realidad es que poco. De hecho, puedes crear más problemas"
Pero no todos funcionan así.
Claro, algunos jugadores necesitan que los presiones. Toni Kroos no necesita que lo motives, no necesita que lo entrenes: es un profesional increíble. Luka Modric es muy similar. Les das unas pocas instrucciones y rinden. Hay otros jugadores muy diferentes que necesitan tiempo, que necesitan que les presiones, que les aprietes…
En un vestuario de ese nivel, el ego también es muy importante.
Yo siempre contesto lo mismo: si el futbolista tiene mucho ego pero rinde y juega bien, ningún problema. El problema es si tiene mucho ego pero se piensa que es mejor de lo que es, que luego juega mal y no da resultados.
¿Esa es la gestión personal que le corresponde al entrenador?
El entrenador es muy importante. Tiene una gran influencia en el equipo. Pero los más importantes son los futbolistas. Ningún entrenador puede ganar sin buenos jugadores… pero un entrenador sí puede ser un desastre con buenos jugadores.

Buenos jugadores has tenido en toda tu carrera, pero casi nunca tan buenos como en ese Real Madrid campeón de la Champions. Casi diez años después de ganar La Décima, ¿cómo recuerdas el camino hasta aquel título?
En ese momento no entendí la magnitud. Si miras hacia atrás, en las semifinales nos tocó el rival más complicado: el Bayern de Guardiola. En el Santiago Bernabéu ellos fueron mejores pero ganamos 1-0, un buen resultado. En el Allianz… ¡Wow! Tres jugadas a balón parado y un contraataque: 0-4. Una cosa increíble.
Y luego, la final.
Yo era el encargado de organizar las jugadas a balón parado. El gol que recibimos fue un error: un córner, lo despejamos, lo vuelven a meter en el área, Casillas sale pero se queda en tierra de nadie y el balón entra por encima. Desde ese momento el tiempo fue muy rápido. Yo pensaba que había sido responsable: ay Dios, por favor, que no perdamos la final de la Champions por un balón parado. Cada vez que miraba el reloj, el tiempo pasaba más rápido. ¿Ya sólo queda esto? Y luego, en el minuto 93, otra jugada a balón parado, las que nos llevaron a la final... y las que nos salvaron.
Ese gol es una imagen inolvidable para el madridismo.
Ramos estuvo increíble durante la final. Y ese centro perfecto de Modric. Cuando entró el balón supimos que íbamos a ganar. Unos recuerdos impresionantes.
Arbeloa está entrenando en la cantera, Xabi Alonso ya brilla en el Bayer... ¿Saldrán más buenos entrenadores de esa generación de futbolistas?
Xabi Alonso va a ser un entrenador top: se comporta como tal, es listo, ha jugado al más alto nivel, comunica muy bien… Me interesa saber lo que hacen Kroos y Modric. Son buenos ejemplos para todos, comunican bien, tienen conocimientos… A ver si tienen esa hambre de saltar a otra profesión que necesita de mucha determinación. Si deciden ser entrenadores, creo que serán muy buenos.
"Xabi Alonso va a ser un entrenador top: se comporta como tal, es listo, ha jugado al más alto nivel, comunica muy bien…"
El tándem formado por Ancelotti y Clement ganó títulos en todos los equipos que estuvo. En el Chelsea, una Premier League, una FA Cup y una Community Shield. En el PSG conquistaron la Ligue 1. Luego, en el Real Madrid, la Champions, la Supercopa de Europa, la Copa del Rey y el Mundial de Clubes. Por último, en el Bayern se llevaron la Supercopa alemana contra el Dortmund de Tuchel. Pero también hubo momentos menos buenos. Hubo dudas y presión, mucha presión. "Otra cosa donde es muy bueno -y es algo donde yo tengo que mejorar- es en manejar el estrés y la presión. Siempre tiene una perspectiva estable, eso llega con la experiencia" dice.
¿Cómo se convive con la presión en un vestuario así?
Todos los entrenadores tienen los mismos problemas, da igual el nivel: intentar ganar y gestionar a los futbolistas. Hay que crear un vestuario justo. Un vestuario puede romperse muy rápido si no es justo. Tiene que haber respeto y simpatía en las dos direcciones: del entrenador a los jugadores, porque hay que entender que a veces dan el máximo y no juegan el fin de semana; y de los jugadores al entrenador, porque siempre intenta elegir a los jugadores que le van a dar el mejor resultado.
¿Y cómo se trata a los que juegan menos?
En una plantilla ideal todos tienen que sentir que pueden contribuir. Los jugadores que juegan siempre están felices, a esos les gustas. Luego están los suplentes, que en algunos casos están felices de serlo -si es un joven que está creciendo- o los que piensan que merecen jugar, que no siempre están felices. Por último, están los que se quedan fuera de la convocatoria: a esos no les gustas nada. Una manera de prevenir eso es con plantillas más cortas. En el Chelsea, por ejemplo, hay una plantilla inmanejable. Da igual lo bueno que seas como entrenador, eso es incontrolable.
A ver, dime algún jugador que te sorprendió por su profesionalidad.
En el Círculo de Brujas tuve a un chico que venía de la academia. Era muy popular entre los aficionados, era alguien que correría contra un muro. Quizás no era el más técnico, quizás cometía errores y además no tenía una posición muy definida. Yo sentí que había otros futbolistas que se adaptaban mejor y no lo puse demasiado. Cuando me fui, le escribí y le dije: me arrepiento de no haberte usado más. Su energía y su entusiasmo eran increíbles, debí haberlo recompensado. Se llama Thibo Somers.

