"Qué pesadas sois las feminazis, nunca estáis contentas, sois peor que el ébola"

"Vivimos rodeados de feminazis o acaso ¿no te diste cuenta? Todo lo que tenga huevos hay que cortar, son más peligrosas para el hombre que el ébola", comenta @Julio7602795270, con un total de cero seguidores y sin foto de perfil. "Otra femiloca", añade @CayetanaBarcel, que es mujer. "Feminacis de 💩", dice @Gloria68935258, que -por supuesto- tampoco se muestra.
Y por un tuit en el que daba mi opinión del nombramiento de Montse Tomé como entrenadora de la Selección femenina española de fútbol. Decía que me parecía un cambio a medias. Me sonaba al discurso de ayer de los jugadores de la Selección -por el que, por cierto, recibí comentarios muy similares-. Un discurso en el que venían a decir que sí, que vale, que ya os hemos visto, que qué feo lo de Rubiales, pero que nosotros a lo nuestro, a jugar al fútbol, y ni se os ocurra volver a molestarnos con estas tonterías.
La voz de los capitanes sonaba igual de convincente que la de aquel vídeo -ya para la historia- de Luis Rubiales pidiendo perdón por su comportamiento durante la entrega de medallas a las campeonas del mundo "porque no me quedaba otra". Todo suena a lo mismo, a un lavado de cara que es pura fachada. A egoísmo.
Antes de seguir, todos mis respetos a Montse Tomé y toda la suerte del mundo en el futuro. Pero es que es superior a mí. Al final, le voy a tener que dar la razón a los que dicen que las mujeres nunca estamos contentas. Pero, ¿cómo vamos a estarlo? Dudo mucho que sea el cambio que merece la Selección. Como decía un gran compañero de Relevo: "La cuestión no era 'Vilda, sí' o 'Vilda, no', que también. Los cambios debían traer un nombre de primer nivel al banquillo de la Selección que lo cambiara todo". El tuit es de @AmorosCuatro, que él sí tiene foto de perfil.
Las futbolistas acaban de ser campeonas del mundo y la revolución, los cambios de la RFEF, son poner a la segunda de Vilda como entrenadora (repito: todos mis respetos a Montse Tomé, ni mucho menos ella tiene la culpa). Pues no sé, me genera dudas. Las campeonas del mundo merecían, por lo menos, un entrenador con experiencia como tal, un cheque en blanco, romper la banca, no sé, algo más. Demandan un cambio, presumen del fútbol femenino y el premio es alguien sin 'experiencia'. Precisamente, lo que siempre se le recriminó a Jorge Vilda -aparte de otras muchas cosas-. "Hay que ser hipócrita", como me decía alguien que debería ser patrimonio nacional del fútbol femenino.
Simplemente por el hecho de que me temo de que poco -o no mucho- va a cambiar el asunto. Montse Tomé bebe de la misma fuente que Jorge Vilda en cuanto a metodología, formas de trabajo, sabe cómo funciona la RFEF, sus estructuras, sus límites. No es un cambio, es una huída hacía adelante. Y, lo peor de todo, mucho me temo que es por el simple hecho de ser una mujer. Para callarnos la boca. Me imagino -y perfectamente- la conversación: "¿Qué hacemos? Pues ponemos a una mujer y listo".
Quiero decir, qué más da que sea mujer, hombre o perro. Que sea el mejor, el más preparado y punto. Y no me creo que no haya candidatos a entrenar a la mejor selección del mundo... Otra cosa es que sea más fácil mirar hacia otro lado. Vender un cambio cuando es un patadón pa'arriba, vender una concienciación cuando es una lavado de cara. Como diría un viejo conocido de estos lares: "El falso feminismo es una gran lacra en este país".