¿Cuál es la diferencia entre ser asistente o primer entrenador?
Los dos trabajos son muy distintos. Trabajas con el mismo equipo, sí, pero son diferentes. En primer lugar, por el nivel de estrés que maneja el entrenador en comparación con su asistente. Después, por las funciones: cuando estaba con Ancelotti, mi labor estaba centrada en el día a día de los entrenamientos. Yo ayudaba a organizar todo. En cambio, si eres entrenador, tienes muchas otras funciones.
Por ejemplo, los medios de comunicación y las ruedas de prensa. Pero los entrenadores no siempre dicen la verdad en esa sala, ¿no?
Los buenos entrenadores dicen lo que quieren decir. Quizás no es lo más interesante, pero proteges al vestuario. Eso requiere una reflexión y pensar lo que vas a transmitir. Los entrenadores inexperimentados a veces hablan de forma completamente honesta...
¿Pesa mucho la responsabilidad?
Cuando eres entrenador tomas decisiones, y eso es una gran diferencia. Antes de ser asistente fui entrenador de cantera, y antes fui profesor. Todo ese camino me ha dado una buena base. Organizas, comunicas, transmites tus ideas… Si alguien me pregunta si es mejor ser asistente antes de ser entrenador, diría que 100%.
¿Volverías a ser asistente o quieres continuar como primer entrenador? (Clement eligió ser asistente de Lampard en el Everton cuando ya había comenzado su carrera como técnico en solitario).
Frank me llamó y me preguntó si estaba interesado. Ahí pensé: si alguna vez vuelvo a ser asistente será con Carlo o con un entrenador joven que conozca y que sienta que puedo ayudar. Conocía a Lampard del Chelsea de una etapa muy exitosa. Mi intención sigue siendo continuar como primer entrenador salvo que salga una situación similar otra vez. Al 99% volveré a ser primer entrenador. Habiendo sido un primero, ahora puedo ser un mejor asistente. Tengo empatía por lo que sienten los entrenadores.
¿Dónde te gustaría?
No sé dónde será, quizás en Inglaterra… ¡o en España! Que me encanta. Espero volver pronto al césped, estoy muy motivado para trabajar otra vez.

Su gran lección en el Swansea
Hasta la fecha, la única experiencia de Clement en la Premier League fue en el banquillo del Swansea. El club le llamó a mitad de temporada: eran colistas y sólo habían sumado 12 puntos en 19 jornadas. Pero aceptó el reto... y se salvaron, con un premio recibido al mejor entrenador del mes de enero de 2017.
Recuerda con detalle cuándo fue el momento en el que comprendió la importancia de tomar decisiones: "Jugamos contra el Tottenham de Pochettino, estaban peleando la Premier contra el Leicester. Necesitaban ganarnos a domicilio. Nosotros metimos un gol muy pronto y hasta el minuto 83 nos metieron mucha presión. Cada vez que miraba al otro banquillo, Pochettino metía un jugador ofensivo más. Metió todo lo que tenía. Y yo pensaba: ¿Qué es lo que tengo que hacer ahora?", cuenta sobre el momento. Y menciona una anécdota del pasado que le marcó: "Una vez me dijo Hiddink que, a veces, si tienes un problema defensivo, hay que hacer un cambio ofensivo. Justo lo contrario a lo que pensaría cualquiera".
"Bueno, pues contra el Tottenham no hice nada, esperé demasiado. No tomé la decisión. Y nunca me lo perdonaré: perdimos 1-3. Fue una gran lección. Quizás no tomas la decisión correcta, pero hay que tomar la decisión. Es mucho mejor que no hacer nada. Pero sumamos 29 puntos en media temporada y nos salvamos de forma tranquila cuando muchos pensaban que descenderíamos", finaliza.